James Cameron prepara su propia versión cinematográfica de la vida y peripecias varias de Cleopatra, la célebre reina de Egipto, papel para el que según afirman los rumores le habría echado el ojo a Angelina Jolie.
El director de Titanic y Avatar no se siente intimidado por el hecho de que otro célebre proyecto cinematográfico de características épicas centrado en ese personaje y dirigido por el prestigioso Joseph Leo Mankiewicz con Elizabeth Taylor como protagonista se convirtiera en un auténtico fiasco en la taquilla que estuvo a punto de echar a pique al estudio 20 Century Fox en 1963, y que para ser sinceros, era bastante peñazo, por mucho que cierta parte de la crítica haya querido reivindicarlo en honor de un director que ciertamente era un maestro fuera de serie pero con esa película pinchó totalmente.
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James Cameron prepara su propia versión cinematográfica de la vida y peripecias varias de Cleopatra, la célebre reina de Egipto, papel para el que según afirman los rumores le habría echado el ojo a Angelina Jolie.
El director de Titanic y Avatar no se siente intimidado por el hecho de que otro célebre proyecto cinematográfico de características épicas centrado en ese personaje y dirigido por el prestigioso Joseph Leo Mankiewicz con Elizabeth Taylor como protagonista se convirtiera en un auténtico fiasco en la taquilla que estuvo a punto de echar a pique al estudio 20 Century Fox en 1963, y que para ser sinceros, era bastante peñazo, por mucho que cierta parte de la crítica haya querido reivindicarlo en honor de un director que ciertamente era un maestro fuera de serie pero con esa película pinchó totalmente.
Cameron afirma que el de Cleopatra es “un asunto que siempre me ha fascinado”, y aunque reconoce que todavía no se ha decidido nada sobre ese nuevo proyecto, ya ha entablado conversaciones con los estudios Sony para poner en pantalla, por supuesto en 3D, su particular versión del incendio de la biblioteca de Alejandría y los amoríos de la reina egipcia con César y Marco Antonio. Si me lo permiten, no me parece descabellado pensar que el director de Titanic sería capaz de sacar petróleo en la taquilla manejando esos elementos y aplicándoles el mismo tono a medio camino entre las aventuras, el espectáculo visual y la historieta romántica que explotó con habilidad en su exitosa reconstrucción de la catástrofe náutica. En todo caso, y ya que estamos, la incorporación de Jolie a la lista de Cleopatras cinematográficas promete reabrir el debate sobre qué actriz ha sido la más atractiva encarnando a la reina de Egipto. A la espera de la entrada en juego de Jolie yo sigo pensando que se mantiene el empate entre Monica Bellucci en Astérix y Obélix: misión Cleopatra y Vivien Leigh en César y Cleopatra, y ahí van un par de fotos para defender mi opinión.
De manera que finalmente Cameron parece estar dudando entre viajar en el teimpo y zambullirse en la historia de Egipto y los últimos tiempos de la República en Roma o sumergirse en las aguas del planeta Pandora para poner en pantalla la segunda entrega de Avatar, cosa lógica teniendo en cuenta que es un fanático de las profundidades marinas que en una entrevista con Rocío Ayuso publicada por El País el pasado 28 de septiembre confesaba: “Mis juguetes son los sumergibles. Me encanta el océano y estoy preparando otra incursión a 12.000 metros de profundidad, 5.500 por debajo de cualquier otra dimensión”…
Si se puede opinar, yo casi prefiero que se haga lo de Cleopatra, o en todo caso que se contrate un buen guionista para que en Avatar 2 además de paisajes submarinos haya algo más que pitufos grandotes con la madurez mental de un Ewok de Star Wars III y humanos víctimas del síndrome de Pocahontas.
Miguel Juan Payán