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martes, septiembre 10, 2024
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PULP FICTION: La obra maestra de Quentin Tarantino

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Temรญa escribir sobre Pulp Fiction, bรกsicamente porque resulta difรญcil escribir sobre una pelรญcula a la que tantos escritos y anรกlisis seย  han dedicado. Pero รฉste es un blog que recoge las inquietudes de un cinรฉfilo, y sentirรญa que tendrรญa una cuenta pendiente con quien me lea si no hablo de una de mis pelรญculas favoritas de siempre. Y cuando hablo de โ€œpelรญcula favoritaโ€ me refiero a una que entrarรญa en una lista muy pequeรฑa, no a una pelรญcula que meterรญa en el tรญpico listado de veinte o cincuenta. Efectivamente, Pulp Fiction, la recordada maravilla de Quentin Tarantino, estรก entre mis tres o cinco pelรญculas favoritas de todos los tiempos.

Y como este artรญculo trata sobre una obra tan sobada por los crรญticos y analistas, tan desmenuzada analรญticamente, estudiada y milimรฉtrica y exhaustivamente considerada, me limitarรฉ a hacer, una vez mรกs, lo que llevo haciendo desde que los responsables de la revista Acciรณn me cedieron un blog en su web, es decir, comentar desde un punto de vista meramente personal quรฉ significรณ para mi la pelรญcula, y por quรฉ se convirtiรณ en uno de mis referentes cinematogrรกficos fundamentales. Porque si el cine tiene mucho de personal, en cuanto a gustos y opiniones, no podรญa dejar pasar la oportunidad de explayarme aquรญ acerca de las sensaciones que me produjo asistir a la definitiva consolidaciรณn de quien es, en mi opiniรณn, el mayor talento que ha surgido en el cine en los รบltimos veinte aรฑos.

La historia es conocida. Pulp Fiction fue el segundo largometraje de Quentin Tarantino, quien habรญa revolucionado el panorama cinematogrรกfico en 1992 con Reservoir Dogs, una pelรญcula que se convirtiรณ en protagonista de los corrillos cinematogrรกficos mรกs elitistas, la obra de la que hablaban todos los chalados del cine que rebuscan mรกs allรก de los productos comerciales, siempre con la intenciรณn de encontrar fuera de los circuitos convencionales pelรญculas distintas y estimulantes. Yo, ya por aquel entonces, encajaba a la perfecciรณn en ese perfil de cinรฉfilo inquieto, a pesar de que, como muy bien supondrรกn quienes sigan con asiduidad este blog, nunca he hecho ascos a las propuestas mรกs palomiteras. Pero, en aquel lejano 1992, y, sobre todo en 1993 (ya que la pelรญcula se estrenarรญa en Espaรฑa en octubre del 92 en un reducido nรบmero de salas y tendrรญa especial relevancia en los videoclubs al aรฑo siguiente), todo apasionado del cine hablaba sobre Reservoir Dogs. Y los medios especializados, la prensa, las revistas, comentaban el impacto que habรญa tenido la obra, sobre todo desde su estreno en el Festival de Sitges, en el que Tarantino logrรณ los premios como mejor director y guionista, cediendo en el de mejor pelรญcula ante Ocurriรณ cerca de su casa, aquel falso documental de terror belga que, al contrario que Reservoir Dogs, caerรญa en el olvido a los pocos aรฑos. No serรญa la รบnica vez que a Tarantino le birlasen premios en favor de obras mucho peores, y en contiendas de mucha mรกs enjundia que nuestro querido Festival Internacional de Cine de Cataluรฑa.

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Reservoir Dogs era una pelรญcula sobre robos y atracos, gรฉnero recurrente cuyos cimientos tambalearon con el huracรกn Tarantino. La pelรญcula no asombraba desde el punto de vista argumental, sino como absoluta rompedora en cuanto a personajes y diรกlogos, aspectos en los que residรญa su verdadero valor. Nunca hasta ese momento habรญamos conocido a una panda de ladrones que debatรญan acerca de la interpretaciรณn de canciones de Madonna (anticipo, quizรกs, del profundo apego del director a la cultura popular, la misma que estarรญa presente en su segunda pelรญcula), o que cantaban pegadizas canciones mientras rebanaban una oreja a un secuaz. Las frases que soltaban los personajes eran contundentes y, en muchos casos, violentas. Con el paso de los aรฑos, Tarantino se ha confirmado como un director violento, ya no desde el punto de vista fรญsico o estรฉtico, sino tambiรฉn dialรฉctico, con sentencias repletas de mal gusto, tacos, blasfemias y frases desgarradas. Pero, lejos de ser algo reprochable, es imposible rendirse ante la habilidad del tipo para encontrar su estilo en lo soez y en la violencia, componiendo a lo largo de su filmografรญa escenas memorables con abundantes diรกlogos que en manos de otro director hubiesen sido calificados como ejemplos de mal gusto.

