Crítica La trama fenicia película dirigida por Wes Anderson con Benicio del Toro, Tom Hanks, Mia Threapleton
De las peores del director, por debajo de lo esperado
La trama fenicia es una colección de recursos agotados y agotadores expresada como verborrea incontenible que no salva ni un Benicio Del Toro condenado a un monólogo ante un guión y unos compañeros en piloto automático.
Imagino que los seguidores entusiastas, entregados e incondicionales del cine de West Anderson, y algún que otro palmero oportunista que ande pedido por ahí, celebraran este trabalenguas abotargado como otra diana en el blanco del humor desarrollado por el director con los mimbres habituales de su cine. Pero yo a mis lectores les debo un mínimo de honestidad a la hora de emitir opinión sobre las películas que veo y la realidad es que me he aburrido viendo esta película.
Anderson a la baja
Incluso puedo señalar concretamente el momento en que pienso que todo se le viene definitivamente abajo y el propio cineasta parecer ser presa de una especie de agotamiento creativo en el encuentro con sus repetitivas fórmulas. La escena del baloncesto es casi un grito desesperado en el que Aderson parece aullarle a la luna lamentando la pérdida de la frescura, imaginación y educada y esquemática, pero no por ello menos interesante y llegado el caso contundente intención de ejercer como provocador purgante contra el veneno de lo previsible que gozan sus mejores películas.
La trama fenicia es, con diferencia, la película más aburrida, cansina, agotadora y falta de chispa de Wes Anderson, abundando en una tendencia de agotamiento de las fórmulas de su cine y creciente irregularidad de ritmo que empezaba a manifestarse ya, aunque con menos virulencia, en Asteroid City (2023), que, no obstante, me entretuvo más y me resultó menos claustrofóbica que ésta con su empeño de jugar con el ovillo de lo teatral desde la farsa cinematográfica, y La crónica francesa (2021),superior a las otras dos citadas, aunque con una parte media letal como lastre del ritmo de la película.
Sin duda La trama fenicia se sitúa muy lejos, a años luz diría, de su mejor película, El gran hotel Budapest (2014).
Es una lástima, porque el tono de relato pulp exagerado y casi brutal que expresa el arranque de la película y ese plano cenital de los títulos de crédito de apertura que en la presentación hacían pensar en otro delicioso disparate provocador del director contra todos los esquemas repetitivos de los géneros, acaban perdiéndose en el resto del metraje, entrando en coma narrativo con la ya mencionada escena del baloncesto en el túnel. En la misma una reunión de talentos como los de Benicio Del Toro, Tom Hanks y Bryan Cranston se queda en una de las peores payasadas sin gracia de toda la carrera del director, aviso del estancamiento y el sorprendente desperdicio de talento en el reparto, con Scarlett Johansson reducida a poco más que un cameo y Charlotte Gainsbourh, Willem Dafoe y F. Murray Abraham convertidos en mimos prácticamente invisibles.
Del Toro está desesperadamente solo en su monólogo en este laberinto en el que Wes Anderson parece haberse perdido buscándose tras tomarse demasiado en serio todo lo que dicen de él.
La falta de chispa, gracia y sentido de autoparodia que alimenta los mejores momentos de la filmografía del director aquí no está ni se la espera. Buena prueba de cómo echamos de menos todo eso es que solo un pálido reflejo de ello se asome a un momento como el del chiste del ascensorista. Brevísima pincelada del gag más visual que verbal y del tono más distendido y menos alambicadamente recargado de palabras sin contenido que necesita desesperadamente la película para poder respirar.
Miguel Juan Payán
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Crítica La trama fenicia
