Entrevista El pingüino Mike Marino es uno de los desarrolladores de maquillaje y prostéticos más respetados de la actualidad.
Nominado al Oscar a mejor maquillaje y peluquería en dos ocasiones, por The Batman y El rey de Zamunda, ahora vuelve al universo de DC con The Penguin, la serie que sirve de spin off de la película The Batman, centrándose en el ascenso dentro del mundo criminal de Oswald Cobblepott, nuevamente interpretado por Colin Farrell. Pudimos charlar con Marino, quien nos explicó a fondo los retos de crear el maquillaje para un personaje como éste.
Ha sido usted el diseñador del maquillaje de Colin Farrell no sólo en la serie, sino también en la película The Batman. ¿Cuánto tiempo le llevó crear un maquillaje tan complejo como éste?
Bueno, es un proceso que supone un gran reto. He sido parte de esta industria desde hace casi 30 años. He pasado gran parte de mi vida practicando, esculpiendo y diseñando cosas desde mi dormitorio. Tengo fotografías de cuando tenía trece años, esculpiendo cosas en mi habitación, rodeado de fotos de Dick Smith y Rick Baker, y Miguel Ángel, y muchos más artistas… creo que desde joven entrené mi ojo para reconocer el gran arte, para reconocer lo que era una obra maestra y lo que destacaba. Me interesaba el maquillaje de cine, nombres como Smith, Baker, Stan Winston… y me obsesioné con ello. Crear algo así con Oz, con el personaje de Colin Farrell, es el trabajo de mis sueños. Es un personaje icónico. Siendo lector de cómic y coleccionándolos desde niño, es el mejor de los trabajos. Y fue un enorme reto, porque coges a una persona tan reconocible y con tantos atributos que son propios de Colin Farrell, y lo cambias todo por completo y lo mezclas con el personaje de cómic y este maravilloso mundo que Matt Reeves y Lauren LeFranc han creado. Ha sido un reto enorme.
¿Qué puede decirnos de las fuentes de inspiración? Porque es un maquillaje completamente nuevo, pero podemos reconocer perfectamente al personaje.
Nunca he sido fan de copiar el trabajo de nadie. Nunca he querido hacer eso. Siempre me ha encantado lo que han hecho otros, como el diseño de los cómics, o la versión de Danny DeVito o Burgess Meredith. Son un gran fan de esos trabajos, pero existen dentro del tono de los mismos únicamente. La versión de Matt dentro de este mundo, es completamente distinta a esos universos. Tuve que adaptarme a lo que Matt comenzó y hacer que encajase dentro de este mundo de un modo apropiado. No podía hacer cosas tan extravagantes como lo que hizo Tim Burton, porque el tono es completamente distinto. La coloración, el humor negro, la acción… eran propias de Burton, y lo que hizo Danny DeVito es inigualable. Pero eso no encajaría en este mundo. No puedes hacer ese maquillaje o algo similar en el mundo de Matt Reeves. Tuve que experimentar con lo que yo haría, con lo que a mí me gustaría ver. Creo que eso es lo que hacen todos los artistas, crear lo que les gustaría ver. Tuve conversaciones con Matt Reeves al inicio sobre ciertas ideas, sobre quién era este personaje en realidad… y luego él confió en mí. A partir de ahí trabajé en lo que me gustaría ver como fan de los cómics y las pelis de Batman, que funcionase en este mundo. ¿Qué sería genial? Y esto es a lo que llegamos. Usé fuentes de inspiración como gangsters, los cómics, pájaros, pingüinos… de ahí salió el diseño que esculpimos, le pusimos una pajarita, las entradas… era un poco como Al Capone, creo, o como Fredo en el Padrino. Ciertos atributos que andaban rondando por ahí y que se convirtieron en esta nueva persona. Y encaja en el mundo de Matt, que está tan centrado en que lo que veamos sea posible.
En esta ocasión además no sólo vemos la cara. Vemos el cuerpo completo desnudo. Los pies, el torso… No está oculto bajo la ropa. ¿Cómo de difícil es crear algo así y hacer que sea creíble para la audiencia?
Esa sí que fue una tarea complicada. Normalmente, cuando se trata de maquillaje prostético, vemos simplemente la cara, o si vemos el cuerpo, es una criatura que no existe en el mundo real. Cuando se trata de un ser humano, todo el mundo sabe el aspecto que tiene, así que todo el mundo va a criticarlo. Todo el mundo sabe si algo no está bien y va a señalarlo. Tuve que ser muy estricto con lo que era creíble y real. Creo que lo que vemos en la serie es una auténtica vulnerabilidad en Oz, vemos algo de lo que puede estar avergonzado, o que está escondiendo. Le mostramos en la posición más comprometida y no debería ser idealizado o una fantasía. Es muy real. Tiene vello corporal, cicatrices, pecas, lunares… algo que todo el mundo tiene y que tiene que mostrarse de una forma creíble.
¿Y cómo cree que ha evolucionado el maquillaje de la película a la serie de televisión? Porque una serie de tv no tiene el enorme presupuesto que tiene una película como The Batman, por ejemplo.
Sí. Es todo relativo. Porque en la película vimos muy poquito de Oz, como cinco o seis escenas, y aquí están en el 80% de la serie, te diría. Para nosotros supone un reto aún mayor, estar muy pendientes para hacer que el aspecto sea el mejor posible. Hicimos muchos ajustes técnicos en mi laboratorio en el que arreglamos cosas, y, según avanza la serie, el maquillaje también evoluciona. Si la escena es con él en una noche en la que no duerme, hacemos que sus ojos sean más oscuros. Si se trata de una escena en la que aparece impoluto llevando un esmoquin o algo similar, le haremos parecer mejor afeitado, y en una escena en la que pase la noche entera haciendo cosas, haremos la barba más oscura. Son pequeñas cosas que están cambiando constantemente y que nunca pudimos ver en la película.
También tengo la sensación de que en la película vimos a Oz especialmente de noche, pero aquí le vemos a plena luz del día. No se me ocurre algo más complejo que hacer un maquillaje prostético así y que sea creíble en esas condiciones…
Cierto. Rodar con un maquillaje prostético a plena luz del día, es de verdad como una pesadilla (risas). Es la peor pesadilla que puedes imaginar en mi industria. Porque no hay donde poder esconder nada. Y nunca me ha gustado la idea de arreglar las cosas en postproducción, con medios digitales, aunque sea una herramienta muy útil. Pero nosotros intentamos acercarnos a las cosas pensando “¿Puede aguantar a la luz del día delante de la cámara?”. Y si luego hay algún elemento que no encaja, una arruga, un bulto, un sudor que no debería aparecer… tenemos la posibilidad hoy en día de usar lo digital en postproducción para arreglarlo, pero no es en lo que nos apoyamos, porque ellos ya están superados con el desarrollo de los efectos visuales con los que ya tienen que lidiar, esto es más trabajo para ellos que no debería, pero que a veces necesitamos su ayuda. Pero, a plena luz del día, es lo más difícil de conseguir. Es uno de los mayores retos.
Jesús Usero
Entrevista El pingüino
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