Pero volviendo a lo personal, quien esto escribe empezรณ a leer y a oรญr cosas sobre la pelรญcula tras su paso por Sitges, con lo que el interรฉs fue aumentando por momentos. Como no podรญa ser de otra manera, sobre todo viviendo en una ciudad pequeรฑa de escasa oferta cinematogrรกfica, pude ver Reservoir Dogs gracias al videoclub, en donde la pelรญcula se convirtiรณ en objeto de deseo y adoraciรณn por parte de todo buen cinรฉfilo. Ignoro la cuantรญa de los ingresos que produjo por su alquiler, pero seguro que, en relaciรณn a su promociรณn, resultรณ un excelente negocio para los regentes de esos locales, hoy en vรญas de extinciรณn por el auge de internet.

Como no podรญa ser de otra manera, Reservoir Dogs me impactรณ, me impresionรณ por esa vuelta de tuerca a un gรฉnero siempre interesante, pero al que Tarantino habรญa impregnado de tantas cosas que hasta podรญas olvidar que estabas viendo una peli de atracos. Me reรญ con los diรกlogos, y la acertada selecciรณn de canciones hacรญa que por momentos te evadieses de la trama que contaba la pelรญcula, como si asistiese a un festival de referencias populares mientras unos gรกngsters urdรญan un plan.

Y, como no podรญa ser de otra manera, me quedรฉ con ese nombre de fonรฉtica llamativa y contundente. Quentin Tarantino se habรญa convertido en alguien a tener en cuenta, vista su รณpera prima, pero no podรญa imaginarme la relevancia que alcanzarรญa sobre el cine en general, y sobre mi, como cinรฉfilo, en particular. Cuando empezรณ a surgir informaciรณn acerca de su nueva pelรญcula, ahรญ estuve, pendiente de todo lo que se iba conociendo. Pero ese interรฉs no se acercaba al que despertaba en mi cada nuevo proyecto de cineastas mรกs consagrados por aquel entonces, los Spielberg, Burton, Cameron y compaรฑรญa. La verdad es que, tras ver Reservoir Dogs, no podรญa imaginarme que el cine de Tarantino ocuparรญa en mis preferencias un lugar tan elevado, superando incluso a alguno de aquellos a quienes tanto admiraba.

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No proliferaban las noticias sobre lo nuevo del director. Porque, no nos engaรฑemos, el triunfo de su รณpera prima no habรญa sido, precisamente un fenรณmeno de masas. Como tantas y tantas pequeรฑas pelรญculas, Reservoir Dogs habรญa calado en quienes consideran que el cine es algo mรกs que una (maravillosa) actividad de ocio. Yo me fijรฉ en que dos de los estrenos posteriores mรกs notorios tenรญan un guiรณn firmado por Quentin. Amor a Quemarropa estuvo dirigida por Tony Scott, y era una historia de delincuentes y traficantes que, como se comprobarรญa posteriormente, destilaba el particular estilo del creador por todos sus poros, aunque el tratamiento de Scott no satisfizo a Tarantino, en especial la manera de rodar el frenรฉtico desenlace. Pero mรกs sangrante fue lo que hizo Oliver Stone con Asesinos Natos, una versiรณn moderna de Bonnie & Clyde, en la que el director, inexplicablemente, usรณ el mismo montaje cargante que tan buen resultado le habรญa dado en JFK, con constantes imรกgenes onรญricas y brevรญsimos planos que no pegaban en una cinta de acciรณn bastante mรกs convencional que casi todos los libretos firmados por Tarantino.

Y llegรณ 1994. Las primeras noticias sobre Pulp Fiction decรญan que la cinta habรญa sido seleccionada para competir en el Festival de Cannes. Yo lo asumรญ con una sensaciรณn extraรฑa: Cannes era la pasarela del cine de qualitรฉ, y, aunque, en mi opiniรณn, Reservoir poco o nada tenรญa que ver con el cine de los grandes estudios, toda esa sensaciรณn de apego de la pelรญcula a la cultura popular la situaba, creรญa yo, lejos del cine que frecuentemente compite por la Palma de Oro. Lleguรฉ a pensar que quizรกs Tarantino era realmente un director de arte y ensayo, estilo que habrรญa confirmado en su segunda pelรญcula. No disminuyรณ mi deseo por verla, pero me cambiรณ un poco la perspectiva, aunque a medida que se aproximaba el estreno aumentaba mi deseo por comprobar quรฉ tipo de cine era Pulp Fiction, ยฟcultura popular? ยฟceluloide de prestigio al nivel de Antonioni, Chen Kaige o David Lynch?

