Crítica Campeonex ★★★½

Crítica Campeonex película dirigida por Javier Fesser protagonizada por Jesús Vidal, Sergio Olmo, Jesús Lago

Imaginativa y brillante continuación de la historia iniciada en Campeones (2018), ahora con el atletismo virtual como principal reclamo escénico.

De que va Campeonex

El equipo de baloncesto conocido como Los amigos juega una final trascendental. Cuando consigue la victoria, el grupo es descalificado, tras la acusación de haber robado las medallas. El culpable parece ser Sergio (Sergio Olmos), al que le ha convencido su hermano, para afanar los citados trofeos. Después de un tiempo sin actividad, el esperanzado Julio (Juan Margallo) pone un anuncio en busca de entrenador, al que acude una chica sin experiencia. El objetivo es volver a reunir a los integrantes del mítico club.

Crítica Campeonex

La esperada secuela de Campeones se ha hecho esperar, debido a que partía con un hándicap complicado. Para empezar, la historia debía ser diferente de la anterior, para no reiterar las tramas de superación y del olvido de la estigmatización a través de la amistad que desarrollaba con ingenio el film estrenado en 2018. Eso por el lado del argumento y de las experiencias destinadas a recuperar el sorprendente cuadro de personajes del premiado largometraje estrenado cinco años atrás; ya que por la parte correspondiente a los actores, Javier Fesser tenía ganada la batalla de la empatía con el público.

De esta manera, Fesser, David Marqués y Athenea Mata empezaron a elucubrar un relato coral, en el que el antiguo baloncesto fuera sustituido por un reto deportivo nuevo: el atletismo virtual, con el fichaje de un auténtico crack en esa materia, identificado con el famoso Brianator. En definitiva, un libreto que permitiera el lucimiento de los icónicos jugadores, con diálogos chispeantes y situaciones humorísticas de calado humano y cercanía constatable.

La acción de Campeonex arranca con el equipo de Los amigos en plena final. Después de un partido muy reñido, los muchachos patrocinados por don Julio (Juan Margallo) se hacen con la victoria en el último segundo; pero resultan descalificados, ya que un componente de la formación (Sergio) ha robado las medallas. Fuera de las competiciones por un par de años, el equipo se disuelve; hasta que don Julio decide reunirlo de cara a un futuro esperanzador, con una nueva e inexperta entrenadora como detonante de la resurrección.

Sin embargo, Los amigos no olvidan la afrenta de Sergio, y se niegan a una hipotética colaboración con él. No obstante, el azar y la mala salud de don Julio les hace recapacitar, y perdonar a su antiguo compañero. Ahora solo queda volver a inscribir al club en la competición de baloncesto, pero un error informático apunta a los chicos en la categoría de atletismo. La cosa no pinta bien, hasta que entra en escena Brianator: el nuevo y revolucionario integrante de los peleones Campeonex.

Javier Fesser vuelve a demostrar que la clave está en la sencillez y la naturalidad con que afrontan sus roles los distintos integrantes del elenco interpretativo. Ellos son la gran baza de una película que pone en solfa los absurdos estereotipos sociales respecto a las personas que tienen alguna minusvalía, para demostrar que en la aceptación de las diferencias está la auténtica riqueza que posee el ser humano. Campeonex, como logró la primera parte, supera desde el inicio el asunto de las supuestas barreras físicas y psíquicas que sufren los miembros del equipo, para elevar el mensaje a una auténtica arenga en favor de la libertad del individuo para sobreponerse a cualquier muro que se le intente imponer por parte de una “normalidad” artificial e inexistente.

Con estas armas, Fesser monta la cinta en torno a una competición internacional de carácter virtual, en la que los sólidos y elocuentes personajes de Campeonex  demuestran que no hay deporte en el que no puedan dar lo máximo de sí mismos.

Esa habilidad del guion para exhibir espectacularidad y emoción, sustentado por una galería de roles diferenciados con sus propios comportamientos y realidades, es uno de los grandes aciertos de la película; la cual no queda por debajo de su precedente cinematográfico, sino que completa lo narrado en 2018, con un conjunto de historias que divierten y ayudan a cambiar la perspectiva de cara a diseñar un mundo más amable e integrador.

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Sin duda, Campeones es inseparable de la película estrenada en 2018, aunque su estela puede extenderse a todos los films sobre equipos deportivos con personalidad propia (de El clan de los rompehuesos a Hoosiers).

Jesús Martín

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