Crítica de la película Guns Akimbo
Divertida, disparatada, llena de acción… pero podía haber sido mucho más.
Se queda en la superficie la nueva película protagonizada por Daniel Radcliffe, quien está empeñado tras la saga Harry Potter en sorprendernos con cada papel. Estoy seguro que tiene ofertas de superproducciones en papeles protagonistas o secundarios, y el actor sigue empeñado en hacer películas que le gustan y le apetecen. Digno de elogio con títulos como Swiss Army Man, Fuga de Pretoria, Imperium o Lost in London. O Guns Akimbo, la película de Jason Lei Howden, artista de efectos visuales en El hombre de acero o El Hobbit, y responsable de la interesante Deathgasm. Película a la que le sucede lo mismo que a esta… el arranque es muy interesante, pero se diluye cuando confunde fondo con forma.
La película se centra en la vida de un pobre tipo que trabaja en una compañía de videojuegos, un mediocre trabajador al que su novia le dejó, al que su jefe presiona sin piedad y que no es capaz de hacer nada de auténtica utilidad con su vida. De hecho, ahora pierde el tiempo con un “programa” que está haciendo arder internet, en el que la gente se mata los unos a los otros, para desgracia de la policía que no es capaz de encontrarlos y acabar con ellos, y donde Nix es la reina del mismo, una joven asesina brutal y despiadada que es capaz de acabar ella sola con un decenas de asesinos de una tacada. Allí puede dar rienda suelta a su odio… hasta que los responsables del programa le incrustan dos pistolas a sus manos y le obligan a matar o ser matado…
La película juega entonces con el morbo de las redes, de ver cosas prohibidas, de meternos en la piel de otro y vivir la vida a través de sus ojos. De una generación tan dentro de nuestros dispositivos de tecnología que cuando miramos a la realidad parece en Alta Definición… Y ya. Se queda en eso. Se queda en un simple comentario sobre nuestra sociedad y el perdedor al que encarna Radcliffe, obligado a tomar su vida por las riendas. Un papel que el actor borda. Pero la reina de la función es, sin lugar a dudas, Samara Weaving, la gran Nix. Un personaje tan interesante que tenía que haber sido la protagonista de la película.
Ese es uno de sus problemas. Es más interesante el personaje de Nix que Miles, el de Radcliffe. Muchísimo más interesante. Su locura, su trauma, la historia familiar… Es la de una superheroína. Sus escenas de acción son descomunales y divertidas. Y ella sola se merece liderar la película. Su repaso a la sociedad se queda demasiado en la superficie, no ahonda, porque le interesa hacer virguerías visuales que la acerquen a un cómic o a los videojuegos, y no profundizar. No es un problema. Pero sin Nix la película pierde frescura, y las escenas atractivas visualmente, la adrenalina y la acción quedan menos compactas e interesantes. Son más huecas que si las respaldase un guión mejor elaborado, no tan entusiasmado por su atractivo visual para abandonar lo que podía llegar a ser. Cumple, pero pudo ser mucho más. Y Nix se merece una película. Una en la que no se olvide de disparar cuando se cruza con el prota (le entra síndrome de stormtrooper y es incapaz de acertarle… cosas del guión).
Jesús Usero
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