Crítica de la película Tom y Jerry
Simpática apuesta de cine familiar para grandes y pequeños con dos personajes legendarios.
Y aquí me gustaría indicar, en principio, que no entiendo a muchos de mis compañeros de la crítica internacional que han destrozado la película. Es más, tampoco lo haré si lo hacen mis compañeros locales porque toda la sala estaba riendo a carcajadas con la película. Una película que no es más que una aventura sencilla, con un guión de andar por casa, con un reparto liderado por una actriz dispuesta a jugar y con dos personajes que son iconos y que mantienen su tono de gamberrismo y mala idea dentro del slapstick, con continuos golpes, caídas, persecuciones, explosiones y demás elementos que hicieron a los personajes lo que son hoy en día. La película nunca traiciona ese espíritu. Y por eso funciona.
Cuando los dos personajes centrales se quedan sin hogar, deben mudarse a Nueva York. Allí Jerry consigue convertir un hotel de lujo en su casa, mientras Tom sobrevive como puede. Mientras una joven consigue un importante empleo en el hotel y debido a la inminente boda del siglo que se celebrará allí, es puesta a cargo de cazar al ratón Jerry, para lo que contrata a Tom. El resultado lo podemos imaginar absolutamente todos. Porque sí, el guión es la parte más endeble de la película y es una mera justificación para seguir a los dos dibujos animados destrozando el mundo real mientras se persiguen el uno al otro. Ni hay sorpresas ni hay alardes en la historia. Y los personajes… eso es harina de otro costal.
El único personaje que está medianamente desarrollado es el de la protagonista humana, Chloë Grace Moretz, y tampoco especialmente. No es que el guionista sea precisamente malo. Kevin Costello es el responsable de la maravillosa Brigsby Bear, y aquí lo único que hace es cumplir con una trama mínimamente coherente para enlazar un gag visual tras otro y mostrar a los personajes en pleno asalto slapstick. Sí, claro, Moretz tiene una historia de superación personal, pero es lo de menos y ni emociona, ni tampoco molesta. Cumple. Y ella se lo pasa en grande con su papel y se dedica a jugar con los personajes animados como si estuvieran allí. Con ella y su talento funciona.
Tim Story no es precisamente el mejor director, visualmente, del mundo. Y el reparto más allá de Moretz y Michael Peña, no es para tirar cohetes. Pero un acierto del guión es convertir a muchos personajes humanos (los novios, la botones…) en dibujos animados tanto en comportamiento como en desarrollo. Pero eso es el relleno muchas veces. La clave son Tom y Jerry, gato y ratón haciendo de las suyas, con todos los golpes y salvajadas que hemos visto una y mil veces y que siguen funcionando, como funciona la integración de los dibujos en mundo real. Una película entretenida y que cumple a las mil maravillas con lo que promete, diversión familiar y sencilla.
Jesús Usero
★
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