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jueves, abril 25, 2024
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SPANISH MOVIE e IN THE LOOP: la cartelera se echa unas risas

La cartelera quiere llenarse de carcajadas, o por lo menos de sonrisas, en este fin de semana que nos trae dos formas distintas de concebir el la comedia en el cine: Spanish Movie y la británica In the Loop. Ambas tienen como es lógico muchas cosas en común, desde las más obvias -son películas de largometraje y se edifican sobre la parodia-, hasta las que en mi opinión son más interesantes: su naturaleza de híbridos.

Spanish Movie es una adaptación a la española de una fórmula narrativa estadounidense que ha tenido notable éxito no sólo en territorio americano sino en todo el mundo, incluyendo por supuesto España. In the Loop es la adaptación al formato de largometraje de una desternillante serie de televisión británica producida por la BBC, The Tick of It.

MOVIE

La cartelera quiere llenarse de carcajadas, o por lo menos de sonrisas, en este fin de semana que nos trae dos formas distintas de concebir el la comedia en el cine: la española Spanish Movie y la británica In the Loop. Ambas tienen como es lógico muchas cosas en común, desde las más obvias -son películas de largometraje y se edifican sobre la parodia-, hasta las que en mi opinión son más interesantes: su naturaleza de híbridos.

Spanish Movie es una adaptación a la española de una fórmula narrativa estadounidense que ha tenido notable éxito no sólo en territorio americano sino en todo el mundo, incluyendo por supuesto España. In the Loop es la adaptación al formato de largometraje de una desternillante serie de televisión británica producida por la BBC, The Tick of It.

Por lo referido a Spanish Movie, el tema del cine parodiándose a sí mismo (por cierto, no creo que tardemos mucho en contar con una parodia televisiva de otras series, porque la fórmula está servida y el éxito de la misma entre el público está comprobado) no es ciertamente algo nuevo ni lo pretende. Antes de que Scary Movie explotara el asunto ya lo había hecho Aterriza como puedas con el cine de catástrofe, y antes de eso Jerry Lewis se había reído del Doctor Jeckyll y Mr. Hyde en El profesor chiflado, Bob Hope había parodiado el cine negro en Morena y peligrosa, y Bud Abott y Lou Costello se habían reunido con todos los monstruos del cine de terror de la Universal (Lugosi/Drácula, Lon Chaney Jr./Hombre Lobo, Glenn Strange/Frankenstein…) en una película que en Estados Unidos titularon Bud Abott y Lou Costello se encuentran con Frankenstein y en España conocimos como Bud Abott y Lou Costello contra los fantasmas, o alternativamente “Contra los monstruos”. La película fue el canto del cisne de los monstruos clásicos del terror, que no se recuperarían como iconos del género hasta su reinvención a finales de los años 50 en manos de la productora Hammer Films. Podríamos seguir buscando referencias remotas sobre este asunto y nos tropezaríamos con que el primer ejecutor de parodias de películas de éxito fue el primer astro de la comedia cinematográfica, el francés Max Linder, quien en su carrera estadounidense en plena era del cine mudo dio en tirar de la parodia de los títulos de éxito del momento, haciendo mofa y befa de la versión de Los tres mosqueteros protagonizada por la estrella del cine de acción del momento, Douglas Fairbanks, que tituló The Three Musketeers Get-Theres, atribuyendo a su personaje el nombre de Dart-In-Again. Lo cual por otra parte era una manera de devolver el guante a los americanos por haberse atrevido a adaptar libremente la genial novela de Alejandro Dumas: ¡en garde!

Pero si tuviéramos que pasar lista a todos los parodiadores que en el mundo han sido posiblemente el primer premio por cantidad se lo llevaría Mel Brooks y por calidad se lo apropiarían los Monty Phyton. El primero no dejó género sin parodiar e incluso consiguió meter tres de sus parodias entre las películas más taquilleras del género que parodiaba: Máxima ansiedad demolió a base de chistes el cine de suspense de Hitchcock, lo mismo que El jovencito Frankenstein había hecho con las películas de terror de la Universal, Sillas de montar calientes con el western y La loca historia de las galaxias con Star Wars (con Brooks interpretando al trasunto de Yoda, Yogurt).  Muchos seguimos recordando como uno de los momentos más hilarantes de su carrera el trailer de la segunda parte de La loca historia del mundo que nunca llegó a rodar (Siempre me pregunté si era parte de la broma o quería echar el anzuelo a ver si el público picaba y pedía más de lo mismo) en el que parodió el clásico Los vikingos protagonizado por Kirk Douglas y Tony Curtis con su propio “funeral vikingo”, y nunca podremos olvidar al genial Marty Feldman con su joroba cambiante y sus ojos saltones explicándole al doctor Fronkonstin (Gene Wilder) que su nombre se pronuncia Áigor, no Igor, o de dónde ha sacado el cerebro de repuesto de la Criatura…

En cuanto a los Monty Phyton, intenten superar su parodia de las leyendas artúricas en Los caballeros de la tabla cuadrada y sus locos seguidores, o cualquiera de los momentos de La vida de Bryan, especialmente el de la lapidación o el del centurión Pijus Magníficos… O esa visión de la guerra de las empresas con los edificios que las albergan como si fueran barcos peleándose como piratas en el mar de la economía, que sigue siendo una buena ilustración del camino que nos ha llevado a la crisis y el paro galopante que hoy sufrimos.

