Críticas y opiniones de usuarios de la película Tenet
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Recuento hecho en el grupo de Telegram Familia AccionCine por Rafa
Iván CV ★★★★
Los cabos se van alargando desde hace tiempo
He borrado por completo mi comentario anterior. Y no porque ahora no esté de acuerdo con algunas cosas que dije (que fueron unas cuantas) sino porque tras verla de nuevo en cines, tengo que decir que muchos de los conceptos sobre su trama que intente digerir y encontrarle una respuesta todavía se han agravado mucho más tras este segundo visionado que, siendo sincero, no entiendo porqué me he molestado.
Por supuesto esto es sólo la opinión de una persona que no intenta dar explicaciones para algo que, desde su planteamiento, está mal escito. Que no mal hecho, ni mal dirigida ni otras cuestiones que sigo leyendo por ahí, pienso. Aunque claro, quién soy yo para decir si esto está bien o está mal. No tengo estudios sobre el tema, ni tampoco tengo un máster en Física para poder entender muchos conceptos que aplica Tenet a su enrevesada trama que, parece ser por Nolan, uno debe ir armado con papel y bolígrado para no perderse ningún detalle e intenar aclarar sobre ese supuesto papel la opaca narrativa que ofrece la nueva pelicula de Christopher Nolan.
Sigo sin entender muchas resoluciones argumentales que, el propio Nolan, no se molesta ni en arrojar un poco de luz ante los problemas tan evidentes que sufre Tenet. Son muchos cabos sueltos dentro de su laberíntica historia que pronuncian aún más su inevitable desconexión a menudo con el entramado hacía el espectador. No nos engañemos, llega un punto dentro del metraje que ya deja de importarte lo que pueda estar pasando, independientemente de si las actuaciones están bien o mal, (que ya dije en ese otro comentario que, yo al menos, las ví muy correctas) o de si tiene un aspecto visual y un acabado técnico impoluto (que lo tiene). Me da igual. Llega un punto que… paso ¿De qué sirve todo eso si no eres capaz, por culpa de esos puntos de guión, de conectar con la película?
De cualquier modo, su premisa se puede seguir y ofrece muy buenas secuencias de acción. Esto, sus interpretaciónes, y su acabado técnico y directivo es por lo que, de mi parte, se gana su nota.
Mi opinión.
Soy un gran seguidor de Nolan. Director de la trílogia de «El caballero oscuro», de Origen, Memento, Interstellar, y de otras que también son buenas y de una que sigo sin conectar con ella, como lo es «Dunkerque».
¿Fue en esta última, en «Dunkerque», cuando empezamos a perder a Nolan? ¿Cuando se olvidó del aspecto emocional que debe tener una película?
Chris necesita un cambio de rumbo. Pero ante todo, ahora, tiempo. Para poder aclararse y decidir qué hacer en su próximo trabajo. Que digo aquí y ahora, lo esperaré con respeto.
Nolan, te estamos perdiendo…
PD: Al final, tanta explicación e intento de dar claridad sobre algo que, ya de por si, no lo tiene, es en vano de nuestra parte.
Seguíd leyendo comentarios y fingiendo que, lo que pueda explicar otro, lo estáis entendiendo cuando os habéis perdido en la segunda línea del párrafo. Yo sí, lo reconozco. Soy un imbécil que no puede ni entender una historia como la tiene Tenet.
Bueno, sigo con mi vida.
Y seguiré viendo cine que pueda entender, sentir y emocionar con su historia, o simplemente, continuaré viendo más cine.
Rafa ★★★★½
De entrada, el impacto visual es impresionante. No por muchas veces que se repita que nunca se ha visto nada igual dejará de ser cierto. Lo que no es verdad es que se necesite un título en física cuántica para entender la película. La trama se puede seguir perfectamente. Sólo hay que prestar atención. Otra cosa es querer entender cada concepto, el cómo y por qué pasan ciertas cosas. Ahí es verdad que hay elementos más difíciles de entender, pero no afectan a la comprensión de la trama ni lo que se busca. El guión renuncia a ser explicativo. No pierde el tiempo con eso más allá de lo imprescindible y «el que quiera que me siga». Y merece la pena seguirle, sin hacerse preguntas durante la proyección. Nada lo necesita en realidad. No deja de ser un James Bond con elementos de ciencia ficción. Luego, en nuevos visionados, ya puede uno jugar a encajar todas las piezas del puzle.
Los efectos especiales son, sencillamente, perfectos. La mayoría son trucos artesanales, lo que le da aún más mérito. La fotografía, como siempre en el cine de Nolan, magnífica e inmersiva, al igual que la banda sonora, que potencia la tensión de una manera que te deja clavado en el asiento, y no sólo durante las escenas de acción. En esto me recordó a Dunkerque. Ya la escena de presentación es impresionante. Una escena de acción perfectamente realizada que sirve para mostrarnos quién y cómo es el protagonista y el tipo de película que nos vamos a encontrar.
