Crítica Being the Ricardos
Crítica de la película Being the Ricardos
Sorkin sigue siendo el gran maestro del guión de Hollywood en la actualidad.
Aunque no te interese lo más mínimo la historia de la película, o aunque nunca hayas oído hablar de Te quiero, Lucy, de sus protagonistas o de lo que supusieron para la historia de la televisión, Aaron Sorkin consigue hacer que sean personajes cercanos, que te atrapen, merced a unos maravillosos diálogos escritos como sólo él sabe hacerlo, a un mimo y un cuidado extremo en la elección y desarrollo de personajes, y a una elegancia enorme a la hora de narrar la historia a través de las imágenes, con la dificultad añadida de encontrarse casi todo el tiempo en un set de rodaje dentro de un set, lo que limita las posibilidades visuales.
En los años 50, Lucille Ball y Desi Arnaz se convirtieron en la pareja televisiva más conocida de la historia gracias a la que es considerada la primera sitcom de la tv, Te quiero, Lucy, donde daban vida a los Ricardo, Lucy y Ricky, un matrimonio entre una actriz sin mucho éxito y un músico cubano. Pero durante su segunda temporada un hecho estuvo a punto de terminar con la serie y la carrera de ambos, la acusación que sobre Ball pendía, respecto a su afiliación o no al partido comunista. A lo largo de una semana, la pareja se enfrentará a esa crisis, que viene ligada con una crisis personal y con la presión de mantener en pie la serie más vista del país, algo que no parece precisamente sencillo.
La decisión de fichar a Nicole Kidman y Javier Bardem es arriesgada, pero tremendamente efectiva. Pese al maquillaje o los cambios físicos, Kidman está maravillosa en la piel de Ball, hasta el punto de que la recreación de una de las legendarias escenas cómicas de la serie, la del viñedo, se convierte en magia. Bardem está también maravilloso, pero es cierto que uno piensa siempre si no hubiese sido más justo fichar a un actor cubano para el papel. Aunque sería difícil encontrar uno mejor que Bardem. Los secundarios son otra joya que conviene destacar, empezando por J.K. Simmons, Nina Arianda, Alia Shawkat, Jake Lacy, Tony Hale o Clark Gregg. Cualquiera de ellos podría o debería ser nominado al final por su presencia en la serie…
Quizá no sea una película tan redonda como El Juicio de los 7 de Chicago, pero es poderosa y devuelve a Sorkin a un tema que adora, lo que sucede tras las cámaras a la hora de crear televisión. Sí, hay muchos discursos épicos, quizá incluso irreales, pero nadie escribe diálogos como Sorkin. La épica de momentos realmente cotidianos, la forma de hacer crecer a los personajes, el talento para definirlos en un simple trazo de guión (esa discusión sobre las dietas o los desayunos), o incluso ese tono agridulce de la historia… Sorkin es el mejor guionista de Hollywood hoy día, y visualmente exprime el pequeño set de la serie y los decorados cercanos hasta el extremo. Incluso su forma de contar la historia en tres líneas temporales, o cómo refleja lo que sucede en la serie original en blanco y negro… Sorkin sigue siendo un soñador, quizá eso moleste a alguno, pero sigue contando historias como nadie, especialmente en sus guiones.
Jesús Usero
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