El fin del cine. El legendario cineasta alemán ha aprovechado su presencia en el Festival de cine Lumiere de Lyon para dejar clara su postura contra la inteligencia artificial por los peligros que este avance tecnológico tendría para la creatividad en el guión y el arte cinematográfico en general
Que la irrupción de la inteligencia artificial en el medio cinematográfico está causando mas problemas que beneficios creo que no admite debate alguno. Es más, aún a riesgo de meter la pata, pienso que, a excepción de los tipo de traje y corbata cuyo bagaje cinéfilo se limita a la calculadora, no hay nadie que pueda argumentar con devoción y convicción lo que dicho avance tecnológico pueda acarrearle en positivo a nuestras expectativas frente a la pantalla. Solo hay que ver los mínimos ejemplos que han conseguido alcanzar al espectador, como esos terribles títulos de crédito de Invasión Secreta, para posicionarse en el lado correcto de una historia que con cada nueva noticia del desarrollo de la huelga de actores y la resulta huelga de guionistas adquiere tintes mas terroríficos.
Muchos han sido los profesionales y estrellas que han alzado la voz para hacerse oír contra esta nueva jugarreta de los grandes estudios. El último en hacerlo ha sido nada mas y nada menos que el autor de la que para el que esto escribe es una de las grandes obras maestras de la historia del cine, París, Texas (1984). El director alemán que, tras mucho tiempo perdido entre documentales y producciones de calidad cuestionable, vuelve a estar en boca de todos gracias al tremendo recibimiento por parte de la crítica de Perfect Days (2023), cinta que además le ha proporcionado ser seleccionado por Japón para competir por el Oscar a Mejor película extranjera. Su reciente regreso al éxito sin embargo no le ha obnubilado el juicio y ha aprovechado la rueda de prensa del Festival de cine Lumiere, celebrado en Lyon, para echar un capote a sus colegas guionistas y sumarse al tirón de orejas generalizado a los principales estudios:
“Los actores y guionistas tienen miedo de quedarse obsoletos. Con la I.A. (inteligencia artificial) todo se hace muy rápido. Lanzas un par de ideas y a los pocos días tendrás algo parecido a un guión que justo será lo que el estudio buscaba. Sería el final para el guionista”
Además de hacer referencia a la indispensable participación humana en el proceso creativo, Wenders también subrayó su crítica al cine algoritmo cuya ingesta glotona por parte de un sector de público amenaza con destruirlo:
“Creo que la idea de que un estudio pueda limitar los riesgos (económicos) reutilizando ideas que ya han dado sus frutos es totalmente estúpida y vacía de potencial creativo. Hay grandes guionistas con ideas maravillosas que se encuentran frustrados ante la imposibilidad de conseguir un estudio para su obra”
Finalmente citó a su amigo fallecido Jean Luc Godard:
“Tenía la teoría de que los estudios estadounidenses harían cada vez menos películas, hasta que solo quedase una única película que se repitiese una y otra vez. Sería el final del cine”
Tengo que darle toda la razón a Win Wenders, pero debo apuntar que los resultados del cine algoritmo ya empiezan a tambalearse y, a pesar de los esfuerzos de los majors por ganar la batalla en favor de I.A., creo realmente que el público no va a aceptar eternamente cualquier cosa de forma reiterada. Sino que le pregunten a Disney y Warner por sus sonoros batacazos superheroicos y galácticos cada vez que meten las manazas en los procesos creativos de los verdaderos profesionales.
Miguel Ángel Espelosín
Copyright 2023 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
noreadigital.es expertos en videomarketing