Mucho se ha hablado de por qué no un actor de color para interpretar a James Bond. Si no fuera porque es estadounidense, John David Washington sería perfecto. Tiene la planta y la habilidad para las escenas de acción, luce los trajes como un gentleman, carismático… Aquí está estupendo como eje principal de la película. Aunque tiene unos apoyos de lujo que incluso le acaban superando. Uno es Robert Pattinson. Lo de este actor es increíble. Cada película que hace está mejor. Si sigue con esta progresión llegará a ser uno de los grandes. En Tenet, su personaje va evolucionando a cada escena, volviéndose más y más interesante, hasta superar al propio protagonista. Otro es Elizabeth Debicki. Esta mujer es un cisne, pura elegancia en las formas, con una capa de frialdad para disimular sus miedos y su vulnerabilidad, pero con una enorme fuerza interior. Junto a ellos, un enorme Kenneth Branagh en un papel en la línea de los mejores villanos de Bond, pero aún más cruel. Sorprende el papel de Aaron Taylor-Johnson, un actor que, desde Kick ass a Godzilla, siempre me pareció mediocre y totalmente falto de carisma, pero que ya en Animales nocturnos me impactó con su personaje y aquí también está estupendo. Te deja pensando que está infrautilizado, que podría haber tenido más papel. Otros como Michael Caine y Clémence Poésy son poco más que cameos, aunque de gran importancia, sobre todo Poésy, que es quien nos explica el funcionamiento de esta tecnología de inversión del tiempo y la amenaza a la que se enfrenta el protagonista.
En el debe, habría que decir que el guión se vuelve en ocasiones un poco farragoso y confuso. La escena de acción final es sumamente caótica, pero vibrante. Y hay alguna paradoja temporal que va a dar dolores de cabeza. También es posible que le falte algún punto emocional que facilite la empatía del espectador con la película, pero yo, personalmente, tampoco lo necesité.
Argumentalmente es una trama bastante sencilla, pero de narrativa estraordinariamente compleja, para algunos quizás demasiado, aunque yo creo que debe ser así para entender la magnitud de la amenaza, que no es fácil de transmitir.
Miguel Ángel Espelosín ★★★★★
Título: El espía que surgió del tiempo
O ‘el palíndromo al servicio secreto de vaya usted a saber que’, porque teniendo en cuenta la aireadísima devoción por la creación principal de Ian Fleming por parte del señor que ya intentó lo propio a base de agitar el subconsciente, deberíamos llevar aprendido que es mejor olvidarnos de cualquier atisbo de Smiley y los suyos para abrazar los pretextos del martini con vodka; eso sí, agitado, removido, e invertido a ser posible. Con Nolan eso de tener licencia para matar se queda algo escaso si la bala no regresa y la expectativa le parece pobre a menos que le cataloguen como el salvador de los cines.
Si alguien pensaba que íbamos a volver a nuestras añoradas salas a verlas venir, ya puede ir agarrándose los machos. Mientras la apuesta general alude al presupuesto ínfimo, la palmadita en el hombro o la repesca de inéditos, el desembarco epicúreo del director de la trilogía de ‘El Caballero Oscuro’ se la juega a la entrega incondicional ante un puzzle incompleto, la alegría de disfrutar los árboles sabiendo que nunca alcanzarás el bosque, el goce de un enigma resoluble que lleva a otro inabarcable, es decir, a la inyección de cine.
Aquí no encontraremos la profundidad ejemplar de ese hogar al rescate de sus hijos en las costas de Francia o el calado emocional de conocer los principios de la relatividad, lo cual engrandece todavía más los intentos de un autor por seguir buscando la novedad dentro de un campo comercial (a pesar de la responsabilidad acechante de esa cultura popular que él mismo ha ayudado a crear) sin perder los hilos que tejen los pilares de una filmografía ejemplar: los del amor paterno-filial (aquí materno) como expresión mínima de todo lo que importa y el tiempo como amenaza crucial.
Una vez despejados los requisitos básicos del corazón “nolanita”, podemos enfrentarnos al algoritmo con la libertad de un matemático ensimismado. Otro triunfo para su apostador. Pues si la crítica común enarbolaba la sobre-explicación como mazo machacante y dedo acusador que señalaba a quién (supuestamente) se posicionaba por encima del resto, ahora nadie podrá argumentar que el galimatías peca de condescendencia, o al menos, si se atreven, el tiempo empleado en ordenarse a si mismos habrá merecido la pena. De este modo, el espectador es tratado de tú a tú en un jugueteo palindrómico sin precedentes, donde es mejor atarse a los pulcros trajes de un sorprendente John David Washington (cumpliendo las añoranzas de los que sueñan con Idris Elba), y más nos vale no habernos soltado para cuando aparezca un Robert Pattinson que, cada vez mas seguro de su capacidad, hasta el punto de jugar la doble baza como jugador misterioso y alter ego del propio demiurgo, riza el rizo, despliega la responsabilidad solicitada y ya de paso nos vuela la cabeza.
Si ya hemos mencionado y reiterado que esto es la entrega tropecientas de un Bond reconvertido en su propio Q (por mucho que Clémence Poésy busque su espacio y nos encomiende a disfrutar del jolgorio) no podía faltar el villano (Kenneth Brannagh) desproporcionado en sus planes y acento, (del este, ¿como no?), pero desfigurado, claro está, hasta el punto de convertir su base flotante en el yate de Amancio Ortega, sus planes en el quinto advenimiento y sustituir las caricias al gato por otras un poco mas bestias, y con cinturón mediante, sobre el esbelto porte de Elizabeth Debicki, femme fatal baloncestista, pero absolutamente intachable cuando trafica con macguffins o se la juega a la crema solar para ir tres pasos por delante en mala uva. Por lo demás, el despliegue narrativo y visual más ególatra y desconcertante que uno haya visto en su vida.
En uno de esos escasos momentos en los que Tom Hardy no ha sido cubierto por una mascarilla, se nos brindó una frase que caló ipsofacto: no debes tener miedo de soñar con algo más grande. Pues bien, si el cine es la fábrica de sueños, Nolan es su creador más aventajado, y en un año tan esclavizante como este, da gusto encontrar una propuesta donde se invite no solo a desconectar, sino a llevarse la clave para evadirse a casa. Da igual que la entiendas o no, Tenet es más que una película. Es otro imperfecto, tramposo e impagable regalo.
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