Aรฑos despuรฉs del estreno de Los increรญbles de Pixar, la principal competidora de la compaรฑรญa que creรณ Toy Story, Dreamworks, lanza con previsible รฉxito su propia versiรณn del mundo de los superhรฉroes: Megamind. Son esos aรฑos y la actual invasiรณn en la cartelera del cine de personajes con superpoderes lo que puede darle a este largometraje el รฉxito de taquilla que necesita para ponerse a la altura de sus logros que le negรณ el resbalรณn de dosย de sus anteriores apuestas animadas, Monstruos contra alienรญgenas y la cuarta entrega de la agotada franquicia de Shrek, aunque justo es reconocer que con Cรณmo entrenar a tu dragรณn recuperรณ merecidamente la confianza del pรบblico y la crรญtica. Despuรฉs de ver Megamind podemos afirmar que Dreamworks mantiene esa tรณnica de calidad y evoluciรณn marcada por la peripecia de los dragones, que de alguna manera, y a la vista de este nuevo estreno, parece haber marcado un antes y un despuรฉs en la trayectoria comercial y creativa de la compaรฑรญa.ย Y vuelve con fuerzas y recursos para mantenerse como una de las principales referencias en el mundo de los dibujos animados.
Trailer
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El enredo argumental que plantea Megamind mejora el tipo de propuestas narrativamente algo simplonas a que nos tenรญa acostumbrados el estudio, y es totalmente independiente de lo que ya nos sugiriera Los increรญbles, que hoy estรกn representados mejor en la serie de televisiรณn No Ordinary Family, sobre la que he publicado un artรญculo en las pรกginas del รบltimo nรบmero de la revista Acciรณn.
Los creadores de Megamind han sido suficientemente astutos como para esquivar aquella fรกbula de Pixar a pesar de jugar en el mismo territorio genรฉrico, y frente a la humanizaciรณn del personaje superherรณico, ahogado por la cotidianeidad e intentando redimirse para recuperar su verdadera naturaleza mesiรกnica que nos propusiera aquella, mantiene a sus personajes metidos en todo momento en el mundo de los superpoderes, pero se plantea algo igualmente interesante, o quizรก incluso mรกs: una reflexiรณn sobre el concepto del villano, sus motivaciones, para quรฉ nos sirve, por quรฉ estรก en la narrativa de ficciรณn como elemento central e imprescindible, por quรฉ a la larga es el verdadero motor de los acontecimientos que se producen en la fรกbula, y quรฉ ocurre cuando, en esa falsa funciรณn de complemento, el mal se queda solo, sin hรฉroe con el que interactuar, y el tipo de transformaciones que se producen en el personaje del villano cuando tal cosa ocurre y se rompe el equilibrio natural en las fรกbulas de ficciรณn, que tradicionalmente ya sabemos giran en torno a la lucha del bien contra el mal, pero en las que, despuรฉs de ver esta pelรญcula, en muchos aspectos sabiamente irreverente con las tradiciones de la ficciรณn mรกs convencional y plana, tenemos ya mรกs claro que el verdadero motor es el mal.
Megamind conoce a Roxanne
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Tomando como evidente punto de referencia las aventuras del incombustible Supermรกn, del que Metroman es un รฉmulo convincente e hilarante, siguiendo la pauta de sรกtira que rezuma todo este largometraje, Megamind hace ademรกs algunos requiebros interesantes de justificaciรณn del villano que en buena medida parecen un catรกlogo de la alienaciรณn como forma de vida, y de las formas mรกs extremas para sobrevivir a la misma. En un mundo como el nuestro, en el cual todo el mundo estรก โconectadoโ a travรฉs de las redes sociales y, al menos en apariencia (aunqueย no tanto en la realidad), el personal tiene mรกs difรญcil sentirse marginado del resto del rebaรฑo (aunque habrรญa mucho que hablar de todo ello, รฉste no es el lugar mรกs apropiado), llama la atenciรณn cรณmo la pelรญcula abunda en el tema esencial de la soledad, de no sentirse aceptado, que es lo que lleva al verdadero protagonista de la historia, el villano que da tรญtulo a la pelรญcula, a convertirse en un genio del mal con un notable sentido de la autoparodia que acaba metiรฉndose en el bolsillo al espectador sin dificultad, porque dice aquello que no es โpolรญticamente correctoโ decir, y manifiesta con sus palabras y con sus obras lo que muchos nos atrevemos a pensar, pero no tantos tienen las agallas de aceptar y difundir: el mal no se crรญa solo, recibe ayuda abundante del entorno.
Repleta de guiรฑos en los que la parte del leรณn se la lleva el Supermรกn de la editorial DC pero donde tambiรฉn hay sitio para el emblemรกtico lรญder del desembarco de los superhรฉroes de la Marvel en la pantalla grande, Iron Man, Megamind es un retrato no sรณlo de la narrativa de superhรฉroes sino que a travรฉs de la misma y de su papel como espejo deformante de la realidad en la que vivimos y reconstrucciรณn modernizada de los panteones paganos mรกs socorridos (Grecia, Roma, la mitologรญa nรณrdica, etcรฉtera), nos habla de nuestra propia sociedad sin pasarse de la raya en el discursito buenrrollista que suelen tener este tipo de producciones de dibujos animados y que tanto nos toca las narices a algunos.
Por cierto, Will Ferrell no suele hacerme gracia, pero aquรญ me he reรญdo. Debe ser por el dibujo… Pero con lo que realmente me he puesto al borde de la carcajada es con el sicario pez, cuya eficacia humorรญstica estรก a la altura del Igor de Marty Feldman en El jovencito Frankenstein.
Miguel Juan Payรกn
Megamind conoce a Minion
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