Nicholas Meyer es un director poco conocido para el gran pรบblico, รฉse que sรณlo recuerda los nombres de los que rompen taquillas con cada pelรญcula que estrenan o a aquรฉllos que ganan premios importantes. Meyer no es ni lo uno ni lo otro, aunque sรญ tiene una legiรณn de admiradores: los trekkies, esos fanรกticos de Star Trek que le veneran despuรฉs de haber sido responsable de una de las mejores pelรญculas de la saga galรกctica: La Ira de Khan, estrenada en 1982 y que logrรณ una estimable recaudaciรณn de 78 millones de dรณlares, importante cantidad aunque insuficiente para que el director fuese reconocido internacionalmente.
Pero antes de lograr ese reconocimiento entre la comunidad de orejas puntiagudas, Nicholas Meyer estrenรณ, en 1979, con producciรณn de Warner Bros. y Orion Pictures, otra pelรญcula de ciencia ficciรณn que se ha convertido en una pequeรฑa obra de culto entre los aficionados al gรฉnero, una delicatessen interesante, con una de las mejores y mรกs originales tramas vistas en las รบltimas dรฉcadas en el gรฉnero, aunque lastrada por un guiรณn que desgraciadamente se centrรณ mรกs en aspectos convencionales que en los realmente apetecibles. Esa pelรญcula se titulรณ aquรญ Los Pasajeros del Tiempo, y proponรญa una extraordinaria aventura en la que H.G. Wells, el famoso escritor de ciencia ficciรณn, debรญa de enfrentarse al mismรญsimo Jack El Destripador en los aรฑos 70, a donde los dos habรญan viajado gracias a la mรกquina del tiempo que Wells ideรณ en su mรกs famosa novela. Un cross-over entre dos personajes reales y coetรกneos, original y divertido, que podrรญa haber sido todavรญa mejor si no fuese por esa รฑoรฑa e increรญble historia de amor que el escritor vive en su viaje al futuro.
Malcolm McDowell es H.G.Wells. el sufrido protagonista encargado de impedir que el mรญtico asesino cambie el Londres de finales del XIX por San Francisco en pleno siglo XX, como escenario de sus terribles crรญmenes. El famoso y prestigioso actor encajรณ como un guante en el papel, gracias a su condiciรณn de britรกnico y a sus innegables dotes para componer personajes importantes. Su rol de distinguido caballero en su Londres inicial es estupendo, asรญ como el de desubicado extranjero en un tiempo que no le corresponde. Por su parte, Jack El Destripador es David Warner, con quien Wells mantiene un duelo apasionante que se inicia con una simple partida de ajedrez que culminarรก con una mรกs dura batalla por la vida de varias mujeres y por unos ideales claramente antagรณnicos…
Warner, de carrera mucho mรกs discreta que McDowell, estรก tambiรฉn genial en su papel de asesino inter-temporal, y se muestra como unn sรกdico ser que odia el mundo en el que le ha tocado vivir, independientemente de la รฉpoca que toque.
Los Pasajeros del Tiempo podrรญa haber sido mucho mejor de lo que fue. La historia principal se ve perjudicada por el absurdo romance entre H.G.Wells y Amy Robbins, interpretada por Mary Steenburgen, una actriz hoy olvidada que volverรญa a protagonizar una pelรญcula de viajes en el tiempo en la tercera entrega de Regreso al Futuro. Esa historia de amor impide que se profundice mรกs en los dos interesantes personajes que se enfrentan, en su ideologรญa, en sus motivaciones y en su trascendencia y ambiciones.
Los diรกlogos que los protagonistas mantienen al principio de la pelรญcula nos dan una idea de los interesante que podrรญa haber resultado un duelo de mayor enjundia. Cuando los dos juegan al ajedrez, uno ve a dos iconos de la cultura britรกnica frente a frente, a dos personas antagรณnicas que coincidieron en el tiempo y a los que podemos ver en una divertida historia cinematogrรกfica. Pero aparece ese insufrible personaje femenino y parte de las aspiraciones de la pelรญcula se van al traste.
Pero ello no hace de esta producciรณn una pelรญcula desdeรฑable. Sobre todo teniendo en cuenta que Wells no ha tenido mucha fortuna en las adaptaciones al cine de su obra. En especial de La Mรกquina del Tiempo, que fue adaptada en 1960 por George Pal con un resultado, en mi opiniรณn, sobrevalorado, por no hablar de lo que hizo en 2002 el bisnieto de Wells, Simon Wells, quien hizo un destrozo con la obra de su antepasado.
Los Pasajeros del Tiempo se estrenรณ en los Estados Unidos el 31 de agosto de 1979, y pronto se convirtiรณ en una de esas pelรญculas que los aficionados al gรฉnero guardaron en su memoria como una original y divertida producciรณn. Con los aรฑos se sumaron todos aquellos aficionados que la descubrieron en pases televisivos, que otorgaron a la pelรญcula ese status de obra de culto que su estreno en los cines no produjo. Merece la pena verla, para recordar que Nicholas Meyer no fue sรณlo el director de una pelรญcula de รฉxito de una saga a la que recientemente JJ. Abrams ha garantizado larga vida y prosperidad…
ย