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viernes, septiembre 20, 2024
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The Lords of Salem ****

The Lords of Salem ****


The Lords of Salem, perturbadora propuesta de Rob Zombie que homenajea y recupera lo mรกs inquietante del terror.

Rob Zombie (Robert Straker) ha sacado nuevo disco y nueva pelรญcula casi al mismo tiempo, y como suele suceder lo que hace en el cine como director tiene mucho que ver con sus trabajos musicales. Segรบn escribo esto y para ambientarme estoy escuchando su impagable contribuciรณn al disparate gamberro en el mundo del remix discogrรกfico, American Made Music to Strip By, editado en 1999 porque ademรกs creo que es la definiciรณn perfecta de la idea del pastiche, la mezcla gamberra, la provocaciรณn y el exorcismo del miedo por la vรญa del disparate que preside The Lords of Salemโ€ฆ En ese disco habรญa aportaciones del grupo Rammstein y gente de Nine Inch Nails, ademรกs de la impagable imagen de gancho en la portada de la demoledoramente atractiva Sheri Moon Zombie, que ademรกs de compaรฑera sentimental del mรบsico y director se ha convertido en una diva del terror merced a sus apariciones en la filmografรญa de su marido y en The Lords of Salem ocupa finalmente el protagonismo absoluto siendo el epicentro de toda la trama, lo cual agradecerรกn las cรณrneas de los espectadores interesados por la belleza femenina. Junto a todo ello el disco estaba repleto de dibujos de Rob Zombie y referentes sonoros en forma de diรกlogo acompaรฑando a algunas canciones que como digo me parecen la definiciรณn perfecta del estilo provocador, gamberro y de fantasรญa en su acepciรณn como tรฉrmino e arte, esto es: โ€œObra que no se sujeta a cรกnones, eminentemente imaginativa y personalistaโ€.

The Lords of Salem ****

Todo ello podrรญa aplicarse a The Lords of Salem, que es eminentemente un disparate y una pictografรญa en la que Zombie dibuja con trazo grueso y sencillo una serie de pictogramas o signos destinados a representar esquemรกticamente una serie de conceptos sobre el miedo y la desorientaciรณn de ser humano en un mundo eminentemente inexplicable. El resultado es desolador si se toma en serio cien por cien, pero ยฟquรฉ ocurre si entramos en el juego de Rob Zombie y lo miramos como una sรกtira con alma de pinacoteca perversa que rinde ademรกs homenaje a los clรกsicos del cine de terror entendido como provocaciรณn y concebido con vocaciรณn de crear verdadera inquietud en el espectador. Las referencias visuales incluidas por el director en su pelรญcula concebida para provocar una sensaciรณn de molestia en el espectador se multiplican a lo largo del metraje, comenzando por esa imagen que la protagonista tiene a la cabecera de su cama, la luna con el ojo goteando tras recibir el impacto directo de la nave del profesor Barbaenrredada y sus protoastronautas en Viaje a la Luna, dirigida por George Mรฉliรจs en 1902, imagen mรญtica del cine de lo extraรฑo capaz de producirnos un ligero picor en el ojo, pero no tan doloroso como el corte de navaja del ojo de Un perro andaluz de Luis Buรฑuel, lo cual a su modo da tambiรฉn una pista de cรณmo gradรบa Rob Zombie la capacidad de inquietar y molestar de su pelรญcula.

