Crítica DIAbólica película dirigida por Chris Weitz con John Cho, Katherine Waterston, Havana Rose Liu
Fallida y aburrida película de supuesto terror, en torno a la Inteligencia Artificial.
De qué va DIAbólica
Una familia con tres hijos incorpora a su casa una nueva Inteligencia Artificial que se encarga de ayudar en las labores del hogar, desde organizar la agenda a encargar la compra. Pero según pasa el tiempo, la IA empieza a actuar de forma cada vez más independiente. ¿Será una amenaza o una salvación para esta familia?
Chris Weitz, de American Pie a DIAbólica
Blumhouse se ha convertido en la principal productora de cine de terror, suspense y, a veces, ciencia ficción, que hay hoy en día, con un sistema de producción enormemente barato, que casi siempre da beneficios debido a sus más que reducidos costes, y donde nombres conocidos y populares se asoman a sus películas, delante y detrás de las cámaras. Chris Weitz, quien saltase a la fama como codirector junto a su hermano Paul de American Pie se suma a nombres como M. Night Shyamalan, Jordan Peele, Scott Derrickson, James Wan, Mike Flanagan o Tate Taylor. Aunque el resultado es posiblemente su peor película…
Una carrera con títulos como Un niño grande, La brújula dorada o Una vida mejor… Incluso la incursión que hizo Weitz en la saga Crepúsculo, Luna Nueva, tenía más enjundia que esta película aburrida hasta decir basta, con una familia anodina y un reparto con aspecto de no querer estar allí. El guión no tiene demasiado sentido, no produce terror, ni suspense, ni nos importa lo que va a suceder a los personajes. Dirigida como si fuese un telefilm y desaprovechando el prometedor punto de partida y reparto que tiene.
Porque la película tiene un reparto magnífico, lleno de buenos actores en papeles aburridos, que no parecen saber muy bien lo que hacen allí. John Cho y Katherine Waterston dan vida a los padres de familia que reciben esta IA y ven su mundo ponerse patas arriba. No pueden, aunque lo intentan, levantar unos personajes absolutamente planos. El guión fuerza la mano sacando temas de la nada que no van a ninguna parte. Nombres como David Dastmalchian o Keith Carradine, están igual de desaprovechados por esa historia vacía.
Un buen punto de partida que no va a ninguna parte
La idea inicial, el miedo a las Inteligencias Artificiales y a que se hagan con el control de todo es más que interesante. Sobre todo porque no se trata del control mundial, sino del control sobre una familia. La incapacidad de controlar algo así o de hacer que entienda realmente sentimientos humanos. A partir de ahí, la película se desinfla. Se va desmontando poco a poco con una preocupante carencia de tensión, poniendo ideas por el camino que podrían haber sido interesantes, pero no lo son. Los problemas de los hijos de la familia, por ejemplo.
Además añade otros temas que surgen de la nada, sin explicación, contexto o continuidad que explique lo que ha sucedido. No hay nada a lo que agarrarse. Algunos momentos bien conseguidos (el accidente de coche), o algunos aspectos técnicos (la siempre cuidada fotografía de Javier Aguirresarobe), son los pocos detalles salvables de una película que no hay por dónde cogerla y que deja la sensación de desaprovechar continuamente el talento de los nombres asociados a ella. Podía haber sido muchas cosas, y acaba por no ser ninguna de ellas. Es todo lo contrario de lo que en su momento fue Upgrade, también de Blumhouse. Olvidable.
Te gustará si te gustó…
Pues las peores muestras de cine de Blumhouse, como Fantasy Island, Ojos de fuego, La piscina… Se mueve en esas coordenadas, pero es incluso peor.
Jesús Usero
Crítica DIAbólica
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