Rafa Martรญnez convierte el problema de la crisis inmobiliaria en un slasher chorreante de sangre, muy en la lรญnea de Hostel y Rec.
Alicia (Ingrid Garcรญa Jonsson) trabaja como inspectora del ayuntamiento de la Ciudad Condal, encargada de comprobar el estado de los edificios y de las viviendas particulares. Un dรญa, la joven va a visitar a un anciano que se niega a abandonar su casa en un inmueble cรฉntrico, y eso a pesar de ser el รบnico vecino de la construcciรณn. El hombre le cuenta a la arquitecta tรฉcnica que la inmobiliaria habรญa hecho todo lo posible para que vendiera su habitรกculo, pero que รฉl habรญa contestado que solo se marcharรญa cuando estuviera muerto.
Esa noche, el novio de la protagonista (un enfermero extranjero llamado Simon, al que pone fรญsico Bruno Sevilla) cumple aรฑos, y la gachรญ le prepara una fiesta sorpresa en el mencionado inmueble. Allรญ, envueltos por la aparente soledad, la lluvia cae insistentemente. Sin embargo, la pareja estรก en peligro; ya que el anciano inquilino es asesinado por un misterioso equipo de personas, encargado de dar matarile a los que se resisten a dejar sus hogares.
Asรญ se presenta el tema de la irรณnica Sweet Home, pelรญcula de terror con la debuta en la direcciรณn Rafa Martรญnez; y que muestra las diferentes perspectivas desde las que se puede atisbar la acuciante realidad de la crisis inmobiliaria. El cineasta primerizo despliega un pulso realmente sorprendente para mantener el interรฉs y el suspense, siempre pendiente de una trama en la que afloran influencias diversas y heterogรฉneas. Un crisol de espejos deformantes en el que se pueden atisbar los reflejos de sagas como las de Viernes 13, Rec, Hostel o La matanza de Texas. Aunque tambiรฉn es posible encontrar algunos destellos de filmes bastante distintos, como Sola en la oscuridad.
El director saca el debido partido a un espacio tan reducido como el de la destartalada casa de pisos en la que transcurre la acciรณn, y que solo abandona de manera circunstancial. Ese posicionamiento escรฉnico contribuye a aportar la sensaciรณn de insana asfixia que transmite la historia, y en la que la violencia irracional se percibe con inusitada fuerza y sin matices individualizadores.
No obstante, en ese desenfreno por exhibir los efectos asesinos de un grupo de matarifes contratados por una empresa de la construcciรณn o por una entidad bancaria, lo que se echa de menos es una mayor identificaciรณn de los enemigos a los que se enfrentan Alicia y Simon. Al final, esa falta de certidumbres, y ese ir a ciegas por la trama, tiene un efecto positivo y otro negativo.
El positivo se centra en que es mucho mรกs fรกcil dejarse llevar por una neurosis criminal a la que no hay que buscar mayor explicaciรณn que la de las huidas contundentes. Mientras que el aspecto negativo hunde la verosimilitud del argumento en una ciรฉnaga de hemoglobina gratuita, para la que no existen aclaraciones ni insinuaciones mรญnimamente coherentes.
Sweet Home entretiene con su gore de morbosas connotaciones urbanรญsticas, y contribuye a iluminar los letreros de la alarma social sobre los comportamientos de los bancos y las inmobiliarias, con respecto a los indefensos inquilinos. Ojalรก la ficciรณn, sobre todo ante casos similares, siempre supere a la realidad.
Jesรบs Usero
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