Comedia de acciĂłn sobre el devastador efecto del nepotismo en nuestra sociedad.
Una policĂa en apuros da una idea de cĂłmo y por quĂ© la sociedad francesa carece de los complejos provincianos de lo polĂticamente correcto que parecen primar en otros paĂses de los alrededores. Lo abordan todo con bastante naturalidad, sin sentirse “pecadores”, sin tener sobre sus hombros “leyendas negras”. En Una policĂa en apuros no tienen problema en hacer mofa y befa de las devastadoras consecuencias que tiene el nepotismo y las reivindicaciones “por que yo lo valgo” de algunos sectores de nuestra sociedad para toda organizaciĂłn coherente de la vida pĂşblica. Y de paso se cachondean de todo lo demás. Incluido el machismo. Es notable en la construcciĂłn de la historia cĂłmo pueden reĂrse al mismo tiempo de los complejos del hombre frente a la mujer, de manera inteligente y elegante, y por otra parte poner en solfa esa idea de que todos valemos para todo en todo momento, que tan buen suelo ha encontrado para crecer en nuestro paĂs. Señores, señoras, señoritas y señoritos: ¡no! No todos valemos para todo. Nadie es bueno en todo lo que se propone. Y no, el mensajito de “¡Persigue tus sueños!” no te garantiza que tengas el menor talento para poder aspirar a esos sueños.
Personalmente prefiero el humor gamberro, brutal incluso. Pero lo que más me ha gustado de Una policĂa en apuros es esa naturalidad y esa elegancia a la hora de repartir para un lado y para otro, a diestra y siniestra, a todos los topicazos de lo polĂticamente correcto, las reivindicaciones de las fĂ©minas, los miedos masculinos –genial el tema de las alzas, que de paso reparte leña para el ex presidente Sarkozy demostrando que el humor puede ser eficaz sin resultar ofensivo-, y las manipulaciones de los polĂticos de turno.
Desde ese lado, Una policĂa en apuros es un buen apunte, desde una visiĂłn madura, saludable, inteligente y elegante, de que vivimos en una sociedad que es una farsa porque ha sido tomada al asalto por los imbĂ©ciles, armados hasta los dientes con sus complejos y sus frustraciones y respaldados por un fuego de cobertura basado esencialmente en Ănfulas de moralidad adoctrinadora. Ese frente está además muy bien defendido por los actores. Alice Pol clava el papel protagonista y Dany Boon consigue hacer un doblete bastante competente como director y actor porque tiene muy claro lo que persigue con este largometraje.
Si la pelĂcula tiene algunos puntos flojos, no afectan a ese buen y saludable ejercicio de tomarse a chufla con elegancia y sin caer en soflamas, ni agitar banderas, la farsa de nuestra sociedad occidental actual. Un punto flojo es que en hacia el final se repite algo en esa misma fĂłrmula de comedia de acciĂłn. El desenlace con el enfrentamiento definitivo de los antagonistas y los protagonistas es menos interesante que todo lo que nos han contado antes. De hecho, el punto dĂ©bil de la pelĂcula son los antagonistas. Es demasiado obvio que esos Leopardos son poco más que comparsas de la fĂłrmula, y quizá por eso se desperdicia la oportunidad de la cena con los dos travestidos, la madre borracha y la protagonista, donde habĂa más jugo que sacar a esa situaciĂłn. Imaginen lo que un Billy Wilder habrĂa podido sacar de esa situaciĂłn. Quizá por eso, en lo referido a comedia, Una policĂa en apuros nos va a sacar muchas sonrisas cĂłmplices y pocas carcajadas salvajes. Pero no importa: es su estilo. Un estilo que en realidad encaja bastante bien con la manera de plantearse la comedia en el cine francĂ©s.
Miguel Juan Payán
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