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jueves, octubre 31, 2024
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Crítica Venom El último baile ★★★ (2024) es mejor que las dos películas anteriores

Crítica Venom El último baile película dirigida por Kelly Marcel con Tom Hardy, Juno Temple, Chiwetel Ejiofor

Para pasar un rato entretenido de un solo visionado.

A la tercera va la vencida. Finalmente han hecho lo que deberían haber hecho desde la primera película, aparcando los experimentos de comedia para centrarse en esbozar una trama de invasión alienígena al uso, en la cual tampoco hacen nada realmente novedoso con la fórmula, pero al menos cocinan un entretenimiento pasable. 

Ir al turrón: una sucesión de tráileres encadenados

Da la sensación de que los responsables de la franquicia se han puesto las pilas y abordan esta tercera entrega con el firme propósito de ir directamente al turrón de un producto de consumo rápido, incluso diría que vertiginoso, a la mayor velocidad posible, porque la verdad es que todo este largometraje produce una sensación de aceleración en su ritmo precipitado y sin llegar a pararse ni un momento para explicar nada. 

Se diría que está construida como una sucesión de tráileres encadenados hasta completar la duración de poco más de hora y media, con más de diez minutos de créditos finales en blanco sobre negro para llegar a su segunda secuencia de propina, que dura más que la mayor parte de las escenas del resto de la película. 

Crítica Venom El último baile

Es así como acaba cayendo en el mismo error de la segunda entrega, un Veneno  que parece empeñado en ser más variante de hacendado de  Masacre (Deadpool) -con algo menos de gracia de la que cree tener- que inexplicablemente deja pasar nuevamente el tren de explotar las más interesantes posibilidades de ejercer como variante oscura de Spiderman.

Se repite también esa tendencia de todas las películas de la trilogía de Veneno a armar una mera sinopsis desde la acumulación de anécdotas/chistes, en lugar de trabajarse una trama plenamente desarrollada con arcos de sus tramas, conflictos y personajes. 

El guion queda así convertido en mero boceto apresurado de ideas más visuales que narrativas y se desarrolla exclusivamente como pretexto para dar paso a secuencias de acción, sometiéndose en todo momento a la pirotecnia visual y dejando que ésta devore a todo pequeño atisbo de personajes y tramas. 

No es extraño que en esas condiciones acaben siendo más interesantes esa familia hippy de obsesos por los ovnis que el propio protagonista, o que éste quede sometido a ser, como ya ocurriera en las dos películas anteriores, pero sobre todo en la segunda, un títere excesivamente caricaturesco y poco desarrollado que va saltando de un momento de acción a otro como un dibujo animado de carne y hueso en una sucesión de anécdotas enloquecidas. Es como ver un montaje acelerado de las secuencias de acción de un dibujo animado del Coyote y el Correcaminos. 

Crítica Venom El último baile

La poca trama que hay no es la del espasmódico viaje Eddie Brock, sino que está afincada, aunque no llega a desarrollarse tampoco mucho, en la mítica Área 51. 

Así las cosas, el guion es solo una sinopsis mínimamente desarrollada. 

Entonces ¿Por qué opino que es mejor que las dos anteriores?

Librándose de todo el lastre

Sostengo que esta tercera es la mejor de la trilogía porque se ha librado de todo el lastre inútil presente en las dos entregas precedentes, echando por la borda la pretensión de introducir una infantiloide y postiza trama romántica insoportablemente ñoña y metida con calzador. 

Además, se ha quitado la máscara de intentar ser una comedia para abrazar plenamente, sin pudor y sin complejo, su verdadera naturaleza como producto de explotación del éxito del personaje y pasarratos de un solo visionado en una clave de cine de encadenado de secuencias de acción y efectos visuales. 

Se diría que esta película está especialmente concebida para las nuevas hordas de consumidores impacientes, víctimas del déficit de atención galopante, que parecen tener la necesidad de pasar a velocidad acelerada vídeos y películas para no aburrirse. Desde ese punto de vista incluso podría acabar siendo un ejemplo visionario y una señal de alarma respecto hacia donde se está deslizando el cine comercial, y la brecha que se abre entre los actuales productos de explotación de superhéroes del cómic y las películas de verdad. 

                                                     Miguel Juan Payán

Crítica Venom El último baile

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Crítica Venom El último baile

Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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