fbpx
AccionCine tu revista de cine y series
14.5 C
Madrid
viernes, abril 26, 2024
PUBLICIDAD

El maestro del agua ****

El maestro del agua ****Russell Crowe debuta en la dirección con una película de sorprendente calado dramático, en la que es posible atisbar la huella de cineastas como Peter Weir y Bruce Beresford.

Pese a su apariencia de tipo hosco y rocoso, el protagonista de Gladiator es un hombre con una aguda sensibilidad, aparte de acreditar un excelente gusto para narrar historias desde el punto de vista humano. Por lo menos, esas sensaciones son las que transmite esta ópera prima del actor neozelandés, quien ha huido de los grandes presupuestos para debutar detrás de la cámara con una producción pequeña, centrada en los valores que unen a las personas.

Con la batalla de Galípoli como telón de fondo (ese sangriento enfrentamiento entre otomanos y oceánicos que se saldó con 250.000 bajas, durante la Primera Guerra Mundial), Crowe monta un escenario en el que las banderas quedan supeditadas a los individuos que las portan, y donde los patriotismos unidireccionales son diluidos por la comprensión hacia los familiares de los caídos en ambos bandos.




Bajo estas consignas argumentales, el intérprete de Master and Commander centra el guion en la odisea experimentada por un padre (al que encarna el propio Russell), cuando parte de su Australia natal para recuperar los cuerpos de sus tres hijos, desaparecidos en Galípoli.

Así comienza El maestro del agua; pero pronto cambia de tercio, para mostrar el dolor de los hombres y mujeres que perdieron a alguien en la fatídica contienda. Dentro de este planteamiento, el protagonista (el zahorí Connor) se mete poco a poco en la realidad del pueblo turco, y descubre que no hay diferencias sustanciales entre el llanto de sus supuestos enemigos y el de sí mismo.

A través de su relación con una viuda llamada Ayshe (Olga Kurylenko), del hijo de esta y del antiguo oficial turco que comandó las tropas en la batalla de Galípoli; Connor (identidad del papel de Crowe) abre su mente con el objetivo de entender a los que le privaron de su descendencia, aunque esto no aplaque su amargura.

Llama la atención la hondura planteada por el actor nacido en Wellington, a la hora de enfrentarse a un proyecto tan complejo y poliédrico. Sin duda, RC ha sacado un excelente provecho de su colaboración con algunos de los mejores directores de las últimas décadas; y lo ha plasmado en este largometraje, donde exhibe un conocimiento preciso de los ingredientes cinematográficos.
En este sentido, resulta más que estimulante la parte rodada en la granja australiana. A lo largo de las secuencias que componen este segmento, es fácil distinguir la huella dejada en el ADN del creador isleño por el cine de Weir y Beresford: una herencia que el debutante realizador ejercita con soltura, mediante los juegos de luz y los ritmos mortecinos.
Tales reflejos de calidad quedan también latentes en el rodaje llevado a cabo en Estambul, con la construcción de los personajes de Ayshe (notable caracterización de Olga Kurylenko) y del Mayor Hasan (Yilmaz Erdogan).
Sin embargo, el buen pulso desplegado se tuerce un poco conforme Russell avanza hacia el desenlace. Con más prisa de la acostumbrada, el neozelandés estigmatiza con simpleza el conflicto entre Turquía y Grecia, y termina por tambalear las agradables sensaciones precedentes con un desenlace acelerado y un poco creíble.

Jesús Martín

COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK

©accioncine


Jesús Martín
Soy un auténtico apasionado de las películas que despiertan la imaginación

AccionCine - Últimos números

Paypal

SUSCRÍBETE - PAGA 10 Y RECIBE 12 REVISTAS AL AÑO

Artículos relacionados

PUBLICIDAD

Últimos artículos