Seré sincero: a Skyline le tengo especial aprecio porque hasta donde me llega el entendimiento y el corazón me ha devuelto las ganas de ir al cine a pasar el rato entretenido, sin más. No tiene un guión decente ni novedoso. De hecho, apenas lo desarrolla. No tiene personajes que enganchen. Pero, amigos, ¡tiene alienígenas de todos los colores y formas! Es como una especie de bolsa de “chuches” visual para un aficionado a la ciencia ficción inevitablemente inclinado a pensar que en lo referido a las fábulas cinematográficas, si hay otras especies ahí fuera es mejor que no sean unos moñas como el E.T. de Spielberg, ni vengan aquí a tocar músicas o dejar que los travistan un puñado de niñajos, y que se pasen por nuestro planeta a ver si ligan con la novia de Indiana Jones, como el Starman de John Carpenter, no resulta tan entretenido como que sean bestezuelas feas, mosqueadas y hambrientas dispuestas a descabezar nuestra civilización de un bocado. Esto es: que operen como dignos herederos de criaturitas como el Alien de Ridley Scott y los Aliens de James Cameron, o las distintas variedades de Predator.
Ese es el tipo de bicho que prefiero ver cuando me paso por la taquilla, y es exactamente el tipo de bicho que me dan los hermanos Strause en Skyline, que en mi opinión es un producto de serie B absolutamente ejemplar, tan entretenido como poco sorprendente o innovador.
{flv}Skyline{/flv}
De partida no creo que estos dos colegas, que deben ser unos frikis de mucho cuidado, se hayan planteado que iban a descubrir la pólvora en lo referido a las invasiones extraterrestres en el cine. Eso es a estas alturas imposible. Si alguien se lo plantea es que ha visto poco cine o simplemente es bobo. No hay nada nuevo que contar en lo básico, y la novedad sólo puede venir de la forma de contarlo, esto es, de lo que cada creador pueda aportar al subgénero de “nos invaden los bichos”. Y los Strause, que vienen del territorio de los efectos visuales han acertado a desarrollar su proyecto casi exclusivamente en esa parcela. Los personajes son algo que les debe parecer secundario, de manera que tiran de una especie de mezcla entre las situaciones y habitantes de películas como Monstruoso, La niebla e Independence Day, agitan la coctelera, añaden unas gotas de La guerra de los mundos, y tiran para adelante con lo que realmente les interesa, que es poner a los bichos en marcha, para que correteen a su gusto por nuestro planeta haciéndolo suyo.
Desde ese punto de vista, la película es un festival visual muy logrado, pero desde el punto de vista de la historia y personajes, repito, es bastante limitada. Que nadie espere encontrarse con algo parecido a Distrito 9 o Moon, dos de las maravillas de ese nuevo cine de ciencia ficción no incluido en las producciones millonarias de los grandes estudios. Cierto es que Skyline está integrada en ese tipo de película de serie B que son herederas en cierto modo de los grandes clásicos del cruce entre la serie B y el terror producidos en los Estados Unidos en los años 50. Algunos críticos han dado en calificar el fenómeno tirando del barbarismo, en plan “fashion”, lo cual que les queda más bien un borborigmo cuando sueltan lo de “low cost” en lugar de escribir simplemente “de bajo coste”. Hay que ver, algunos por pasarse de multilingües, multiculturales y cosmopolitas corren el riesgo de quedar como catetos y además siguen empobreciendo el castellano. Volviendo al tema que nos ocupa, éste de las películas de ciencia ficción de bajo coste, Monsters estaría más cerca de las dos joyas citadas, mientras que Skyline juega en la liga de Arac Attack o mejor aún me recuerda mucho más Infestación, dirigida por Kyle Rankin en 2009 y que aquí a España ha llegado directamente al DVD. La diferencia es que a Skyline le falta el humor que era clave para Infestation. Pero en sus planteamientos hay momentos en que parecen primas hermanas.
{flv}Skyline2{/flv}
De manera que ya digo: sorpresas visuales, muchas; ataques inesperados de los bichos, también; escenas muy logradas de efectos visuales, sin duda… Pero en lo referido a la historia, nada nuevo bajo el sol.
A pesar de todo me lo pasé bien viéndola, quizá porque ya antes de entrar al cine había hecho firme propósito de retroceder mentalmente hasta los tiempos en que siendo un crío veía por primera vez pequeñas joyas de la ciencia ficción de serie B como la primera versión de La guerra de los mundos, Invasores de Marte, La humanidad en pelligro, o cualquier capítulo de series míticas de mi infancia como La conquista del espacio (entonces todavía no se llamaba en castellano Star Trek), Perdidos en el espacio, Espacio 1999, Los invasores, y en ese plan.
Ahora falta ver Battle Los Angeles 2011, que junto con Monsters y Skyline tiene pinta de ser la pieza que nos falta para completar una muy entretenida trilogía de invasión alienígena.
En conclusión: he quitado a los Strause de la lista negra en la que los apunté tras el despropósito de Alien contra Predators. Mejor que se queden en lo suyo, que es la serie B. Mezclarse con los grandes estudios no les conviene.
Miguel Juan Payán
Compártelo en tu perfil de facebook
Compartir
Trailer 1
Trailer 2