Las primeras escenas de aquelarre y las posteriores de ejecuciรณn de las brujas son el particular homenaje del director a un cine bizarro ya desaparecido. Bizarro en su acepciรณn en castellano, no en la anglosajona, esto es, no como sinรณnimo de extraรฑo sino como sinรณnimo de valiente, gallardo, generoso, esplรฉndidoโ€ฆ Rob Zombie recoje estรฉticamente en esos planos tanto la herencia de las pinturas negras de Goya como la de las perturbadoras recreaciones de aquelarres y ajusticiamiento de brujas que llenan un clรกsico del gรฉnero de terror puro: Haxan, la brujerรญa a travรฉs de los tiempos, dirigido por Benjamin Christensen en 1922. Y con esos elementos elabora su visiรณn siniestra y truculenta del arranque visual de otro clรกsico del gรฉnero, La mรกscara del demonio, dirigida por Mario Bava en 1960. Ese mosaico de referencias nos remite a un cine de miedo que querรญa producir miedo o inquietud en el espectador, ante cuyas imรกgenes perturbadoras el pรบblico no podรญa sentirse ajeno o ausente porque era un cine vocacionalmente provocador y que buscaba molestar, como si metiera el dedo en el ojo de su audiencia para motivarla a sentirse ligeramente indispuesta ante lo que estaba ocurriendo en la pantalla. Esa es una cualidad que el cine ha perdido por la banalizaciรณn y comercializaciรณn a modo de producciรณn en cadena del terror por los grandes estudios, algo que comenzรณ a ocurrir desde el momento en que Alfred Hitchcock sembrรณ las bases de la salida del terror del gueto de la serie B cosechando el mayor รฉxito de su carrera con Psicosis y que se confirmรณ con el arrollador paso por las taquillas de todo el mundo de El exorcista de William Friedkin. Al salir del territorio de la serie B y la serie Z, de ese tipo de cine que he calificado como cine de mazmorra, el cine de terror tuvo que maquillarse y ponerse guapo, aseando su imagen para poder lidiar con el pรบblico mayoritario y la explotaciรณn de sus propuestas a gran escala, convirtiรฉndose en el equivalente cinematogrรกfico del Welcher Stil, el estilo tierno de la pintura y la escultura germana de comienzos del siglo XV, suave, mรณrbido, de vรญrgenes hermosas con cara de luna y angelotes rubicundos, dando lugar a unos terrores domesticados, baรฑados por la luz de la producciรณn en cadena mรกs que por la necesaria oscuridad de nuestro miedo al abismo de lo terrible.

Para equilibrar su propuesta de retorno al miedo cinematogrรกfico realmente perturbador, Rob Zombie completa el mosaico de imรกgenes terribles de su pelรญcula con guiรฑos visuales que introducen secuencias e imรกgenes de seriales y pelรญculas de serie B en blanco y negro y aรฑade un homenaje final al que asumo debe ser uno de sus directores favoritos, John Carpenter, en el ritmo setentero de su propuesta. Tiene The Lords of Salem tambiรฉn algunos puntos de contacto estรฉtico con ese cine de pesadilla gestado en Europa en los aรฑos sesenta y setenta por directores como Dario Argento o Lucio Fulci, y no se priva de incluir alguna pincelada mรกs esporรกdica propia de la etapa canadiense de David Cronenberg o el โ€œpartoโ€ de Alien de Ridley Scott por aquello de completar su puzle de terror provocador y un puntito gamberro.

Asรญ que The Lords of Salem mรกs que un manifiesto satรกnico, como algunos podrรญan pensar, es una broma salvaje y gamberra con la que Rob Zombie se rรญe del cine de terror serial, domesticado y comercializado como producciรณn de serie A por los grandes estudios, se carcajea de esas imรกgenes dรณciles y blandas de las brujas propiciadas por series como Embrujadas o pelรญculas como Prรกcticamente magia, se parte el pecho por la domesticaciรณn de las criaturas y los monstruos del terror para vendรฉrselos a los adolescentes como mascotas de peluche, y sobre todo nos muestra su aรฑoranza por ese horror inquietante y perverso del cine de otros tiempos que muriรณ definitivamente en los aรฑos setenta cuando esa bestia parda y surrealista que era el cine de miedo fue capturada por los grandes estudios para hacer negocio y contarnos el embarazo satรกnico de Rosemary con colores pastel en La semilla del diablo, de la que en cierto modo The Lords of Salem es una variante siniestra y disparatada cuya verdadera naturaleza como broma se encuentra en ese momento de posesiรณn con Sheri Moon Zombi reconvertida en bailarina gogรณ montando a la cabra satรกnica con movimientos dignos de stripper, lo que nos lleva de vuelta al disco American Made Music to Strip By que antes mencionaba.

De manera que no se preocupen, no tienen que ir a confesarse despuรฉs de ver este aquelarre visual que es The Lords of Salem porque lo que estรก en peligro no es tanto nuestra alma como nuestra capacidad para recuperar la verdadera identidad del cine de terror como exorcismos de los miedos cotidianos y el trato con lo sobrenatural, totalmente desvirtuada por los mercaderes de la producciรณn en cadena de Hollywood.

Asรญ que la recomendaciรณn de posibles compaรฑeras de viaje de esta pelรญcula no puede ser otra que la de todas las pelรญculas citadas en el texto, especialmente Haxan, la brujerรญa a travรฉs de los tiempos y La mรกscara del diablo, acompaรฑadas por un paseo por lo satรกnico dirigido por John Carpenter en 1987, El prรญncipe de las tinieblas, ademรกs de la posibilidad de montarse un festival Rob Zombie aรฑadiendo al menรบ La casa de los mil cadรกveres y Los renegados del diablo.

Miguel Juan Payรกn

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