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viernes, marzo 29, 2024
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Tarzán ***

Tarzán ***Tarzán, entretenido reencuentro con el mítico personaje que saca buen partido al paisaje.

Los aficionados a la animación de Pixar y Disney seguramente echarán de menos la fórmula de dichas productoras a la hora de abordar un personaje clásico como Tarzán en el cine de animación, pero en mi opinión los artífices de este largometraje consiguen darnos otro paseo por el personaje de Edgar Rice Burroughs de manera entretenida, y eso, tratándose de un personaje tantas veces adaptado al cine, la televisión y la animación, me parece ya un logro por sí mismo. De manera que me quedo con lo positivo, que la película me parece entretenida, creo que saca buen partido a sus paisajes con el juego en 3D y consigue recuperar en cierto modo el espíritu de aventura épica que tienen las novelas originales de Burroughs.

No se entretiene más de de lo imprescindible en el tema romántico, el “Yo Tarzán, tú Jane” que ya nos conocemos de memoria y en muchos casos ha lastrado la parte más aventurera del relato, incluso convirtiéndose en el epicentro del mismo. Esto no ocurre aquí, donde la aventura trepidante se pone por delante del romanticismo. En ese sentido es en el que digo que respeta el espíritu del original literario, que era básicamente un relato de evasión al estilo pulp en el que primaban las peripecias trepidantes sobre el despliegue sentimental. Además, sobre Tarzán y Jane ya está todo tantas veces contado que reducirlo al mínimo y buscar un equilibrio con el resto de la propuesta tiene su mérito. Por otro lado la película tiene buen ritmo de narración.




En la parte más negativa hay que apuntarle varios temas. El primero es que es innecesario ese cambio de nacionalidad del personaje y sus padres, que de repente ha dejado de ser británico para pasar a ser norteamericano. Por el mismo motivo, creo que sobra el vano intento de actualización de las aventuras del personaje trayéndolas hasta nuestros días, toda vez que finalmente la parte fundamental de las mismas se desarrolla en lo más profundo de la selva, donde ese ajuste temporal no tiene prácticamente ningún efecto, salvo el de desnaturalizar al personaje de su entorno original. Me molesta menos ese oportunista reclutamiento de los dinosaurios para el prólogo del relato, así como la irrupción en el mismo de un meteoro que se convierte en factor externo extraterrestre que nunca necesitó Burroughs para aderezar sus relatos sobre el rey de la selva de detalles fantásticos. Me molesta menos porque entiendo que buscan acercar así el personaje al espectáculo visual y las preferencias del público actual, especialmente los más jóvenes, pero creo que con ello le hacen un flaco favor a la coherencia de la película, y que una vez más el cine ha desaprovechado la oportunidad de hacer una adaptación fiel a toda la carga de fantasía, espada y brujería, reinos perdidos, parajes míticos, encuentro con razas olvidadas, etcétera, que incluyen las novelas de Burroughs. De hecho aprovecho para avisar que si sólo conoces al personaje de Tarzán a través de las adaptaciones que el cine y la televisión han hecho del miso, todavía no conoces al verdadero Tarzán.

Por último en la columna de puntos negativos debo decir que no me gusta nada ese tipo de animación de brazos largos simiescos y la cara de zapato tontaina que se le queda a todos los personajes, que puede ser funcional e incluso interesante en Las aventuras de Tadeo Jones, pero en un intento de adaptación “seria” de un personaje mítico como éste, que además en lo referido a sus adaptaciones al cómic cuenta en su trayectoria en las viñetas con obras maestras como las de Harold Foster o Russ Manning, que de paso aprovecho para recomendar a todo lector interesado por el personaje. No obstante insisto en que desde el punto de vista de creación del mundo de Tarzán y las secuencias de acción la animación me convence y hasta me atrevo a decir que a pesar de mi natural animadversión por el cine en 3D en este caso puede ser curioso ver la película en dicho formato, porque realmente nos lleva a la selva con una capacidad para crear paisaje que me ha recordado, salvando las distancias, a lo que consiguió Hugh Hudson con Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos. La lástima es que tras proponer esa entrada en la selva escondida y el enfrentamiento con la planta no hayan abundado más en ese tema que tan cercano es a la parte más fantástica de las aventuras literarias del personaje.

Miguel Juan Payán

©accioncine

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