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domingo, octubre 13, 2024
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Las leyes de la frontera ★★★★

Las leyes de la frontera ★★★★

Crítica de la película Las leyes de la frontera

Monzón vuelve sobre el llamado cine quinqui para mejorarlo con eficaz elegancia.

      Daniel Monzón no defrauda y sigue siendo capaz de convencer al espectador más escéptico para que juegue a lo que él le propone. Y otro tanto puede decirse de Jorge Guerricaechevarría en el guión. Voy a explicar eso del espectador escéptico. Vaya por delante una confesión ante las altas instancias que rigen la moda de nuestros días y el etiquetado de las papillas y potitos mediáticos: Me acuso de ser escéptico y poco entusiasta -por decirlo de forma suave- de la mitificación y reverencia hacia el cine quinqui como crítica social y reivindicación de personajes sometidos a la exclusión social, quizá porque consumí esas películas en la misma época en que las calles de las ciudades españolas respiraban bajo las páginas de sucesos escritas a golpe de atraco por sus protagonistas reales y no resultaba fácil considerarlos forajidos de leyenda.

      Llámenme retrógrado y troglodita cavernario si les apetece, pero permítanme conservar mi natural escepticismo hacia el modo “Robin Hood” de los personajes del “cine quinqui” original ayudando económicamente a sus familias con sus palos, porque además me parece un discurso simplón, populista y escapista de la peor especie.

Las leyes de la frontera ★★★★

      Por otra parte pienso que quienes llenábamos en aquella época los cines para ver películas como El vaquilla, Perros callejeros, Navajeros, El pico, La patria del Rata, o la que para mí es la mejor de todas, Deprisa, deprisa, de Carlos Saura, íbamos al cine fundamentalmente movidos por el morbo, no por la necesidad de zambullirnos en una reivindicación social colectiva ante los poderes fácticos ni por un acto de rebeldía, y que el abordaje de la exclusión, la vida en los suburbios generados por el capitalismo y la crítica social a los poderes establecidos que -en mi opinión supuestamente- contenían estas películas y ahora algunos subliman casi hiperventilando, era una cortina de humo para disimular otra mirada burguesa del cine hacia los desheredados, para adornar productos de acción/explotación construidos desde una fusión muy castiza del melodrama y el cine policíaco, salpicada con pinceladas de erotismo, y en las que el mensaje libertario y de denuncia ante el abuso de poder y la corrupción, desde las secuencias de tortura a manos de la policía, por ejemplo, era ciertamente una de las ambiciones de las mejores producciones dirigidas por los maestros del género, José Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia, pero no eran la prioridad en todas las películas que han ido cayendo en el saco del llamado “cine          quinqui”.

      De manera que permítanme discrepar desde el escepticismo, que según me han dicho esto sigue siendo una democracia.

      Dicho todo lo anterior, y a pesar de todos esos pesares y reticencias por mi parte hacia el subgénero “cine quinqui”, Las leyes de la frontera construye un repaso perfecto de todas esas características y tensiones que animaron al llamado “cine quinqui”, pero lo hace desde una perspectiva en mi opinión mucho más equilibrada que la de algunos palmeros del fenómeno de fechas recientes.

      Se impone una madurez que le llega a la película desde su origen en la novela de Javier Cercas, llevando a cabo un ejemplar traslado de uno a otro medio para dotarla de todo el peso del lenguaje cinematográfico. Resultado de ello es que Monzón y Guerricaechevarría nos ofrecen una mirada madura y con personalidad a ese poso mitológico que rodea el fenómeno, reflexionan sobre el mismo construyendo personajes mucho más sólidos y mejor defendidos que los de la mayoría que habitan las películas originales del “cine quinqui”, y de paso, en su tema central, retoman la poética de la derrota presente en las mejores muestras del mismo. Los artífices de la película podrán desmentirme esta percepción, pero me cuesta no pensar en Deprisa, deprisa cuando escribo esto. Desde un centro argumental de romance en el que se materializa en cierto modo esa fascinación por las figuras del cine quinqui, el Vaquilla, el Pirri, el Mini y compañía; desde la mirada de adolescentes y adultos burgueses en el momento en que esa fórmula llenaba la cartelera (la seducción del protagonista, Nacho).

      Pero detrás de los Zarco, Guille, el Gordo, Piernas o Drácula, de las persecuciones y la acción trepidante que llenan la pantalla visualmente y nos traen de vuelta a lo más carismático del cine quinqui, en Las leyes de la frontera hay además una trama sentimental que va ganando y encuentra en su desenlace un cierre que la hace aún más sólida en una película tan bien servida por su reparto como por su director y su guión. Y no era fácil. En otras manos sería carne de tópico.

      Concluyendo, que es gerundio: es buena y plenamente recomendable, aunque nunca te haya gustado el “cine quinqui” y siempre hayas estado al otro lado de la frontera.

                                            Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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