Crítica de la película Maléfica
Angelina Jolie se hace la dueña y señora de este cuento de hadas.
La compañía que ha reinado durante décadas en el género de los cuentos y las princesas en el campo de la animación (la más reciente el taquillazo de Frozen que es ya la quinta película que más ha recaudado de la historia en todo el mundo), y ahora nos trae una revisión de un clásico como La Bella Durmiente pero en imagen real, pasando el protagonismo a la “villana” de la función, Maléfica, pero manteniendo el estilo en muchos aspectos y el aspecto de cuento de hadas en sí. Aunque todo queda supeditado a la protagonista y su forma de interpretar a Maléfica, sin duda el punto realmente fuerte de la película, sobre todo porque se nota que la actriz se lo ha pasado en grande con un proyecto que la devuelve en carne y hueso a nuestras pantallas tras varios años alejada de las mismas. Desde que protagonizó The Tourist junto a Johnny Depp.
La propia Jolie ha comentado recientemente que prefiere dedicarse a su carrera como directora, donde tiene pendiente de estreno su segundo largometraje, y a su labor humanitaria, y que la interpretación va a quedar en un segundo plano para proyectos como Maléfica, que sepa que le pueden aportar algo. Imagino que no habla de premios, sino de la posibilidad de dar vida a un icono Disney y al mismo tiempo darle forma a su antojo, algo que como actriz supongo que le interesará bastante, porque, por el resultado, el proceso ha tenido que ser muchas cosas, pero aburrido no creo. Aunque puede que a la película le pese el hecho de que la moda de hacer revisiones de los cuentos clásicos nos haya traído versiones tan descafeinadas como las dos de Blancanieves (Maléfica es bastante superior a ambas en muchas cosas), Jack el Cazagigantes, que era muy interesante pero la taquilla la ignoró casi por completo, o la propia Alicia en el País de las Maravillas de Disney, que se quedaba bastante por debajo en mala uva y oscuridad de la versión de animación de los 50.
Maléfica intenta suplir esas carencias de películas como Alicia creando un universo de criaturas magníficas que viven en un bosque y que van de pequeños duendes y ninfas adorables, a aterradores espíritus del bosque en forma de árboles animados, serpientes de tierra (qué pena que no aprovechen más a ese bicho, porque es magnífico) o incluso dragones. Por no mencionar a la propia Maléfica, que es un hada pero con aspecto casi de demonio, aunque cuando realmente impone es cuando aparece con el traje de la versión animada, un homenaje que no es el único de la película. Es más, en los créditos ya nos dicen que está basada en el cuento clásico de Charles Perrault y en la película de animación de Disney. Así que es lógico que muchas cosas tengan ese aire tan familiar de la popular película, aunque siempre desde el punto de vista de Maléfica.
Otro de los cambios es que parecen haber metido en una coctelera la historia de la Bella Durmiente, junto a Narnia, algo que se nota desde el principio, con batalla campal incluida. Ayuda con el ritmo de la película y ayuda para que los mayores no se distraigan de lo que parece un producto para el público infantil, pero claro, como pasaba con Harry Potter, por ejemplo, o con la propia Narnia, los más pequeños se asustarán, y serán los mayores de ocho años los que disfrutarán del despliegue de criaturas, efectos y aventuras que propone la película de Robert Stromberg, un tipo que ha ganado dos Oscars y que ha sido responsable de efectos especiales de decenas de películas, y diseñador de producción de otras como Avatar u Oz. Se nota su mano en lo cuidado del aspecto visual de la película, en la riqueza del mundo que plantea, en las criaturas, en ese bosque tenebroso para unos y luminoso para otros.
Más cambios, la princesa. No estamos ante una Kristen Stewart o una Lilly Collins. Aquí la princesa es casi una niña, una adolescente con los rasgos de la siempre interesante Elle Fanning, quien muestra asombro e inocencia a partes iguales, pero que al reducir la edad del personaje, hace que el mismo pierda presencia, pierda algo de interés y vea sus tramas alteradas, desde el romance con el príncipe al momento de la rueca, donde lo que verdaderamente interesa al director es la villana, lo que hace y por qué lo hace. Porque la película intenta justificar a Maléfica, por qué es quien es, por qué gobierna el bosque como lo hace, por qué se enfrenta a los humanos… Y por qué cambia. Hasta el tema del beso que despierta a la Bella, Aurora, tiene un peculiar giro.
Claro que, por muy bien que se lo pase Angelina, por muy bien que nos lo haga pasar, eso hace que la película dé demasiados tumbos, que no sepamos qué historia quiere contarnos realmente, como si hubieran reescrito el guión sobre la marcha varias veces. Algo que se ve en el personaje del rey, interpretado por Sharlto Copley, de quien nunca llegamos a entender sus motivaciones o sus cambios, a veces algo radicales. También choca ver ciertas cosas que suenan a película de dibujos (diálogos, trajes…) con un ambiente tan oscuro y con tintes terroríficos a veces. Ese despiste produce cierta sensación de insatisfacción, de no entender el verdadero propósito de la película, y de falta de valor con el personaje central, valor que sí tuvieron (aunque el resultado final fuese peor) Charlize Theron y Julia Roberts en las dos versiones de Blancanieves, por ejemplo. Pero, claro, para los fans del cine fantástico entonces aparece un dragón soltando fuego y se te olvida todo. O una serpiente gigante que atraviesa la tierra como el agua. O un monstruo árbol montado en una especie de jabalí. Y se te llenan los ojos, vuelves a ser un niño, y pasas un rato entretenidísimo viendo la película. Que de eso se trata, nada más. Y encima con Angelina Jolie reinando sobre todos y todo.
Jesús Usero
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