Crítica de Sonic 2, la película
Crítica de la película Sonic 2, la película
Simpática y entretenida como la primera entrega.
No hay que pedir mucho más a una película que sólo busca que las familias pasen un gran rato delante de la pantalla de cine y salgan de la sala satisfechos por el espectáculo que se ha desplegado ante ellos. Y Sonic 2 es espectacular y hará, seguramente, que merezca la pena la inversión en las entradas. Aunque confunda cantidad con calidad y, en lugar de hacer que si historia se cuente en una hora y media, se extiende durante dos horas haciendo que eso se note en el ritmo de la película y en un tramo final algo agotado por la misma fórmula de la historia. Es una película entretenida y con un toque divertido y desenfadado, pero que acaba siendo previsible. Entretenida y simpática, nada más.
La aventura nos devuelve a los personajes de la primera entrega, aunque en esta ocasión aparentemente viviendo más relajados. Sonic (que en esta película es tratado más como un hijo que como un amigo adolescente algo cansino, como en la primera) es dejado al cargo de la casa mientras los humanos con los que convive se marchan a una boda. En ese momento reaparece el Doctor Robotnik, quien además está acompañado de Knuckles, un equidna último superviviente de una tribu empeñado en recuperar un objeto místico de gran poder sobre cuyo paradero Sonic parece tener la clave. Para ayudar a nuestro erizo azul, Tails aparece en escena, aunque quizá la aventura les venga demasiado grande a los nuevos amigos.
Si pueden ver la película en versión original, disfruten de la voz de Idris Elba. El actor está perfecto en un personaje que parece absolutamente fuera de contexto en la película y por eso funciona tan, tan bien. Además está la figura de Jim Carrey, quien de nuevo vuelve a pasárselo en grande y hacérnoslo pasar en grande con el personaje de Robotnik aún más disparatado, salvaje y sin control que en la primera película. La pena es que el guión no deja de ser pura fórmula y se empeña en ir llevándonos de una escena de acción a otra, sin dar verdadera presencia a los personajes, como si se tratase de las pantallas de un videojuego tradicional. No está mal, pero podía haber sido muchísimo mejor.
La película está narrada de forma eficaz y divertida, con momentos realmente simpáticos como la escena en el bar siberiano, o el final, con ese momento que entusiasmará a los fans de los juegos y que se espera desde el inicio de la película (y que, honestamente, mola mucho). Pero la película dura dos horas, como hemos dicho, y el ritmo se resiente. Es excesivamente larga y su historia tiene demasiada fórmula para brillar. La trama de la boda no aporta realmente nada que no pudiera reubicarse, y el resultado, aunque entretenido en gran medida y divertido, se hace demasiado largo. Está a la altura de su antecesora, con sus pros y sus contras, pero todavía puede mejorar si llega una tercera entrega.
Jesús Usero
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