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SALVANDO LA GALAXIA, PERO CON ESTILO.
ยฟBarรงa o Madrid? ยฟKas o Fanta? ยฟCarne o pescado? ยฟStar Trek o Star Wars? La vida se conjuga y resuelve a travรฉs de elecciones, algunas sencillas y otras, tremendamente intrincadas.
El universo Star Trek surgiรณ como serial televisivo allรก por los lejanos aรฑos sesenta, momento en el que lo galรกctico estaba en boga amรฉn del comienzo de las expediciones espaciales. La serie, vista hoy, resulta sonrojadamente inocente, tremendamente nรคif , un delirio camp que alberga grandes dosis de nostalgia. Los grandes ratings obtenidos por la tripulaciรณn de la Enterprise provocaron que la consiguiente adaptaciรณn cinematogrรกfica no tardara en llegar, y el รฉxito de la misma posibilitรณ la creaciรณn de una rentable saga.
Sin embargo, la gallina de los huevos de oro dejรณ de generar beneficios, y los รบltimos filmes trekkianos no sirvieron mรกs que para reafirmar el hecho de que ya era tiempo de jubilar a Spock y su equipo. Quizรกs la culpa haya que buscarla en el director de los mencionados filmes, Jonathan Frakes. Nadie puede achacarle que no fuera fiel al universo de Star Trek, pero quizรกs tanta preocupaciรณn por seguir el modelo original terminรณ jugando en su contra, y provocรณ que el pรบblico pidiera a gritos una muy necesaria actualizaciรณn. Basta con ver el marketing con el que se vendiรณ el รบltimo film trekkiano , Star Trek Nรฉmesis, para darse cuenta de que se necesitaba seguir al pie de la letra el lema โrenovarse o morirโ.
Recordemos que no es la primera vez que Frakes fracasa adaptando productos televisivos, pues su Thunderbirds (serial britรกnico con marionetas de los aรฑos sesenta) del 2004 , demostrรณ que Frakes estรก totalmente desubicado, pues realiza filmes que no se encuentran en sintonรญa con la realidad actual. En dicha ocasiรณn, convirtiรณ a Thunderbirds en algo prรณximo a un capรญtulo de los Teletubbies, quizรกs pensando que la juventud actual es tan pueril como la que creciรณ con la Mirinda y la Nocilla alejada de los Shin Chanes y Gormittis que imperan hoy en dรญa.
Quizรกs descubriendo el talรณn de Aquiles de Frakes, los ejecutivos encargados de la licencia trekkie decidieron que era el momento de la toma de decisiones drรกsticas. El resultado fue la consiguiente carta de despido del director, y muy acertadamente, el fichaje de J.J Abrahams, venerado y reputado guionista /director de obras maestras contemporรกneas como Lost o Monstruoso.
Tras un parรณn necesario de seis aรฑos, la Enterprise volviรณ a ponerse en รณrbita y el resultado es una pura y magnรญfica odisea espacial en donde se demuestra ย que la renovaciรณn orquestada por Frakes funciona con la precisiรณn de un reloj suizo y ademรกs consigue que tanto los acรฉrrimos fans de Star Trek (conocidos con el sobrenombre de trekkies) como los vรญrgenes en este tema salgan encantados tras el visionado de las aventuras galรกcticas (que es casi un imposible en los tiempos que corren).
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Otro gran acierto viene de la mano del reparto, que se puede considerar en estado de gracia. Chris Pine se desenvuelve con un encantador desparpajo en el maniqueado papel de enfant terrible y ย Zoeย Saldana deslumbra como una mujer de garra, una sexy dominatrix que torea a quien haga falta. Sin embargo, el rey de la funciรณn es Zachary Quinto en el papel de Spock, el nerd de la Enterprise que sorprende a mansalva, pues a pesar de no contar con el evidente sex-appeal de su partenaire masculino, se torna inconscientemente en una verdadera mรกquina de suspiros erรณtico-festivos. Esta trรญada capitolina se encuentra salvaguardada por el siempre solvente Eric Bana ejerciendo de villano de la funciรณn, por una efectiva ย Wynona Ryder que parece haber dejado atrรกs su deleznable etapa cleptรณmana, y por la apariciรณnย estelar del Spock original como guiรฑo a los mรกs longevos fans de Star Trek. Semejante golpe de efecto consigue que nos encariรฑemos y disfrutemos al cien por cien de las correrรญas de estos legionarios interestelares.
Aรบn asรญ, es justo y necesario venerar al verdadero Mesรญas de esta aventura: J.J Abrahams. Por un lado, el acierto en relatar de forma clara y concisa todo lo que los inexpertos debemos saber acerca de Spock y Cia sin resultar reiterativo y cargante para los que ya se consideran viejos amigos. Por el otro, por ser capaz de ofrecer la dosis milimรฉtricamente exacta de acciรณn. Ni tanta como para que acabemos al borde del delirio (Stephen Sommers, tome nota) ni tan poca como para que pensemos que se trata de un film de Oliveira.
Parece que Abrahams haya firmado un pacto con el diablo, y si es asรญ, bienvenido sea. Porque pecado sรญ es no saber apreciar el hecho de que aรบn queda un rayo de esperanza para la sci-fi y la acciรณn en general, que hay vida mรกs alla de las tracas de fallas con las que orquesta todos sus filmes Michael Bay, y que en el espacio hay lugar para mamporros, besos y los abrazos que confiesan una pura amistad. Con usted, Abrahams parto paโ donde haga falta. ยฟA Plutรณn? Ponga el turbo que allรก me voy!.