De lo mejor que del cine espaรฑol de este aรฑo. Carmen Machi hace oposiciones al Goya.
Marina Seresesky nos devuelve una magia que en muchos casos creemos equivocadamente que el cine ha perdido con La puerta abierta. Su tรญtulo tiene un significado claro dentro de la trama que nos propone, pero al mismo tiempo pienso que tiene otro sentido en el marco de la cartelera de nuestros dรญas. Es una pelรญcula que juega contracorriente, pero se ha armado muy bien para superar todos los obstรกculos que puedan salirle al paso.
Su primer acierto es nutrirse y retomar la senda de algunas de las etapas mรกs lรบcidas de la historia del cine al tiempo que escapa a todo tipo de etiquetas, aunque sin duda muchos crรญticos pensarรกn en ella como eso que se denomina โcine socialโ. Puede que en su ADN incluya huellas de antecedentes tan ilustres como el kammerspielfilm alemรกn o el neorrealismo italiano junto a pinceladas del cine de Ken Loach, pero esta caracterรญstica no es tan interesante como la capacidad que tiene para tratar con la verdad de sus personajes ganando para el cine total independencia frente al teatro o la literatura, a las que les habla de tรบ a tรบ, mirรกndolas a la cara y sin caer en ninguna de las muchas trampas que podrรญa tenderle el melodrama fรกcil a este tipo de argumento. El respeto a su historia y a sus personajes se traduce asรญ en un respeto por el espectador. La madurez de la pelรญcula al tratar temas muy duros sin entregarse a fรณrmulas simplonas de telefilme mal parido como fรกbrica de lรกgrimas ni perderle la cara a la supervivencia, que es el motor esencial de todos sus personajes, estรก respaldada por un trabajo de actores por el que me mojo y apuesto que hay como mรญnimo dos merecedoras de nominaciรณn al premio Goya de este aรฑo, Carmen Machi en el papel protagonista y Terele Pรกvez como mejor actriz de reparto. La quรญmica entre ambas actrices, su construcciรณn de ese dรบo aparentemente autodestructivo de madre e hija, se convierte en el corazรณn de esta pelรญcula que bien puede servir como lecciรณn magistral o mรกster acelerado de cรณmo debe aventurarse el cine en el drama social sin caer en las trampas del melodrama y sin dejarse llevar por el ejercicio panfletario y llorรณn. La clave desde la que ejerce su verdad es ese respeto por personajes y pรบblico del que hablaba. Desde ese punto de partida, todo puede conseguirlo con un reparto en el que hay que destacar tambiรฉn el difรญcil trabajo que afronta Asier Etxeandรญa, que puede ser muestra y resumen del reto que afronta el largometraje y todo su reparto: una elaborada y compleja maniobra de trabajar en la construcciรณn de sus personajes desde las antรญpodas del tรณpico, aunque a priori puedan parecer un lugar comรบn atrapado en el estereotipo. Los matices que aportan los actores a su interpretaciรณn mรกs allรก de las etiquetas lo son todo en este difรญcil triple salto mortal que llevan a cabo Machi, Pรกvez y Etxeandรญa. Y como prueba de ello basta reparar en las claves y los ecos que despierta esa deslucida fiesta navideรฑa que celebran los personajes.
Todo lo anterior facilita que el espectador caiga desde el primer momento justo en el centro de esas vidas que habitan los personajes casi como un personaje mรกs. La puerta abierta consigue engullirnos totalmente poniendo verdad en un territorio dramรกtico donde la mayorรญa del cine de nuestro tiempo sรณlo pone etiquetas.
Miguel Juan Payรกn
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