Crítica de la película Spirit – Indomable
Entretenida pero sin el alma de la original.
Aunque no fuese el mayor de los éxitos en taquilla, Spirit es una de esas pequeñas joyas de Dreamworks que merece la pena ser recuperada porque además de una maravillosa animación tradicional en 2D nos llevaba a una historia de aventuras y libertad, con tintes socio políticos sobre los indios y su papel real en el antiguo Oeste. Además había música de Hans Zimmer y canciones de Bryan Adams… ¿Qué más se puede pedir? No, no fue la mejor película de su generación en animación. Pero a día de hoy, de cuando en cuando se echan en falta películas como Spirit y por eso me gusta tanto y soy fan de aquella. Lo que me ha llevado a una pequeña decepción con esta película.
No es una secuela, ni un spin off, ni un remake… Se aleja de las versiones televisivas y recupera a Spirit, el protagonista de la primera película, para contar una historia distinta, una aventura diferente, quizá en un mundo paralelo y distinto al de la película de 2002. Tras la muerte de su madre, siendo muy pequeña, Fortuna se fue a vivir con su abuelo al norte. Pero tras un par de incidentes es enviada junto a su tía de vuelta al Oeste para pasar el verano con su padre, a quien no ve desde hace más de diez años. Allí conocerá a un Mustang salvaje, Spirit, capturado y al que una panda de personajes bastante peculiares, intentan domar.
La película repite esquemas, como el adiestramiento, de la primera entrega, pero cambia completamente el protagonismo de la historia, dejando que sea la niña la que lidere la historia y no el caballo, como hace 20 años. No le sienta del todo bien al relato, porque la novedad en Spirit es que sólo oíamos los pensamientos del protagonista, que no hablaba. Aquí Spirit es el caballo amigo de la niña, lo que hace que la película sea mucho más convencional. De hecho la trama completa ha sido vista en muchas ocasiones, sin aportar nada que sea nuevo para el género, o que nos haga pensar en querer ver la película en una segunda ocasión. Por ejemplo, las canciones son convencionales, carecen de magia y se olvidan en cuanto se encienden las luces.
Hay que reconocer que la niña protagonista y sus amigas tienen carisma, lo mismo que Spirit, y que con una trama de apenas 90 minutos, no da tiempo ni a aburrirse con el viaje de las jóvenes para ayudar a los caballos. Le falta profundidad o una doble lectura para hablar de la amistad y la lealtad, pero sabe ser justamente emotiva y entretiene siempre, además de incluir algunos momentos de enorme belleza, como ese tren que surca tierras de agua y que nos remite a El Viaje de Chihiro inevitablemente, pero la animación es tosca en gran medida. La película cumple como pasatiempo veraniego para la familia, pero nada más.
Jesús Usero
★
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