TOY STORY 3: ¿con acento andaluz?
La nueva entrega de Toy Story, que podremos ver en 3D en los cines, parece ser una refundación de las claves argumentales que regían en las dos anteriores, con la tradicional amenaza de exilio y diáspora para los juguetes protagonistas, que con su legítimo propietario embarcándose en la aventura universitaria no está para marear la perdiz jugando con muñequitos. Eso les llevará a vivir a los protagonistas la que se presenta como la aventura más épica de su trayectoria, en la que tiene que hilar fino en el guión para seguir sorprendiendo al personal.
La nueva entrega de Toy Story, que podremos ver en 3D en los cines, parece ser una refundación de las claves argumentales que regían en las dos anteriores, con la tradicional amenaza de exilio y diáspora para los juguetes protagonistas, que con su legítimo propietario embarcándose en la aventura universitaria no está para marear la perdiz jugando con muñequitos. Eso les llevará a vivir a los protagonistas la que se presenta como la aventura más épica de su trayectoria, en la que tiene que hilar fino en el guión para seguir sorprendiendo al personal.
En todo caso, hay otra cosa que me ha parecido poco grata en el trailer: eso de que a Buzz le tengan que reactivar y cuando regresa lo haga defectuosamente y el defecto en cuestión se exprese hablando en castellano y bailando flamenco (en el trailer original inglés) y en andaluz (en el trailer en español), me desconcierta un poco. Creía que a estas alturas y con la cantidad de científicos, pintores, restauradores, músicos, actores y españoles en general que andan circulando por Hollywood y por Estados Unidos, allí ya habían entendido que pintar a todos los españoles en plan flamenco, vamos como «¡locos y olé!»!, es como caer en la trampa de pensar que todos los norteamericanos son y hablan como John Wayne, Chuck Norris y Hannah Montana.
Vamos que no le veo la gracia. Como supongo que tampoco le hará la menor gracia a los chinos que en algunos programas de humor de televisión les tomen como objetivo habitual porque no se quejan tanto como otros colectivos que saltarían con más facilidad si les tocan le propia imagen.
A menos que sea una represalia a modo de guiño por nuestra posición en el ránking de la piratería, en cuyo caso les recomendaría que directamente nos pintaran como españoles bucaneros y piratescos, con la bandera de la calavera y las dos tibias y el alfanje a mano, y no como bailarines de flamenco, yo propondría una alternativa interesante a la hora de hacer la voz de Buzz cuando vuelve en modo «astronauta-loco»: que hable como un petrolero de la Tejas profunda en el original, o como Paris Hilton, que es muy socorrida y la pobre aguanta todo tipo de chanzas.
Miguel Juan Payán (español a mucha honra, pero totalmente ignorante de cómo se baila flamenco o se tocan las castañuelas).
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