Ariesgada y valiente propuesta de Imanol Uribe. El director de Dรญas Contados, entre muchas otras, estrena por fin una pelรญcula que lleva un tiempo rodada pero no encontraba su hueco en la cartelera, quizรก por el tema que trata, quizรก por la forma que tiene de enfocarlo, quizรก porque no todo el pรบblico estรก preparado para una historia asรญ, e incluso puede levantar alguna ampolla, aunque finalmente tenga demasiados elementos que cuesta creerse como para ser la gran pelรญcula que podรญa haber sido. Es fascinante, sin duda, intrigante y plantea un tema espinoso de forma muy curiosa, alrededor de vรญctimas y verdugos, del pasado, la violencia, el sexo y la tragedia entre varios personajes, principalmente dos que se reencuentran sin saberlo.
Una de las virtudes de la pelรญcula es disfrutarla sin haber visto ningรบn trรกiler ni leer ninguna sinopsis, ni ver ningรบn trรกiler, llegar casi virgen de todo comentario y toda instrucciรณn previa, como me sucediรณ a mรญ, y asรญ disfrutar de una grata sorpresa y giro de guiรณn a mitad de pelรญcula. Intentarรฉ evitar todo spoiler al respecto, toda informaciรณn excesiva, para comentar que la historia gira entorno a un hombre que sale de la cรกrcel y viaja a Almerรญa a visitar a un antiguo compaรฑero, intentando rehacer su vida. Allรญ conocerรก a una mujer, ligada a su pasado. Y mรกs no quiero contar. En serio, es mejor no saberlo y sorprenderse a mitad de pelรญcula. En ese giro reside la clave de la historia, el drama terrible de los personajes.
Eduard Fernรกndez puede ser perfectamente el mejor actor espaรฑol del momento, o uno de los mejores sin duda (a su altura se me ocurren pocos nombres, es un monstruo) y vende con solvencia a un personaje parco en palabras, sereno, en paz, con trazas de cine negro, como el resto de la pelรญcula, intentando huir de un pasado que volverรก para encontrarle y saldar cuentas. Fernรกndez tiene pasmosa facilidad para encarnar cualquier personaje y hacerlo creรญble. A su lado Elena Anaya, brillante como siempre, con una mezcla de perturbaciรณn y presencia fรญsica a veces imponente, otras rota. Entre esos dos talentos serรญa injusto no mencionar a Josรฉ Luis Garcรญa Pรฉrez, que interpreta al marido de Anaya, un personaje tan humano, que duele.
Uribe sabe sacar partido al paisaje, a veces casi de western (el encuentro en la playa), sabe plasmar a sus personajes con retazos, detalles sutiles (lo que come y cรณmo come Fernรกndez, los encuentros con las diversas familias, la suya y la ajenaโฆ) y una trama tan intrigante como valiente. Muy, muy valiente. Y en parte necesaria. Pero, y aquรญ llega el gran pero, fuerza la mรกquina. Llegado un punto la historia se vuelve inverosรญmil, imposible, completamente bizarra, y el espectador desconecta, se despega de la misma durante buena parte de la misma. Dos escenas y sucede eso. La clave de sexo igual a dolor, no placerโฆ no queda como debe quedar de reflejadaโฆ Es una lรกstima, porque el รบltimo tramo de la pelรญcula estรก lastrado por eso, consigue alejarnos de la historia, que es muy apreciable. Por su conjunto, por su final, por su valentรญa y por su modestia. Podรญa haber sido un brillante reflejo de nuestra historia recienteโฆ
Jesรบs Usero
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