Crítica de la película Explota explota
¿Puede funcionar un musical basado en las canciones de Raffaella Carrà? Por supuesto que sí.
Eso es lo que plantea Explota Explota, una historia que toma como fuente de inspiración las canciones de Raffaella Carrà y las sitúa en un contexto temporal cercano al del estreno de la cantante en televisión en nuestro país a mediados de los 70. Nacho Álvarez debuta de inmejorable forma así como director de largometrajes, apoyado no sólo en la música de Carrà, sino en la banda sonora que le aporta Roque Baños, uno de nuestros compositores más internacionales, y en las coreografías de Toni Espinosa, quien ya se ha encargado de las mismas en los musicales de Billy Elliot o Grease por ejemplo. El resto… mucha energía, mucho humor y muchas ganas de sonreír y bailar.
Explota Explota es la historia de una joven, María, que deja a su novio en Roma plantado en el altar, con la intención de volver a España y conseguir trabajar como bailarina, su sueño y pasión. Aunque su llegada no será como deseaba. En la España de inicios de los setenta, la censura vigilaba férreamente lo que se emitía en televisión, y la joven, que comienza trabajando en el aeropuerto, tendrá que luchar por una oportunidad, por su libertad personal y por el amor, que quizá encuentre en los brazos de Pablo. Todo ello apoyada por su amiga Amparo, mientras intenta conseguir trabajo en el programa Las Noches de Rosa, que cuenta con unos muy peculiares director y censor, por no hablar de la protagonista del programa…
Si son importantes las labores de Roque Baños o Toni Espinosa, la de un reparto que plasme eso en pantalla es capital. Ingrid García-Jonsson nos aporta un personaje lleno de vida, de fuerza, de ilusión y de ganas de cambiarlo todo. Su protagonismo es esencial para la película, como lo son pequeños papeles (o no tan pequeños) como los de Fernando Tejero, Pedro Casablanc o la deslumbrante Natalia Millán. Imprescindible la química con Fernando Guallar, pero sobre todo la presencia de Verónica Echegui con un personaje que es arrollador y que roba la película por momentos. Una pasada lo que consigue la actriz con su acento y su energía.
La puesta en escena, el empleo de las canciones, la propia narración de la película… todo ayuda, sin duda, a poner en pie esta excelente película musical. Los valores de producción son sensacionales. El gusto por el detalle, el uso de recursos como la estación de metro, el avión, el aeropuerto… y la clave de colores, una maravilla y homenaje a la España yeyé. Que es uno de sus problemas. La música será de los setenta, pero lo de la censura… se puede acudir al catálogo de TVE y ver que ya en los sesenta las minifaldas extremas de Marujita Díaz, los bikinis, los programas con escotes… se encontraban en cine y televisión. La película tiene un aire sesentero en su look y tono que le sienta genial pero no casa con lo que nos dicen. Y hay demasiados tópicos en su guión, empezando por la relación padre/hijo, el director canalla o la amiga alocada. Nada que una buna canción no nos haga olvidar enseguida. Qué buena ópera prima.
Jesús Usero
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