Y, claro, el interรฉs se multiplicรณ cuando Pulp Fiction se alzรณ con la Palma de Oro. El jurado, presidido por Clint Eastwood, la habรญa considerado como la mejor pelรญcula a competiciรณn, por delante de los trabajos de cineastas como Nanni Moretti, Krzysztof Kieslowski, Nikita Mikhalkov, Patrice Chรฉreau, Atom Egoyan, Abbas Kiarostami o Zhang Yimou, tรญpicos directores del gusto de Cannes. Y por si hubiera pocos motivos para desear verla, los crรญticos desplazados a la ciudad francesa hablaban maravillas de la pelรญcula, y, lo que era aรบn mรกs estimulante, la definรญan como una estupenda cinta de gรกnsgters, que homenajeaba a las viejas historietas publicadas en las revistas de papel de pulpa, baratas, pero de sencillas pretensiones de evasiรณn…Es cierto que su estructura coral y de tramas paralelas no habรญa convencido a algunos, pero en su mayorรญa, la crรญtica estaba encantada. No dejaba de sorprender que una obra con semejante argumento triunfase en Cannes…ยฟserรญa la presiรณn de Lalo Schifrin, compositor de bandas sonoras tan populares como la de la serie Misiรณn Imposible o de las de pelรญculas como Operaciรณn Dragรณn, y miembro del jurado?

Sea como fuere, por la afortunada presencia de Schifrin o Eastwood en el jurado (sin olvidar a Guillermo Cabrera Infante, quien en su libro autobiogrรกfico Cine o Sardina decidiรณ situar en portada a Indiana Jones, demostrando sus populares gustos), el caso es que Pulp Fiction habรญa gustado a un amplio abanico de inquietas mentes cinรฉfilas. Mรกs motivos para desear verla.

El estreno en los Estados Unidos tuvo lugar el 14 de octubre de 1994, aunque un poco antes, el 23 de septiembre, se habรญa podido ver la pelรญcula en el Festival de Nueva York. En Espaรฑa se estrenรณ el 13 de enero de 1995, una fecha idรณnea, justo despuรฉs de las empalagosas fiestas navideรฑas, cuando el almรญbar y el buenismo de esas fechas comienzan a evaporarse, y un producto tan rompedor y polรญticamente incorrecto sirve para desengrasar. Si Disney suele ser una de las compaรฑรญas que copan las salas de cine en Navidad, con sus cintas animadas y sus pelรญculas de imagen real para toda la familia, una filial suya, Miramax, la compaรฑรญa de los polรฉmicos hermanos Weisntein, serรญa la encargada de animar la cartelera post-navideรฑa.

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Esos hermanos Weinstein jugaron un papel fundamental. Un poco mรกs adelante hablarรฉ de otros nombres decisivos en el impulso final de la pelรญcula, pero antes es importante descubrir a estos dos tipos de personalidades tan marcadas e infinita ambiciรณn. Ellos fueron los fundadores de una de las compaรฑรญas mรกs presentes durante los 90 y en los primeros aรฑos del nuevo siglo en las ceremonias de los ร“scars. Crearon Miramax para producir cine de evidentes intenciones rompedoras, tratando de competir con las majors mediante proyectos arriesgados, apostando por jรณvenes talentos. Pero en 1994 la situaciรณn econรณmica de la empresa era delicada. Sรณlo puntuales รฉxitos anteriores, como El Cuervo o Clerks, habรญan supuesto un pequeรฑo respiro, pero la amenaza de quiebra estaba latente. Los hermanos tuvieron el olfato suficiente como para apostar por Pulp Fiction, y los 217 millones de dรณlares de recaudaciรณn salvaron a la empresa. Aรฑos mรกs tarde, los Weinstein serรญan considerados como el azote de los grandes estudios, por sus agresivas campaรฑas a favor de sus pelรญculas susceptibles de acaparar nominaciones al ร“scar. Y no les fue mal, ya que triunfadoras como El Paciente Inglรฉs,ย  El Indomable Will Hunting, Shakespeare in Love o No es paรญs para viejos llevaron su sello. Pero los problemas econรณmicos volverรญan a hacer mella, y Disney, que habรญa adquirido Miramax en 1993, la vendiรณ a un grupo de inversores privados. Pero el inconfundible logo de Miramax serรญa una de las primeras imรกgenes que los espectadores de Pulp Fiction contemplasen.