Personalmente el tercer puesto me lo guardaría para el cine español, concretamente para Atraco a las tres, que hizo de la parodia del cine negro americano, vertiente crook story, su caballo de batalla.

Lo cual nos lleva de vuelta a Spanish Movie, que tiene a su favor ser exactamente lo que pretende: un desacato, un dislate, una gamberrada de primera línea que embiste como un carnero furioso contra los grandes éxitos del cine español más reciente, tirando del cameo si hace falta  (Alejandro Amenábar, Buenafuente, Álex de la Iglesia, Joselito…) para poner en clave de risa los momentos y personajes más destacados de películas como El laberinto del fauno, Volver, El orfanato, Los otros…  Cierto es que lo hace con desigual fortuna en lo que resultados de risas se refiere, pero eso es algo lógico y muy propio de este tipo de películas que se construyen sobre la desigualdad en el ritmo y en los chistes, puesto que en realidad no son una unidad, sino una agrupación de gags dispares puestos en fila con un muy leve nexo argumental común. En ese sentido tienen la misma estructura, por otra parte más española que americana, de una ronda de chistes en una taberna con la estimulante compañía de unas cañas y unas tapas. Es aquello de “vamos a echarnos unas risas”.

Y te ríes. A poco sentido del humor que te quede en el cuerpo aprecias que hayan fichado a Leslie Nielsen, auténtico monstruo sagrado de este subgénero, asociándole además a Chiquito de la Calzada para mover el producto en uno de los teaser más locos y divertidos de la película, pieza de colección para los aficionados al cine tronado y frikidemoledor.

Luego está el reparto, una mezcla de las hordas descacharrantes de Muchachada Nui con las de Homo Zapping al margen de las cuales destaca también Alexandra Jiménez interpretando a un desternillante clon de Penélope Cruz en Volver.

He escuchado ya entre algunos próceres de la crítica amigos de subirse al púlpito y pontificar sobre la decadencia de Occidente que la película les parece irregular y ordinaria, lo cual es lógico y tampoco es que hayan descubierto el Vellocino de Oro, aunque más parece a veces que quienes firman estos comentarios tan obvios hicieran el camino de la vida cual parodias de Don Quijote, empeñados en perseguir el yelmo de Mambrino y tremendamente mosqueados porque les ha tocado vivir en un mundo de sanchopanzas y limpiar bacías de barbero.

LOOP

Esto del quijotismo patrio me sirve como puente a la otra propuesta humorística de la semana, In the Loop, que luce también naturaleza híbrida, tanto por parte de su lenguaje, traslado del diálogo vertiginoso y la puesta en escena a base de primeros planos y planos medios así como del montaje trepidante del lenguaje televisivo a la pantalla grande, como por parte de su apuesta por ser algo que podríamos calificar como una versión ácida, políticamente incorrecta y astutamente salpicada de lenguaje soez (el parte mierdológico merece pasar a la historia) de la bienpensante y muy norteamericana El ala oeste de la Casa Blanca, una gran serie, aunque como europeo no pueda evitar sentirme más identificado con esta otra visión de la política en las altas esferas que nos pinta In the Loop, a la que entre otras cosas además le agradezco que haya traído de vuelta a la cartelera a uno de los actores más grandes, en todos los sentidos, con que cuenta el cine estadounidense actual: James Gandolfini. Si alguien estudia interpretación, que se fije en su maneras de trabajar ya mismo.

In the Loop juega la baza del cinismo, el nihilismo, la crítica y la parodia vitriólica contra los políticos imbéciles, torpes, inútiles, corruptos y robaperas que nos toca aguantar cada día, cuyas decisiones marcan las vidas de millones de personas. Tal como está el patio dentro y fuera de España y mirando las noticias de prensa, radio y televisión, no se me ocurre película más oportuna para reflejar el estado de las cosas. La película es toda una guía de uso, disfrute y paseo por los pasillos del poder en ese universo paralelo al de la realidad que es Mediocrelandia, donde algunos políticos parecen estar siempre asilados, dando la espalda a lo que ocurre en las existencias cotidianas del personal que transita por la vida sin coche oficial.

En ese sentido me quedo sobre todo con el encuentro del ciudadano que acude a reclamar al político porque se le va a caer un muro encima a su madre.

Genial.

Digo que es un momento oportuno para ver In the Loop porque vivimos en un punto de inflexión en el cual a la resaca de esa pesadilla que fue la era Bush empieza a unirse el globo desinflado de esa especie de cuento de hadas que presas de una inquietante ingenuidad algunos se contaron cuando Obama llegó a la Casa Blanca y desenterraron el mito de Kennedy para darse una alegría. Ahora la realidad empieza a imponerse de nuevo, porque El Ala Oeste de la Casa Blanca era una serie muy buena que le recomiendo siempre a mis amigos, pero era una idealización del Nuevo Camelot de Kennedy que no encaja en la realidad de las cloacas del poder, satirizada en In the Loop con lenguaje, situaciones y personajes más cercanos.

A veces dolorosamente cercanos, porque no sólo sirven para definir a los políticos, sino a muchos memos y sinvergüenzas con los que nos tropezamos cada día en el metro, en el trabajo, en el mercado, la comunidad de vecinos o simplemente cuando encendemos el televisor.

Como apunta la frase promocional de Spanish Movie: ¡Qué paranormal es todo!

 

Miguel Juan Payán

 

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