Un primer día
La
intención de Rubén Pacheco con este cortometraje, según explica la nota de
prensa que nos remite, es hablar de la soledad en una sociedad deshumanizada en
la que todo tiene un precio. En mi opinión los resultados de su empeño superan
y mejoran las palabras de presentación que lo acompañan. Quiero decir con esto
que su corto me gusta. Me gusta mucho. Pero no por el mensaje que pueda
contener, sino por su factura, porque ha conseguido meterme en la piel de la
protagonista jugando con los planos y los detalles mínimos, trabajando desde
una sencillez que supera y hace grande esa crítica a la sociedad deshumanizada
de la que habla en su sinopsis. Creo que Pacheco consigue meternos en el
pellejo de su protagonista, especialmente en el momento en que entramos con
ella en ese coche donde un extraño, del que astutamente no se nos muestra el
rostro al principio, nos pide que nos abrochemos el cinturón.
La
intención de Rubén Pacheco con este cortometraje, según explica la nota de
prensa que nos remite, es hablar de la soledad en una sociedad deshumanizada en
la que todo tiene un precio. En mi opinión los resultados de su empeño superan
y mejoran las palabras de presentación que lo acompañan. Quiero decir con esto
que su corto me gusta. Me gusta mucho. Pero no por el mensaje que pueda
contener, sino por su factura, porque ha conseguido meterme en la piel de la
protagonista jugando con los planos y los detalles mínimos, trabajando desde
una sencillez que supera y hace grande esa crítica a la sociedad deshumanizada
de la que habla en su sinopsis. Creo que Pacheco consigue meternos en el
pellejo de su protagonista, especialmente en el momento en que entramos con
ella en ese coche donde un extraño, del que astutamente no se nos muestra el
rostro al principio, nos pide que nos abrochemos el cinturón.
No
exagero: he sentido cierta inquietud por lo que pudiera venir a continuación. Y
eso es muestra de que el director controla el medio en el que está trabajando.
Es raro ver tanta eficacia
narrativa atrapando al espectador en un cortometraje. Es raro que consigan
hacer que realmente nos encontremos en la misma situación angustiosa y
estresante de los habitantes del relato hasta el punto en que lo consigue este
corto donde realmente no asistimos al primer día la protagonista, sino que
realmente vivimos ese primer día. Muchos largos sobre prostitución carecen de
esa capacidad para generar empatía en el espectador escapando además a todos
los tópicos que puede generar dicho tema.
En
cuanto al desenlace, creo que más personas de las que creemos y entre las que
nos rodean están a punto de dejarse caer a ese abismo que es pagar para
conseguir las ruinas de un falso afecto mercenario. Yo conozco al menos dos
casos concretos, con sus nombres y apellidos, así que el amigo Pacheco no anda
desencaminado en absoluto y el asunto no es cosa de broma. Aunque no todos nos
sintamos afectados por esa situación, la situación simplemente nos rodea.
Mucha
gente está mucho más sola de lo que parece.
Su
corto se hace grande poniéndonos a pensar sobre ello.
Después de ver Un primer día tengo ganas de ver más trabajos de este director
nacido en Madrid en 1977, guionista de series como Compañeros o Un paso adelante, y que según nos explica la nota de prensa creó en
2002 la productora Onkomonko para producir videoclips como Parada
solicitada, Kitsch, La cita o Culture
Minds, que actualmente pueden verse en
youtube.
Un
debut como éste en el campo del corto merece tener continuidad. Y demuestra que
el corto tiene su propia importancia y no es en absoluto el hermano pequeño del
largo, sino simple y llanamente otra manera de contar cosas con una cámara en
la mano.
Miguel Juan Payán
