fbpx
AccionCine tu revista de cine y series
14.4 C
Madrid
jueves, marzo 28, 2024
PUBLICIDAD

Sin compromiso ***

sin_compromiso_poster

Si alguien quiere empezar a tirar piedras por recomendar ver una película pastel como Sin Compromiso y además cascarle tres estrellas, que comience el tiroteo. Como siempre recordaré al lector que las estrellas son sólo orientativas y que la verdadera crítica reside en estas líneas. Pero sobre todo que, dentro de la comedia romántica y de los personajes aburridos y situaciones sosas a los que nos enfrentamos últimamente, Sin Compromiso destaca como un producto digno, divertido y perfectamente disfrutable para aquellos que encuentren en este género uno de los pequeños placeres que tiene el cine. Porque si se trata de comedia y romántica, por dios, qué menos que sea divertida y que la historia de amor no nos haga desear salir del cine.

No es tan moñas como parece y tanto en el lenguaje y las situaciones es mucho más divertida que la media, no peca de caer en el humor de sal gruesa y escatología pobre que se ve normalmente por estos lares y además sabe centrarse en lo que realmente importa de ese humor, que es la química entre los protagonistas y las situaciones divertidas que suceden de una relación que no es muy normal y que no creo que mucha gente haya vivido.

Esta situación es la de encontrar una persona con la que descargar toda necesidad sexual que uno pueda sentir, sin necesidad de tener una relación sentimental, sólo centrándose en lo físico y dejando de lado lo emocional. Dando rienda suelta a la pasión. Lo que ocurre es que cuando uno comparte cama tan continuamente con alguien, poco a poco empieza a desarrollar sentimientos por esa otra persona, porque el roce hace el cariño y uno nunca sabe por dónde van a salir los tiros. O al menos eso es lo que pretende contarnos la película. Ya si encima tenemos la suerte de que quien nos elige para un experimento así es Natalie Portman (o en el caso de las féminas, Ashton Kutcher), pues la cosa se hace mucho más interesante.

Y en base a estos dos actores gira toda la película, con menor importancia de los secundarios que en otras ocasiones, con mayor peso por parte de ellos. Si muchas veces nos quejamos de que los secundarios acaban robando la función, en este caso las cosas no son tan importantes y la película prefiere centrarse en ellos dos. De Natalie Portman no vamos a descubrir nada nuevo a estas alturas, pero se desenvuelve con bastante soltura en un marco en el que su personaje es al que le cuesta confiar y comprometerse. La rarita de la película, todo sea dicho. Mientras Kutcher se muestra encantador y consigue crear una curiosa química con Portman que funciona en pantalla. Nunca ha sido un gran actor, y muchos le atacan como si se tratase de la peste, pero hay que reconocer que la cámara le adora y que en este tipo de papeles funciona muy bien de cara al público. Por eso sigue acudiendo a ver sus películas.

Ante todo la película suena y se siente más adulta de lo que suelen ser las películas del género. Los diálogos, las situaciones… Recuerda mucho más a Amor y Otras Drogas que a otras películas que vinieron detrás de ella. No es que estemos hablando de Primos, por poner un ejemplo nacional, pero se desenvuelve mucho mejor, es más creíble y tiene más gracia que cualquiera de las película de Katherine Heigl, hablando claro. Aquí no hay chistes sobre pañales usados u otras lindezas similares.

De hecho, al ser calificada en USA con la temida R, permite un lenguaje más soez, pero también más realista, más creíble, y ayuda a que las conversaciones entre los protagonistas y con sus amigos o compañeros de piso, sean más creíbles. Y más divertidas, como las charlas de Kutcher con sus dos amigos, sobre todo la del bar, o las de Portman con su hermana. La cosa funciona, sin volvernos locos tampoco, y algo tendrá que ver el hecho de que un experto en comedia como Ivan Reitman sea el encargado de llevar a la pantalla la historia.

No es que vaya a destacar por su narrativa, pero el tempo de la comedia, el ritmo, sí sabe incluirlo y aprovechar secundarios como Kevin Kline, el padre de Kutcher. Entre ellos y sus respectivas parejas se monta una cena que arranca sinceras carcajadas porque lo merece. Por su sarcasmo y su mala baba. O la presentación de Kline o la pelea de enamorados en el parque entre Portman y Kutcher, o incluso los momentos en los que se describe la relación cotidiana entre los dos protagonistas, con sus bromas y sus coñas limoneras. Todo ello hace que la película se lleve con soltura, siempre con una sonrisa y más de una carcajada y sin el drama colado con calzador de Amor y Otras Drogas. Ni tampoco el sexo.

Pero no es perfecta. Porque es previsible, como siempre. Porque tiene un par de serios problemas de ritmo y hacia el final uno se da cuenta de que están estirando el chicle demasiado y empieza a hacerse cuesta arriba. Porque no todos los chistes funcionan. Y porque es de un machista que puede asustar. No es que el personaje masculino sea un lumbreras, pero la imagen que da ella con su personaje caprichoso, voluble, frío, distante y con peculiares cambios de parecer como veleta… Parece mentira que la película esté escrita por una mujer.

Si quieren compartir un rato divertido con su pareja, esta es su película. No desciende a los avernos del género y sabe hacer pasar un buen rato sin demasiadas complicaciones. Si buscan algo más, la decepción será enorme, claro, pero para la gente que tiene claro por qué y para qué va al cine, esta película les dará lo que buscan y algo más. Y encima sin compromiso.

Jesús Usero

AccionCine - Últimos números

Paypal

SUSCRÍBETE - PAGA 10 Y RECIBE 12 REVISTAS AL AÑO

Artículos relacionados

PUBLICIDAD

Últimos artículos