Les Lyonnais, poderosa oferta de cine negro francรฉs, imprescindible para los aficionados al gรฉnero y muy recomendable para el resto.
El director de Les Lyonnais, Olivier Marchal, se confirma como uno de los grandes directores del gรฉnero criminal, uniendo esta pelรญcula a una filmografรญa que constituye una colecciรณn o muestrario impecable de historias criminales. Tรญtulos como Gangsters, Asuntos pendientes, Diamond 13 o MR73 llevan tambiรฉn su firma, aunque si tuviera que elegir la mejor entre todas ellas, serรญa sin duda Les Lyonnais, seguida, eso sรญ, muy de cerca por Asuntos pendientes.
โLibremente inspirada en las memorias de Edmond Vidalโ, anuncia el principio de Les Lyonnais, que nos zambulle desde el principio visualmente en unos tรญtulos de crรฉdito aderezados con Black Night, un tema del grupo Deep Purple. Es el reflejo musical de toda una รฉpoca, del pasado de los personajes. Y al mismo tiempo anticipa esa noche negran en la que van a penetrar los protagonistas pasados sus cincuenta aรฑos de edads. Tรญtulos de crรฉdito tajantes y expeditivos como la propia doctrina criminal de los protagonistas, contrapesada con esos otros momentos en que les vemos en situaciones mรกs cotidianas, como la cena en la parroquia, cuando hablan de los nietos, envejecer, miedo a perder el peloโฆ Y luego ese momento en el que se mezclan las dos cosas, la parte de acciรณn y crimen y la parte de realidad cotidiana, cuando Momon, con la taza del desayuno en la mano, contempla su โreinoโ al amanecer, un puรฑado de caravanas amontonadas en un barranco, y percibimos el comienzo de su felicidad, truncadaโฆ.
Basta con ver la relaciรณn apenas tratada pero contundentemente establecida en el relato con el mรญnimo de metraje, la mรกxima contenciรณn y el mรญnimo de melodramatismo fรกcil, para darse cuenta de por quรฉ al ver otros intentos menos afortunados de desarrollar planteamientos similares en pelรญculas norteamericanas, como Enemigos pรบblicos, nos parecen flojos, inverosรญmiles, tramposos, melodramรกticamente hipertrofiados. El cine norteamericano tiene serias dificultades para poder hacer circular un tipo de producto dentro del gรฉnero policรญaco como el que pueden ofrecernos otras cinematografรญas, como la britรกnica, la francesa o la espaรฑola.
Vista la producciรณn del gรฉnero que nos ha venido llegando en los รบltimos tiempos, es momento de afirmar que hoy por hoy el cine policรญaco hecho en Europa es claramente superior al norteamericano.
Les Lyonnais es una muy digna heredera de la tradiciรณn del cine negro francรฉs, el โpolarโ, y de su significado y vitalidad dentro de las historias policรญacas concebidas para la pantalla grande. El significado y la vitalidad narrativa la encontramos no tanto en sus escenas de acciรณn y violencia, bien ejecutadas pero al mismo tiempo juiciosamente administradas para ser mรกs eficaces (en lo referido a mostrar acciรณn y violencia en el cine policรญaco, siempre debe regir la idea de que menos es mรกs), sino en otros momentos de gran tensiรณn construidos aparentemente casi sin nada, pero notablemente complejos y muy definitorios de los personajes.
El โpolarโ francรฉs respira verosimilitud y credibilidad construida sobre la contenciรณn, como si atendiera al consejo que le da el padre al protagonista, Momo: โSe necesitan tres cosas para ser un hombre: la decencia, hablar poco y seguir tu caminoโ. Quรฉ bien nos irรญa a la mayorรญa en este revuelto mundo si hiciรฉramos caso tambiรฉn al padre del protagonista de Les Lyonnais. Y quรฉ bien le irรญa al cine norteamericano de policรญas aplicarse con mรกs frecuencia esa regla y tener la vista siempre fija sobre este tipo de productos de otras cinematografรญas, que como siempre ocurriรณ en el pasado, podrรญan ser un saludable bรกlsamo para el encasillamiento de sus propuestas genรฉricas.
Dentro de esa clave de verosimilitud desde la contenciรณn encontramos por ejemplo esa mirada de la mujer cuando Momo, el jefe del clan gitano, entra en casa, cargado con la culpa por haber incumplido la promesa que le hiciera a su mujer sobre no aplicar la violencia. Sรณlo esa mirada basta para hacer evolucionar la relaciรณn entre esos dos personajes, un matrimonio del que se nos dice todo, trazando un arco cronolรณgico de su relaciรณn que cubre varios aรฑos y construye uno de los dos personajes femeninos fuertes de la trama, tan fuertes como los masculinos, o quizรก mรกs, precisamente desde la contenciรณn, con muy pocos planos y aรบn menos diรกlogos. Esa mirada anticipa lo que va a ocurrir en ese matrimonio a partir de ese momento. Olivier Marchal no necesita mรกs para hacer que Janou, la compaรฑera del protagonista, se imponga como un personaje que ocupa en la mente del pรบblico ese mismo lugar permanente que ocupa en la mente del propio protagonista.
Otro acierto de la pelรญcula es la forma en la que maneja el puzzle de momentos del pasado interconectados con el presente que constituye el alma de la trama. El uso del flashback requiere una pericia en la medida del ritmo del relato que Les Lyonnais posee plenamente. De esa manera consigue que nos resulte mucho mรกs intensa la experiencia de seguirle los pasos a los protagonistas, aportando una forma de exponer los acontecimientos que contribuye tambiรฉn a organizar la intriga central de la relaciรณn entre el personaje de Momo interpretado por Gรฉrard Lanvin (enorme, simplemente) y su amigo y socio en el crimen Serge Suttel, al que da vida Tchรฉky Karyo con una energรญa y un talento que deberรญa hacer sonrojar a todos aquellos mequetrefes que han desperdiciado esa habilidad para la interpretaciรณn en personajes secundarios y villanos estereotรญpicos que no hacen honor al actor.
Miguel Juan Payรกn
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