Crítica de la película Juez Dredd
La película en la que Stallone perdió el casco…
El Juez Joseph Dredd es un personaje de cómic creado en 1970 por el guionista John Wagner y el dibujante zaragozano Carlos Ezquerra (recientemente fallecido en 2018) sobre el que se inspira esta película dirigida por Danny Cannon.
Estrenada en el año 1995 y protagonizada por Sylvester Stallone, la historia nos sitúa en un mundo futuro (año 2139) en el que la Tierra ha sido reducida a un inhabitable páramo en el que la civilización sobrevive en Megaciudades en las que impera el crimen.
En este futuro distópico lleno de violencia la ley es aplicada en el mismo momento en el que tienen lugar cualquier crimen, siendo impartida la justicia por los agentes del orden denominados Jueces, un cuerpo de élite que cumple la función de juez, jurado y verdugo. Entre todos los jueces, Joseph Dredd (Sylvester Stallone) es el más implacable y letal.
Tras ser falsamente inculpado de asesinato por su clon Rico (Armand Assante), Dredd es condenado a cadena perpetua sin que ni siquiera su amigo y protector el Juez Fargo (Max von Sydow) pueda ayudarlo.
Es entonces cuando Dredd busca desesperadamente limpiar su nombre con ayuda de Herman Ferguson (Rob Schneider), un simpático prisionero que había sentenciado previamente, y de su antigua compañera la Juez Hershe (Diane Lane)
Desde su estreno fue un enorme fracaso en taquilla, recaudando tan solo en Estados Unidos 37 de los 90 millones de dólares que costó su presupuesto pero que, con la ayuda del mercado internacional, logró llegar hasta los 115 millones. Aunque consiguió recuperar la inversión, lo cierto es que la cinta no logró satisfacer ni a los fans del cómic ni al público en general.
Parte de ese fracaso se debió, en parte, a las tensiones que durante todo el rodaje hubo entre el director, los protagonistas y la productora. Tanto fue así que Stallone aseguró con posterioridad que el fracaso en taquilla fue motivado por la incapacidad del director para interactuar con los actores. Esto parece más bien una excusa del actor para no reconocer que hubieron muchos más fallos en la película a parte de esa supuesta mala gestión de los actores por parte del director. Digo esto porque si vemos el elenco de esta película, no parece que muy creíble que actores de la talla de Max von Sydow, Armand Assante, Diane Lane o el propio Stallone necesitasen un guía para sacar el máximo partido a sus personajes.
Esto no quita para que la película consiga mantenernos entretenidos durante los 95 minutos que dura la historia, con escenas de acción bastante bien ejecutadas y con unos efectos especiales que han envejecido decentemente.
Uno de los mayores aciertos del film es su fotografía, a cargo de Adrian Biddle (Thelma y Louise, Aliens el regreso, V de Vendetta…) quien consigue que la estética visual sea lo que más se aproxima al cómic y esto es a su vez uno de los principales problemas de la película ya que una vez que Stallone se quita el casco y el traje de Juez (lo que sucede al poco tiempo de empezar la película) la película se desmarca totalmente del cómic para ser una película más de acción de los 90. Es más, les propongo un juego: Fíjense en el personaje de Stallone en esta película (Juez Dreed) sin casco y sin hombreras y compárenlo con el de John Spartan (Demolition Man, 1993), ¿no les parecen idénticos?
Otra cosa que nos saca completamente de la película es el innecesario y excesivo uso de la comedia concentrada en el personaje de Rob Schneider. No sé en qué cómic se habrán basado los guionistas (William Whisner Jr. y Steve E. de Souza) para decidir incluir este alivio cómico en el film que cae como una losa y provoca que la película, junto a los otros problemas antes mencionados, nunca termine de despegar.
Ni siquiera la música consigue levantar la película, una banda sonora que originalmente iba ser compuesta por David Arnold, que luego pasó a manos del veterano Jerry Goldsmith (El planeta de los simios, Papillon, La profecía, Alien el octavo pasajero, Acorralado…) quien finalmente por problemas de agenda no pudo encargarse de este proyecto. Y fue entonces cuando llegó a manos de Alan Silvestri (Forrest Gump, Regreso al futuro, Depredador, Naúfrago…) quien por fin terminó esta banda sonora. Lo dicho, si ni siquiera Silvestri consigue levantar esto…
Con todo ello tenemos una película entretenida, con una estética visual bastante fiel al cómic, con un villano interesante por el físico del propio actor (Armand Assante) y con escenas de acción bien ejecutadas sin llegar a ser espectaculares en ningún momento. Sin embargo, no aporta nada nuevo al género de acción de aquellos años (lo dicho, 2 años antes ya habíamos visto Demolition Man) y tampoco tienen interés en respetar toda la mitología alrededor del Juez Dredd de los cómics que, al fin y al cabo, ese tendría que haber sido el objetivo principal de esta película, ¿no? Quizás si el protagonista no hubiera sido una estrella como era Stallone, no hubiera habido la necesidad imperiosa de quitarle el casco y el traje de Juez a los diez minutos de película para que se viera bien que aquello iba sobre Stallone, no sobre el Juez Dreed.
Rubén Arenal
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
★