Pacific Rim. Gozada. La mejor historia de monstruos gigantes desde que se estrenรณ la primera versiรณn de King Kong.
Los monstruos gigantes, kaijus, asolan la Tierra y Guillermo del Toro acude al rescate con una raciรณn de cine de entretenimiento y espectรกculo que garantiza 131 minutos de evasiรณn para toda la familia y ademรกs es mejor que las peripecias de los Transformers de Michael Bay y el Godzilla de Roland Emmerich. Cine de evasiรณn de primera.
Del Toro reconstruye la mitologรญa de las pelรญculas de monstruos japonesas, el kaiju eiga, y las pelรญculas, cรณmics y series de animaciรณn con robots gigantes tripulados por humanos, mecha, creando un nuevo universo de fantasรญa que estรก a medio camino entre el talento y la imaginaciรณn de sus creaciones como cineasta autor y sus aportaciones siempre entretenidas como cineasta de evasiรณn y entretenimiento. La ventaja de ir a ver una pelรญcula de Guillermo del Toro, que por otra parte seguramente no hace esta distinciรณn tan drรกstica entre sus proyectos mรกs personales, estilo Cronos, El espinazo del diablo o El laberinto del fauno y sus trabajos para el cine mรกs comercial, como Mimic, Blade II o las dos entregas de Hellboy, es que da lo mismo a cuรกl de estas dos alternativas pertenezca, porque inevitablemente te vas a encontrar con una pelรญcula de calidad con huellas de autor mezcladas con todo el espectรกculo visual que anima el talento del director mejicano, un autรฉntico tesoro para el cine fantรกstico de nuestros dรญas.
Por ejemplo en Pacific Rim, entre los robots gigantes y los monstruos titรกnicos dedicados a reducir a escombros ciudades enteras en espectaculares secuencias de acciรณn, el director introduce un personaje y una historia que forma parte de esa otra corriente de fabulaciรณn fantรกstica mรกs vinculada con los cuentos infantiles tรฉtricos y perversos, que anida en su cine mรกs de autor. Me refiero al personaje de la heroรญna de la historia, Mako Mori (interpretada por Rinko Kikuchi), la joven japonesa que arrastra un trauma infantil capaz de ser al mismo tiempo un homenaje a los mangas y animes y un guiรฑo a los niรฑos maltratados y heroicos supervivientes en todas las pelรญculas del director, cuyo trabajo con los personajes infantiles empieza a merecer un estudio muy serio arrancando con un repaso a las teorรญas de morfologรญa de los cuentos infantiles elaboradas por Vladimir Propp. Esos niรฑos del cine de Guillermo del Toro son ecos bien cultivados de los niรฑos que poblaron el cine del Neorrealismo italiano, de esos niรฑos que intentaban sobrevivir entre los escombros creados por los adultos en la trilogรญa de la guerra de Roberto Rossellini, Roma ciudad abierta, Paisรก (Camarada), Alemania aรฑo cero, de ese niรฑo que perdonaba a su padre tendiรฉndole la mano conciliadora en Ladrรณn de bicicletas de Vittorio De Sica, o de esa niรฑa convertida en juguete roto de los traumas de su madre en Bellรญsima, de Luchino Viscontiโฆ Aunque a la carga dramรกtica, humana y emotiva de sus antihรฉroes infantiles aรฑada Guillermo Del Toro las agallas de los protagonistas de Los olvidados, de Luis Buรฑuel.
Pero sobre todo este festival de evasiรณn de Guillermo Del Toro es la edificaciรณn en toda regla de una nueva mitologรญa para uno de los temas favoritos del lado mรกs friqui del director, al que es fรกcil imaginarse como consumidor de las pelรญculas de Godzilla y otros monstruos gigantes dirigidas por Inoshiro Honda, al que estรก dedicado este largoemetraje, y los disparatados episodios de iconos de la cultura popular como Mazinger Z o Evangelion. Mรกs Mazinger Z que Evangelion, aunque los espectadores mรกs jรณvenes tiendan a identificar Pacific Rim con la segunda y no con la primera, por aquello de que a cada cual le aprieta el zapato por todo aquello que vio cuando era adolescente. Quien dude de lo que digo, lo tiene fรกcil: esa escena de la cรกpsula descendiendo hasta el epicentro cerebral del robot, la cabeza del titรกn, en plano cenital, es un clarรญsimo homenaje a Mazinger y Koji Kabuto, su intrรฉpido tripulante.
Y, hablando de tripulantes, ahรญ entramos en la parte mรกs descaradamente friqui y festiva de la propuesta de evasiรณn de Pacific Rim. En los operarios encargados de los robots gigantes que protagonizan su fรกbula, Guillermo Del Toro se las ingenia para aunar el tรณpico a modo de guiรฑo en personajes como los pilotos rusos, cuya cabellera rubia es todo un guiรฑo al icรณnico boxeador Ivรกn Drago interpretado por Dolph Lundgren que se enfrentaba al Rocky Balboa de Stallone en Rocky IV, el Mariscal Pentecost encarnado por Idris Elba, inevitable figura paternal de autoridad en este tipo de historias, o ese padre, Hรฉrcules Hansen, al que da vida Mark Martini, aguantando a un hijo estrella en el pilotaje de titanes, Chuck Hansen, encarnado por Robert Kazinsky, que constituyen el coro griego heroico tras el antihรฉroe interpretado por Charlie Hunnam, protagonista de la serie Hijos de la anarquรญa, que le da un cierto aire a lo James Dean pero con las trazas de Steve McQueen a su personaje de rebelde con causa buscando su redenciรณn. De hecho, cuando empieza la trama, el personaje de Hunnam, Raleigh, es mรกs un niรฑato heroico, pero a medida que la historia avanza, el talento de este actor para interpretar todo lo que se le ponga por delante consigue sobreponerse al esquematismo mรกs bien tรณpico de su personaje, cosa que sin duda un astuto Guillermo Del Toro calculรณ y tuvo bien en cuenta a la hora de elegirle para interpretar ese personaje que el propio director sabe es forzosamente tรณpico y al que el actor consigue sacar de su bidimensionalidad natural para otorgarle una apariciencia mรกs sรณlida y compleja de la que estรก escrita en el guiรณn.
Aรฑadan a esa ecuaciรณn una grieta abierta entre dimensiones que escupe monstruos gigantes a nuestra realidad, un muro construido para contener a las criaturas, los รบltimos titanes robรณticos con que cuenta la humanidad para ganar esa guerra contra lo imposible, un acertado y elocuente chiste sobre lo analรณgico y lo digital, y toda una colecciรณn de personajes secundarios que materializan el lado mรกs friqui del cine de Guillermo Del Toro, desde la apariciรณn de Ron Perlman en un personaje que, sinceramente merece su propia pelรญcula, serie de televisiรณn o similar, hasta el cameo de Santiago Seguraโฆ
Todo en Pacific Rim estรก construido para que nos lleve a pasar un buen rato trepidante y muy entretenido, hasta el punto de que incluso nos entran ganas de salir disparados a comprar cualquier cรณmic, serie de televisiรณn, libro o serie de animaciรณn que pueda seguir abriรฉndonos las puertas de ese nuevo universo de fantasรญa que Del Toro nos ha abierto de par en par con la mejor historia de monstruos gigantes desde que se estrenรณ la primera versiรณn de King Kongโฆ
Miguel Juan Payรกn
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