R.I.P.D., departamento de policĂa mortal: una floja variante de Men in Black con muertos en lugar de extraterrestres.
Desde el principio la pelĂcula está bien dirigida en cuanto a planificaciĂłn, acciĂłn, etcĂ©tera. Incluso en su inclinaciĂłn por la filmaciĂłn del tiroteo en el almacĂ©n como si fuera un videojuego en primera persona está bien. Tiene los planos en su sitio, transmite energĂa y vigor al montaje, etcĂ©tera. Por ahĂ no hay ninguna pega. Pero a partir de ese momento cae en la trampa del mimetismo de Men in Black, en lugar de encontrar su propia personalidad partiendo de elementos del cĂłmic que la inspira. Aunque Jeff Bridges saca el máximo partido a la autoparodia de sus papeles como tipo duro del western, construyendo una especie de variante caricaturesca y exagerada y tambiĂ©n anda por ahĂ derrochando su talento para la comicidad gestual la muy atractiva Mary-Louise Parker y el infalible Kevin Bacon, nada puede impedir que esta comedia de acciĂłn paranormal, por llamarla de algĂşn modo, estĂ© falta de vida. Además, rodeado por estos actores en clave parĂłdica, el más contenido Ryan Reynolds queda fuera de juego y falla en hacerse cargo del protagonismo de la pelĂcula, convirtiĂ©ndose en un tĂtere, mientras el resto de sus compañeros se libran de caer en la misma trampa a base de poner a tope sus recursos cĂłmicos de veteranos, dado que el guiĂłn no les da a ninguno de los actores algo real o interesante a lo que agarrarse, más que una serie de diálogos y situaciones tĂłpicas que son como un lastre con el que apenas pueden moverse. AsĂ que desperdician a Bridges, Parker y Bacon y dejan caer al vacĂo a Reynolds sin paracaĂdas. Eso sĂ, con una buena planificaciĂłn en las secuencias de acciĂłn y una propuesta que parece tener dentro más vida de la que realmente han conseguido transmitir a la pantalla. MĂ©rito de cĂłmic, me temo, no de los cineastas.
El resultado es un espectáculo aburrido en el que además cantan demasiado los efectos visuales para recrear a los villanos muertos, que se convierten en dibujo animado y nos sacan de la pelĂcula. Por otra parte repiten con insistencia el mismo chiste sobre el aspecto que tienen los protagonistas para los vivos, una reiteraciĂłn con el chiste de la rubia despampanante que quizá funcione mejor en las viñetas, pero en la pantalla es simplemente reiterativo. A ver, la idea del chino con el plátano tiene su gracia, pero se agota rápidamente y como recurso no puedes estirarla durante todo el metraje como herramienta principal de comedia.
Da la sensaciĂłn de ser una pelĂcula hecha con más medios que ganas, siguiendo escrupulosamente alguna de esas “fĂłrmulas infalibles” para escribir guiones que le quitan toda la vitalidad a personajes, diálogos y situaciones, precisamente por ser pura fĂłrmula. Basta con reparar en la historia de amor metida con calzador como subtrama, rollo Ghost, para darse cuenta de que el guiĂłn no le saca todo el jugo parĂłdico a sus personajes y situaciones en ningĂşn personaje. Y el final apocalĂptico no lo arregla, por espectacular que resulte.
Los artĂfices de esta simplona pelĂcula deberĂan repasarse la primera entrega de Men in Black y Los Cazafantasmas para pillarle el punto al asunto y darle un poco más de vida e interĂ©s a su propuesta. Lástima: tenĂa elementos para ser mucho más interesante.
Miguel Juan Payán
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