Crítica She-Hulk Temporada 1
Crítica de la serie She-Hulk Temporada 1
Jennifer Walters llega al UCM para entregarnos una de las series de Marvel más arriesgadas y originales (dentro del propio estudio, evidentemente) que nos ha regalado hasta la fecha, con una divertida sitcom judicial protagonizada por una Tatiana Maslany fantástica.
Marvel Studios sigue diversificándose como nunca lo había hecho hasta ahora, apostando por series y productos de todo tipo de género y para todo tipo de públicos diferentes. Ahora, con la llegada de She-Hulk y aprovechando la propia esencia del personaje en los cómics, nos trae una sitcom de abogados que se centra en la vida de Jennifer Walters y su conciliación entre su lado humano y su lado de Hulk, mientras trabaja en el Departamento de Superhumanos para ejercer de abogada para personas con superpoderes.
Así se plantea una serie de lo más fresca, divertida y ligera, porque al fin y al cabo eso es lo que se nos prometió con esta nueva producción y eso es lo que nos han dado. Estamos ante una sitcom en su más pura esencia, con rupturas de la cuarta pared por parte de su protagonista, gags, capítulos auto conclusivos, cameos, y sin una trama global que acapare la serie en su totalidad (aunque la hay, pero no es lo más importante). Evidentemente, si vienen buscando otra cosa que no sea esto, probablemente se llevarán una decepción como les ha pasado a muchos espectadores.
La temporada se encarga de mostrarnos el día a día de Jennifer Walters, interpretada por una maravillosa Tatiana Maslany que nos sigue sorprendiendo en más registros aún de los que demostró en Orphan Black, y que intenta conciliar su nueva personalidad verde y su vida normal. La serie mantiene un nivel notable durante toda la temporada; hay episodios donde el humor funciona mejor y en otros peor, pero siempre manteniendo unos niveles de calidad más que correctos. Además, resulta fantástico el trabajo de los guionistas por cómo han sido capaces de adelantarse a todas las críticas y respuestas de los fans en cada capítulo para tratarlo en la propia historia, demostrando que conocen perfectamente al público al que se dirigen y convertir el propio show en uno tan meta referencial con los propios aficionados.
Y en esa cuestión, no puedo dejar de hablar del maravilloso capítulo final, tan hilarante como inesperado donde definitivamente Marvel ha roto todas las líneas de lo que es posible hacer y no hacer en el UCM. Si pensábamos que todas las series y películas de superhéroes acababan igual, el estudio ha roto con She-Hulk todos los esquemas habidos y por haber. En resumen, el show de Hulka/Jennifer Walters es una divertida sitcom judicial llena de cameos, rupturas de pared y probablemente el producto más “cómic” que haya hecho jamás un estudio. Una estupenda introducción para una nueva superheroína en el UCM.
Guillermo Méndez
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