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jueves, marzo 20, 2025
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Margin Call ****

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ยกDespidos! ยกCrisis econรณmica! Temas candentes abordados con reparto muy interesante y una intriga inicial bastante lograda. Margin Call es lamentablemente muy actual y resultaย  cercana por todo lo que estรก ocurriendo en las empresas. Despidos arropados en la realidad muchas veces con el pretexto de la crisis. No, no he elegido los tรฉrminos โ€œarropadoโ€ ย y โ€œpretextosโ€ por casualidad. Es que a mucha gente capaz la estรกn poniendo en la calle a edades imposibles, como al personaje que interpreta Stanley Tucci, despuรฉs de 19ย  o mรกs aรฑos rindiendo en una empresa. Con la carrera ya hecha, que se dice. Gente de cerca de 50 aรฑos que estรก siendo mandada al paro simplemente para ahorrarse cuatro duros que luego a mรกs de una empresa le van a salir carรญsimos, por cambiar veteranรญa y habilidad, ademรกs de conocimiento de lo que requiere el puesto ocupado, para cuadrar unas cuentas y asear la cuenta de gastosโ€ฆ

Esa es la realidad que nos rodea. Una realidad que manda el temible mensaje de que, hagas lo que hagas, no importa lo bien que trabajes, lo mucho que rindas, te pueden mandar a la fila del paro para ahorrarse cuatro cuartos contratando en tu puesto a alguien mรกs joven, menosย  toreado, que trague mรกs y cobre menos, aunque, por inexperiencia, no trabaje al mismo nivel que tรบ. Es un mensaje realmente abominable, capaz de fomentar el nihilismo y la desidia, pero es el mensaje que muchas empresas estรกn mandando hoy, cada dรญa, a sus empleados mรกs capaces y veteranos. Ellos sabrรกn lo que hacen, pero en mi modesta opiniรณn, se estรกn cargando el invento bajo la premisa que se resume en una frase que dice en la pelรญcula Kevin Spacey: โ€œDespuรฉs de una bajada siempre viene una subidaโ€ฆ casi siempreโ€. El casi es la clave, amigos.

Margin Call habla en cierto modo de todo eso. Reproduce con gran realismo y tensiรณn en su inicio una de esas situaciones cotidianas pero no por ello menos aberrantes. Me remito nuevamente a esa escena con Stanley Tucci que arranca la pelรญcula, con esa especie de escuadrรณn de eliminaciรณn que llega a la oficina y empieza a mandar a la calle al personal, prรกcticamente echรกndoles del edificio a patadas, dรกndoles a cambio una tarjetita de contacto y un folleto muy majo con un barquito velero y un lema especialmente cabrรณn en esas circunstancias: mirando adelante. Esas situaciones en las que el sistema muestra sus colmillos y su cara mรกs miserable, frรญaย  e incluso despiadada, son el plato fuerte del arranque de esta pelรญcula en la que lamentablemente muchos espectadores podrรกn mirarse como en un espejo. El tema fue abordado previamente en pelรญculas como Glengarry Glen Ross, รฉxito a cualquier precio, y Wall Street pero de manera distinta. En este caso esos despidos dan lugar a una segunda vuelta de tuerca en la intriga que conduce a un esquema de conspiraciรณn en torno a la crisis econรณmica. Curiosamente, como en otra lรญnea hiciera hace una semana Contagio, nos habla del gran tema de nuestro tiempo: el miedo. Aquรญ, otro tipo de miedo. El miedo al colapso econรณmico, a los despidosโ€ฆ La consecuencia de ambos miedos es la misma: la sumisiรณn, la cobardรญa, la delaciรณn, la pรฉrdida de la propia identidad. Como afirma el personaje de Paul Bettany, lo que siente la gente mirando el abismo formado por el desfiladero de rascacielos del distrito financiero (todo un eco de los suicidios en la crisis econรณmica de 1929), no es el miedo a la caรญda, sino el miedo a que puede saltar.

El discursito con aplausos es particularmente salvaje, deshumanizador, tan falso como muchas de las cosas que estรกn escuchando los que quedan atrรกs cuando los despojados han sido expulsados ya del paraรญso financiero. Spacey me ha recordado en ese fragmento al Russell Crowe que en Red de mentiras se quejaba al agente de campo interpretado por Leonardo Di Caprio de que tenรญa que llevar otra vez a sus hijos a ver El rey leรณn, y le recomendaba que no tuviera niรฑos. ย Pero en ese momento tambiรฉn me ha recordado el discursito tipo Patton de Gene Hackman antes de zarpar con su submarino nuclear en Marea roja, una pelรญcula con la que el posterior desarrollo de la intriga de la trama tiene algunos curiosos puntos en comรบn, si sustituimos el submarino y el peligro de guerra nuclear por las primeras horas en las que se hizo evidente para los financieros la crisis econรณmica que se nos venรญa encima…

Una buena pelรญcula volcada sobre el talento de su reparto, con una intriga competente que recuerda por su ritmo clรกsicos de los setenta como Todos los hombres del presidente o Los tres dรญas del Cรณndor, y que no deberรญa pasar desapercibida por la cartelera.

Miguel Juan Payรกn

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