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viernes, abril 19, 2024
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La casa de la esperanza ***

La casa de la esperanza ***Jessica Chastain es el principal motivo para ver esta variante femenina de La lista de Schindler.

Todo gira en torno a Chastain, en el guión y de hecho en la manera de enfocar un proyecto que se hace más bien incomprensible interpretada por otra actriz. El personaje real que interpreta entronca directamente con la galería de figuras femeninas que viene interpretando Chastain durante toda su carrera. Ninguna de ellas escapa a tener una identidad de protagonismo total incluso cuando ha caído en alguna historia inicialmente prevista como protagonizada por personajes masculinos. El poder de Chastain ante la cámara se encuentra aquí respaldado además no sólo por la realidad de lo que se cuenta, sino por el hecho de que la fuente de inspiración de la película es la novela de Diane Ackerman que sigue los pasos de Antonina (el papel de Chastain) y su marido Johan Zabinski (en la película Johan Heldenberg), los guardianes del zoo de Varsovia, que ellos convierten en refugio para los judíos que intentan escapar a los nazis durante la ocupación alemana de Polonia en la Segunda Guerra Mundial.




Estamos por tanto ante otra historia sobre el Holocausto que en esta ocasión adquiere un punto de vista femenino e incluso puede permitirse profundizar en cómo vive la mujer en un mundo en guerra donde el caos que la rodea llega a filtrarse en su propio matrimonio, por mucho que actúe de acuerdo con su marido en esa especie de cruzada para salvar al mayor número de personas posibles del exterminio.

Jessica Chastain demuestra que puede con todo, con todo el tópico y el lugar común que abunda en este tipo de tramas normalmente desgarradoras, y esta película parece construida especialmente para que pueda lucirse en el reto, nada fácil, de darle otra vuelta de tuerca a lo que habitualmente suele ser un viaje dramático por el pasado. Lo que realmente hace interesante La casa de la esperanza es la visión de lo femenino en un mundo destruido por lo masculino. El reto de la protagonista llega así hasta el desencuentro por la incomprensión de su propio marido, consecuencia de la tragedia que los rodea y la interrupción de la comprensión entre ambos que se produce, a modo de cortocircuito, cuando él deja de entender el riesgo y el sacrificio que conlleva el papel que ella juega en la trama de rescate. La tragedia que los ojos del marido ven cada día cuando acude al gueto para arriesgar su vida intentando sacar a puñados de niños en su camión, le pone una venda en los ojos que le impide ver el acoso que sufre su propia esposa, que aporta una subtrama de intriga a la trama general.

El problema es en este caso que el tema del Holocausto propiamente dicho no es nuevo y en el abordaje del mismo este largometraje abunda en pasajes que coinciden con otras visiones del asunto más elaboradas visualmente, o con más personalidad desde la dirección. La película brilla más en su parte más intimista, en el conflicto personal de la protagonista, que en la reconstrucción del momento histórico propiamente dicho. Además, la contribución del personaje del marido es más floja y está claramente desequilibrada frente al de la esposa. Prueba de ello es la secuencia breve de participación del marido en la rebelión contra los nazis, totalmente episódica. Otro tanto ocurre con el personaje de Brühl.

Miguel Juan Payán


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