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Roger Avary tambiรฉn tuvo mucho que ver en el jaleo. Habรญa colaborado con Tarantino en el libreto de Reservoir Dogs, y su trabajo conjunto para escribir Pulp Fiction acabarรญa enemistรกndoles. Los dos recogerรญan el ร“scar al mejor guiรณn, pero Avary reclamarรญa la atenciรณn mediรกtica asegurando que habรญa sido mucho mรกs importante en la creaciรณn de la pelรญcula que los que los crรฉditos de รฉsta seรฑalaban. Y es que Pulp Fiction fue presentada como una pelรญcula โ€œescrita y dirigida por Quentin Tarantinoโ€. El cineasta se excusรณ afirmando que Avary sรณlo era responsable de unas pocas escenas sueltas, y que prรกcticamente toda la historia era cosa suya. Pasados los aรฑos, los dos han coincidido en que el segmento del reloj (la increรญble escena protagonizada por Christopher Walken) corresponde a Roger Avary, y รฉste, ademรกs, sigue asegurando que otros pasajes importantes fueron escritos por รฉl. Sea como fuere, y ya que estamos hablando de cultura popular, el asunto recuerda a los problemas que tuvieron Bob Kane y Bill Finger acerca de la autorรญa de Batman.

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De esta forma, Tarantino, Avary y los Weinstein sacaron adelante una pelรญcula tan legendaria como original. Yo la vi, por primera vez, en un pequeรฑo cine de mi ciudad, el 17 de enero de aquel 1995. Y las sensaciones que me produjo fueron indescriptibles. Lo primero que apreciaba es que la pelรญcula desprendรญa una sensaciรณn de adicciรณn รบnica. Cada escena transmitรญa unos deseos inmensos por ver la siguiente, cada plano sobrepasaba la pantalla para hacerme partรญcipe de unos escenarios y una atmรณsfera totalmente diferentes a lo que habรญa visto antes. Todo era tan novedoso y llamativo que si te fijabas en los lugares por los que se movรญan los personajes temรญas perderte parte de los increรญbles diรกlogos que pronunciaban. De repente unos gรกngsters vestidos elegantemente hablaban de hamburguesas de McDonald`s, de masajes en los pies de la novia de su jefe y se movรญan con una seguridad y una gestualidad insรณlitas. Todo era nuevo, bonito y entretenido, tremendamente entretenido…

A medida que avanzaba el metraje, una pregunta me invadรญa. ยฟQuรฉ estaba viendo? ยฟUna comedia? ยฟCine de gรกnsgters y mafiosos? ยฟCine negro? ยฟCine de acciรณn? Pulp Fiction era un soplo de aire tan fresco que resultaba inclasificable. Te reรญas con gags insertos en una trama nada cรณmica a priori (lo que ocurre dentro del coche cuando a Vincent Vega se le dispara el arma es sencillamente antolรณgico), y asistรญas a tiroteos y escenas de acciรณn. Y para aumentar la sensaciรณn de despiste, pronto aparecรญan nuevos personajes y tramas, que terminarรญan confluyendo de una manera magistral.

Como no podรญa ser de otra manera, Pulp Fiction requerรญa mรกs de un visionado para disfrutarla plenamente. Pocos dรญas despuรฉs de verla por primera vez, y ya habiendo asimilado la trascendencia que sin duda iba a adquirir, volvรญ a verla en el mismo cine, en la misma sala y en la misma butaca. En una รฉpoca en la que no se disponรญa de internet para complementar un visionado, el hecho de verla con tranquilidad y tratando de asimilar todo lo que mostraba me hizo comprender lo que significaba Pulp Fiction. Tarantino habรญa logrado imprimir a una pelรญcula barata, pequeรฑa y sin efectos especiales, toda la adrenalina y la potencia narrativa del mejor de los blockbusters. Y lo habรญa hecho con los dogmas que dรฉcadas atrรกs habรญa hecho grande al cine: historia, diรกlogos y actores. Esos tres elementos eran suficientes para engancharte en la butaca y para que no mirases el reloj durante 154 minutos, ya que si lo hacรญas corrรญas el riesgo de perderte algรบn detalle, algรบn diรกlogo, algรบn gesto o mirada de alguno de los inolvidables personajes. Era cine aรฑejo, en cuanto a los instrumentos que utilizaba para ganarse el favor del espectador, pero embutido en un halo de modernidad apabullante…

