Ágora, la quinta película de Alejandro Amenábar, lidera la taquilla en los cines españoles por cuarta semana consecutiva. Estrenada el pasado 9 de octubre, ha recaudado hasta el momento 16,7 millones de euros y ha sido vista por 2,7 millones de espectadores, lo que la ha convertido en la película española más taquillera del año y el tercer título que ha recaudado más en nuestro país después de las películas de animación UP! y The Ice Age 3.
ÁGORA y AMENÁBAR: los quince minutos perdidos y el montaje del director
Ágora, la quinta película de Alejandro Amenábar, lidera la taquilla en los cines españoles por cuarta semana consecutiva. Estrenada el pasado 9 de octubre, ha recaudado hasta el momento 16,7 millones de euros y ha sido vista por 2,7 millones de espectadores, lo que la ha convertido en la película española más taquillera del año y el tercer título que ha recaudado más en nuestro país después de las películas de animación UP! y The Ice Age 3.
A la vista de los resultados está claro que Alejandro Amenábar ha dado en el blanco a la hora de recuperar el género peplum para narrar la peripecia vital de Hipatia de Alejandría y acertó al reducir el metraje de la copia exhibida en el festival de Cannes en 15 minutos. Hablamos con Amenábar sobre ese metraje perdido, sobre las ediciones extendidas en DVD y el llamado “corte del director” en su película y en títulos míticos como Apocalypse Now, Blade Runner o El Exorcista.
– En el montaje de Ágora que se ha exhibido comercialmente decidiste cortar 15 minutos de metraje respecto al a versión exhibida en Cannes. ¿Crees que hay un límite de tiempo para lo que el público puede aguantar en un cine viendo una película?
– Mi deseo inicial era hacer una película de tres horas, tomando como referencia esos peplum que me habían apasionado de niño, como Ben-Hur o Espartaco. Yo quería hacer una película donde además había intermedio. Había overtura, intermedio entre la primera parte que terminaba con la destrucción de la biblioteca, y la segunda. Y poco a poco me fui dando cuenta de cuál es la realidad hoy en día de cara a los espectadores. Creo que no hay límite de tiempo, pero depende de lo que estés planteando, y cómo. Luego hay otro tipo de producciones como por ejemplo El señor de los anillos, en la que realmente confiaron más a partir del éxito de la primera, y dejaron que la segunda fuera más larga y luego sacaron la versión extendida de la primera. Hay un tipo de película en la que el espectador se puede enganchar perfectamente durante tres horas porque hay una serie de estímulos visuales y sonoros que lo permiten. Pero en general los espectadores de hoy en día son mucho menos pacientes que los de hace cincuenta años, y es algo con lo que tenemos que contar.
– ¿Cómo ves el tema de las ediciones extra en DVD? El corte del director, incorporar material que se quedó fuera, las célebres nuevas versiones de Blade Runner, etcétera. ¿No crees que esos apaños dan la sensación como de que la película nunca va a estar terminada?
– A mí personalmente me parece que muchas veces obedece a una maniobra comercial. Por ejemplo una cosa que me molesta
profundamente es que una película como Apocalypse Now durante un tiempo sólo podías encontrarla en DVD en la versión Redux, que es una versión que me gusta menos que la versión original, mientras que en Blade Runner por ejemplo me gusta más la versión de Ridley Scott que la que se estrenó en las salas de cine. Como director siempre he intentado ser honesto. Creo que los montajes de mis películas son siempre el montaje del director. Y los quince minutos que le he quitado a Ágora después del pase de Cannes, se los he quitado yo, es decir, yo he tomado la iniciativa. He dicho: voy a intentar saber qué pasaría si le quitara quince minutos a la película. Y así hicimos el montaje. Nunca he sacado un “corte del director”, porque siempre he considerado todo, y ese todo incluye el ritmo, así que el que se exhibe en salas es el montaje del director. En el caso de Ágora probablemente cuando salga la versión en DVD y Blu-ray saque lo que sería la versión extendida, donde estarían esos quince minutos. Más que nada porque recuperas elementos que me he llevado en esos quince minutos y que tienen que ver con la reconstrucción histórica y política, y pueden interesar al espectador. Pero es perfectamente asumible la versión de 126 minutos que se ha estrenado como versión mía. Cuando por ejemplo veo el “corte del director” de Apocalypse Now o de El exorcista, pienso: entonces, la obra maestra que yo he visto ¿no vale? Porque para mi ésa es la obra maestra.
– A mí no me gusta la versión nueva de Blade Runner. No me gustó que le quitara esa voz en off que tan bien remitía a la naturaleza del relato como cine negro.
– Yo en su día, cuando vi la nueva pensé que me gustaba más la antigua. Pero dándole vueltas, y volviendo a ver la versión antigua, me quedo con la versión nueva de Ridley Scott, sin la voz en off, porque hace la experiencia más sensorial.
Miguel Juan Payán