Crítica Solo Para Mí película dirigida por Valérie Donzelli con Virginie Efira, Melvil Poupaud, Virginie Ledoyen, Dominique Reymond
Una historia de terror donde el monstruo es muy real y tangible
De qué va Solo Para Mí
Blanche y Greg se conocen en una fiesta y se enamoran al instante. Son tan felices juntos que pronto empiezan una vida en conjunto y una familia, lejos de su hogar natal y lejos de la familia de Blanche. Sin embargo, pronto la vida idílica se convierte en una pesadilla para Blanche una vez que Greg muestra su verdadera personalidad, posesiva y peligrosa.
Crítica de Solo Para Mí
Tal vez Solo Para Mí no entre en la categoría de cine de terror, de hecho se la describe como thriller psicológico, pero posiblemente sea una de las historias más terroríficas que se puedan contar. Es una historia tan terrorífica, de ese terror que se te mete bajo la piel, porque es una realidad que, por desgracia, viven miles y miles de mujeres alrededor del mundo.
La película de Valérie Donzelli es un viaje durísimo que empieza con el más dulce de los comienzos, cuyo camino te produce el más profundo de los dolores, entrando en una espiral de oscuridad que cada vez se vuelve más peligrosa y desesperante, pero que, finalmente, se abre una haz de luz al final del camino. Es simplemente sensacional la dirección de la realizadora francesa, creando una atmósfera dulce llena de colores cálidos para que, cuando el monstruo tras el hombre se va revelando por fin, la colorimetría cambia. Además, la dirección de actores, y la labor de los dos protagonistas, es encomiable. Sin duda es una película dura, pero a su vez necesaria.
La diferencia entre amor y obsesión
Si hay algo que deja bien claro Solo Para Mí, es que hay una diferencia bien marcada entre el amor y la obsesión pero que, sin embargo, es muy fácil caer en las garras de esta última cuando el lobo lleva piel de cordero. Gran parte de que esta narrativa surta efecto, incluso que como espectador, sabiendo que él no es un príncipe azul, caigas en las garras, creyéndote sus bonitas palabras, es por la labor de Melvil Poupaud quien, como un camaleón, es capaz de mostrar ambas caras de Greg Lamoureux, aún cuando el guion va dejando pistas sutiles de comportamientos y frases que deben hacer sonar las alarmas, como aislar a Blanche de su familia. Pero sí él consigue provocar ese pánico, la interpretación de Virginie Efira, que además también interpreta a la hermana gemela de la protagonista, realiza un papel igualmente muy difícil, con muchos matices y con mucho elemento físico que es simplemente encomiable.
El uso del color y la luz
Un elemento esencial en la película y del que se hace un grandioso uso en la cinta es la luz y el color, especialmente este último. Rojo para la pasión, azul para la soledad, verde para el miedo. Un recurso usado de manera inteligente y con maestría que, no es que sea sutil, pero da un aire a la película muy interesante, al igual que las luces y las sombras, como la fotografía es más colorida o más oscura según el estado de ánimo de Blanche.
Una película necesaria donde la oscuridad no es infinita
Aún cuando la película, a pesar de ser ficción, refleja la realidad de muchas mujeres, es importante ver que esa oscuridad no es el final, y la directora lo deja claro, demostrando que incluso del pozo más oscuro se puede salir. Solo Para Mí es una película dura, necesaria, y con final que llena de esperanza.
Elena Campos
Crítica Solo Para Mí
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