Supongo que resultarรก absurdo hablar de la trama. Todo el mundo ha visto Pulp Fiction, y sabe que se compone de tres historias que confluyen a medida que avanza el metraje, protagonizadas por personajes que se mueven, en su mayorรญa, al mรกrgen de la ley. Son mafiosos, ladrones, asesinos, traficantes, boxeadores corruptos y gรกngsters, que pululan por escenarios de inequรญvoco diseรฑo pop, escupiendo frases y diรกlogos memorables. E interpretados por un amplรญsimo grupo de actores y actrices en estado de gracia…

Son tantos que me dejarรฉ a alguno. Como no podรญa ser de otra manera, John Travolta, Samuel L. Jackson y Uma Thurman se llevaron un importante pedazo de la tarta en forma de gloria. Los tres fueron candidatos al ร“scar, Travolta como actor principal, pero ninguno resultรณ vencedor. De hecho, Samuel L. Jackson maldijo el momento en el que Martรญn Landau le arrebatรณ la estatuilla al mejor actor de reparto, murmurando la palabra โ€œsheetโ€, que las cรกmaras recogieron con claridad, como si siguiese metido en su inolvidable personaje de Jules Winfeld.

Travolta fue, sin duda, el gran beneficiado del รฉxito de la pelรญcula. Su carrera se habรญa desinflado hacรญa tiempo, resignado en los aรฑos precedentes a poner la voz al bebรฉ en Mira quiรฉn habla y sus secuelas, y Tarantino le volviรณ a poner en el candelero. Nunca habรญa sido un actor especialmente dotado, pero su Vincent Vega resultรณ imponente, carismรกtico, e incluso entraรฑable. Y, aunque llevaba mรกs de una dรฉcada sin hacerlo (desde Fiebre del Sรกbado Noche), volviรณ a bailar en el cine, en la genial escena en la que se mueve a ritmo de twist con Uma Thurman.

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Fue, sin duda, una de las escenas mรญticas de la pelรญcula, y el Jack Rabbit Slim, el local en el que bailan, se convirtiรณ sin duda en uno de nuestros lugares de cine mรกs queridos. Era cool, sexy y moderno, y podรญas encontrarte a un gรกngster que baila con la novia de su jefe mientras disfrutabas de un delicioso batido.

Mรกs allรก de ese triunvirato, encontramos rostros intrรญnsecamente tarantinianos. Gente como Tim Roth, Harvey Keitel o Steve Buscemi ya habรญan formado parte de Reservoir Dogs, e intรฉrpretes como Eric Stolz, Amanda Plummer, Ving Rhames, Maria de Medeiros o Rosanna Arquette encontraron en la pelรญcula los mejores papeles de sus carreras. Bruce Willis, fue, quizรกs, la รบnica concesiรณn al star system, y no defraudarรญa en su papel de boxeador. El propio Tarantino se reservรณ un papel, compartiendo plano con el hilarante Harvey Keitel, quien volviรณ a asumir el rol de โ€œlimpiadorโ€, el mismo que habรญa tenido un aรฑo antes en La Asesina, el remake americano de la pelรญcula francesa Nikita. Como no podรญa ser de otra manera, la versiรณn desenfadada y jocosa del personaje que limpia las consecuencias de un crimen mal ejecutado calรณ mucho mรกs que la seria y psicรณtica que habรญa encarnado poco antes.

Todos estaban geniales. Y componรญan un mosaico de caras y personalidades que encajaba a la perfecciรณn en el universo que Tarantino pretendรญa mostrar. Cuando ves la pelรญcula, das por hecho que en algรบn lugar de los Estados Unidos pululan personajes asรญ, con esos rostros y fisonomรญas. No te extraรฑarรญa cruzarte con gรกngsters parecidos a Travolta y Jackson, cuyo jefe te imaginarรญas con los rasgos de Ving Rhames, quien a su vez podrรญa tener perfectamente una novia tan alocada y drogadicta como la que encarnรณ Uma Thurman. Y quรฉ mejor boxeador que ese Bruce Willis, arrebatador cuando habla en portuguรฉs con su novia Marรญa de Mediros, y al que recoge esa taxista con el sensual aspecto de Angela Jones.

