Crítica de Jujutsu Kaisen 0: La película
Crítica de la película Jujutsu Kaisen 0: La película
Muy buena precuela con máximo respeto a los personajes.
Jujutsu Kaisen 0: La película es un punto de entrada perfecto a la mitología y personajes de una de las más divertidas e interesantes propuestas que han surgido en el manga en los últimos años, Jujutsu Kaisen, que ha tenido su propia traducción al anime en forma de serie en 2020. Quiero decir con esto que si no has leído el manga o visto la serie de anime, puedes perfectamente ver esta película e iniciar tu camino en esta divertida propuesta desde este largometraje que llega ahora a la cartelera cinematográfica y en el que tienes garantizado un buen rato de diversión siguiendo la pista a unos personajes realmente carismáticos, al tiempo que si ya conoces el territorio en el que estos se mueven por tu contacto anterior con esta mitología de ficción sabrás apreciar algunos guiños y cameos puestos ahí, en la espectacular batalla final -y que no están en el manga que adapta esta precuela- como guiño a los seguidores ya iniciados en esta saga.
Pero además, incluso aunque no estés informado, documentado o ni siquiera interesado en seguir el manga o el anime Jujutsu Kaisen, este largometraje te propone un competente entretenimiento en clave de animación japonesa donde se abordan temas reales que navegan por debajo de la fase más fantástica de la propuesta. Y son temas interesantes, principalmente por lo que se refiere a los malos tratos, la violencia, la marginación y el abuso en las aulas y en general en la adolescencia, enviando un mensaje fuerte y claro sobre el particular.
Por otra parte, mirada desde fuera de la mitología previa de Jujutsu Kaisen, la película está concebida astutamente como producto autosuficiente capaz de defenderse a sí mismo como propuesta en solitario. En el mismo se ponen de manifiesto hábilmente unas curiosas características de relevo argumental que trabajan alternativas a la fórmula de los superhéroes que domina el ocio audiovisual en todo el mundo desde occidente, llevándola a un territorio de relevo más rico en su trabajo de fusión de géneros.
La clave es la incorporación del terror en el cóctel genérico sobre el que se asienta. Pero no cualquier terror, sino el terror japonés, que opera en el cine desde ese punto de partida clave que es la película Kwaidan (El más allá) (1964), clásico dirigido por Masaki Kobayashi, y bebe copiosamente de la herencia dejada por las historias de fantasmas chinos en la cultura japonesa y las leyendas urbanas sobre fantasmas, nutriéndose de esa festividad de homenaje a los muertos en la fiesta de los Obon, de origen budista y conectada también con el festival Qing Ming chino. El vínculo establecido por el protagonista con esa presencia sobrenatural que lo acompaña en todo el relato y alude a un hecho particularmente doloroso y violento de su pasado, opera en ese sentido.
Esa fusión con el terror de la aventura de seres con poderes especiales, en este caso de origen sobrenatural, a la que se añade la tradición del ritual de las armas, con la katana como protagonista, es una constante positiva, de gran éxito y por tanto lógicamente omnipresente en otras propuestas de manga y anime que triunfan en nuestros días y son igualmente recomendables, como Kimetsu no Yaiba (Guardianes de la noche), Bleach o Dororo.
Por todo ello, no te extrañe que cuando veas Jujutsu Kaisen 0: La película te recuerde los largometrajes de los X-Men, pero sabiamente complementada con todos estos antecedentes derivados de las propias tradiciones culturales de Japón que han hecho de su propuesta de ocio audiovisual una potente competencia en el mercado del ocio tanto en el comic como en el audiovisual que gana terreno día a día en occidente.
Miguel Juan Payán
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