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La trascendencia de la pelรญcula se demuestra, en mi opiniรณn, por la cantidad de cosas que se han quedado en nuestra memoria. Cosas que han perdurado, que se han convertido en iconos cinematogrรกficos. Escenas como el baile de Vincent Verga y Mia Wallace en el Jack Rabbit Slim, el juego de seducciรณn de esos dos mismos personajes en la sofisticada casa de Marsellus Wallace, el flashback del boxeador Butch cuando recuerda la conversaciรณn con su padre siendo niรฑo, la pistola que se dispara por accidente en el coche, el trocito de la vรญctima de ese accidente en el pelo de Jules, el pasaje bรญblico del Libro de Ezequiel que รฉste pronuncia justo antes de cargarse a alguien, la conversaciรณn sobre hamburguesas, el mcguffin presente en el maletero del coche…Pocas pelรญculas han proporcionado tantos motivos para que se queden fijadas en nuestras retinas cinรฉfilas. Empezando, por supuesto, por el precioso pรณster, รฉse en el que Uma Thurman nos mira con displicencia mientras hojea una revista pulpa, y que ocupa una importante parte en una pared del salรณn de mi casa…

Es de sobra conocido lo que vino despuรฉs. Siete nominaciones al ร“scar, con premio para el guiรณn de Tarantino y Roger Avary. Forrest Gump fue la principal culpable de que no hubiese mรกs estatuรญllas, algo entendible para la conservadora Academia, que prefiriรณ la estupenda y particular revisiรณn de la reciente historia de los Estados Unidos, vista a travรฉs de los ojos del deficiente Forrest encarnado por Tom Hanks. Pero, aunque las dos pelรญculas han superado la difรญcil prueba del paso del tiempo, y la de Zemeckis aรบn se puede disfrutar en la actualidad, palidece en comparaciรณn con el empaque y la consolidaciรณn que ha obtenido Pulp Fiction con el paso de los aรฑos. Y no quiero olvidarme de la banda sonora, una deliciosa selecciรณn de canciones escogidas por el propio Tarantino, que encajan a la perfecciรณn en cada secuencia.

Hubo muchos mรกs premios, reconocimientos por parte de los crรญticos mรกs afamados, y la absoluta confirmaciรณn de Quentin Tarantino como la personalidad mรกs impactante del espectro cinematogrรกfico mundial. Empezaron a conocerse esos detalles biogrรกficos que hoy todo el mundo conoce, su bagaje como devorador del cine mรกs olvidado gracias a su trabajo en un videoclub, su inabarcable conocimiento cinematogrรกfico, sus aplaudidas y a veces polรฉmicas declaraciones e incluso las acusaciones de plagio de Reservoir Dogs, cuyo final recordaba demasiado al de la pelรญcula City of Fire, de Ringo Lam…

Y seguirรญa con su carrera, con la fallida pero interesante Jackie Brown (su primera pelรญcula que adaptaba material ajeno, en este caso la novela de Elmore Leonard), el maravilloso dรญptico Kill Bill, la desconcertante Death Proof y la magnรญfica Malditos Bastardos, sin olvidar sus gamberras colaboraciones con su socio y amigo Robert Rodrรญguez. Lo que ha demostrado el cineasta con su carrera posterior a Pulp Fiction, es que es el director mรกs personal, rompedor y moderno del cine actual, y, posiblemente, el รบnico capaz de encandilar a la crรญtica mรกs sesuda y al espectador menos exigente. Hace cine para la gente asidua a la ComicCon, pero con el talento y los recursos narrativos de los mรกs grandes directores de la historia…

Es, sin duda, una de mis pelรญculas favoritas de siempre. Lo รบnico malo que puedo achacarle es que me resulta imposible creer queย  alguien pueda volver a hacer una pelรญcula asรญ. Cuando voy al cine y disfruto, por ejemplo, con una pelรญcula del admirado Guy Ritchie, me viene a la mente la distancia sideral que le separa del cineasta que sin duda mรกs le ha influรญdo, y que se ha convertido en el referente para una nueva generaciรณn de directores.

Mientras terminaba este artรญculo me han entrado ganas de volverla a ver. Esta noche volverรฉ a empaparme de cultura popular, y, aunque me la sepa de memoria, volverรฉ a meterme de lleno en un mundo de ficciรณn pulpa, uno de esos que sรณlo el cine es capaz de engendrar, gracias al talento de tipos como Quentin Tarantino.โ€ฆ

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