Va a ser un duro mes de Junio para las carteleras de medio mundo, teniendo que enfrentarse a un rival tan duro como es el Mundial de fútbol que se celebra en Sudáfrica a partir de la semana próxima. Así que las distribuidoras aprovecharán este mes para ofrecer una suerte de películas con un claro objetivo, el público femenino, al que (supuestamente) le interesa menos el mundial. Esta semana tenemos dos ejemplos de ello. Sexo en Nueva York 2 es la apuesta fuerte de la semana.
Y que nadie se soliviante porque digo que va dirigida al público femenino. Si tienen dudas vean la película y repasen la colección de abdominales y paquetes masculinos que pueblan la cinta. Lo del equipo de rugby en la piscina llega a ser sonrojante, porque además no tiene ninguna razón de ser…
Mucho ha pasado desde que la serie Sexo en Nueva York fue cancelada. Y dos años hace desde que la primera película fue estrenada. Y, la verdad, el tiempo no pasa en balde para esta gente. Si ya la obra anterior fue duramente criticada por los más fieles seguidores de la serie, aquí se alejan aún más de lo que era aquella. Casi toda la mordiente, el sarcasmo, la mala uva o el interesante (aunque limitado) análisis de las relaciones de pareja, sale por la borda para crear una experiencia casi surrealista en el que las chicas se van a Abu Dhabi en su última aventura. Lo cuál no quiere decir que abandonen Nueva York por completo, porque hay tiempo de sobra para la Gran Manzana.
Pero, como decía un compañero y amigo, han intentado en esta ocasión hacer un Resacón en Las Vegas para mujeres. Lo cual conlleva dos problemas. El primero es que es complicado identificarse con una mujer de 50 años rica, adicta a los zapatos de 1500 dólares y con dos apartamentos en Manhattan. Sin embargo con un friki o un lelo dominado por su prometida no es tan difícil encontrar puntos en común. El segundo, y quizá más grave, es que Resacón en Las Vegas duraba una hora y media. Antes de aburrirte ya había terminado. Y esta no.
Sexo en Nueva York 2 tiene muchas faltas. En serio. Muchas. La mayor de ellas es una duración desmedida de 2 horas y media que hacen que uno empiece a sentirse incómodo en la butaca más allá de la hora y media. Básicamente porque no hay un hilo argumental medianamente coherente que nos lleve de un lugar a otro. No hay desarrollo de personajes. Las cosas pasan porque sí. La historia se reduce a un cúmulo de situaciones pretendidamente divertidas que llegan a saturar por reiteración. Algunas se pasan de listas. Otras se creen modernas sin serlo. Muchas son muy divertidas.
De hecho esa es la gran baza de la película. Que nos hace reír. Bastante. Sobre todo gracias al personaje de Samantha, una Kim Cattrall muy inteligente, que aprovecha los pocos resquicios que deja un personaje totalmente manido y plano, para desatar la locura y causar buenas carcajadas. El mayor aliciente para soportar la película es ese (como el cameo de Miley Cyrus, la escena del desierto, la búsqueda de estrógenos, el mayordomo…). No se le saca todo el partido que se puede (qué demonios, debería ser la protagonista), pero el público lo disfrutará al máximo.
La película, a fin de cuentas, resulta bastante más divertida que su predecesora. Mucho más ligera, aunque por momentos se le vaya la mano. Y tremendamente conformista, lo que siempre me ha llevado a pensar que Sexo en Nueva York no es tan feminista como algunos aseguran. La imagen que vende de felicidad en pareja, con hijos y un marido, no es precisamente el colmo de la liberación de la mujer.
Menos aún cuando la escena final en el mundo árabe, con las mujeres que llevan la cara cubierta y demás, se convierte en un chiste de pésimo gusto y peor fortuna, que deja una sensación incómoda. Soy el primero que cree que hay que reírse de todo y por todo. Pero de cierta manera. La frivolidad con la que terminan tratando ese tema es realmente preocupante. No tiene gracia, porque no saben sacársela (es un tema demasiado espinoso como para ir con frivolidades. Con incorrección política todo habría funcionado de otra forma). Así que un tirón de orejas por ese lado.
Por otro los conflictos de los personajes son hilarantes de puro absurdo. Una se queja de que no puede con dos niños, pese a tener una canguro interna en casa (que piensa que le engaña con su marido…). Otra se queja de su trabajo, que lo necesita pese a tener a su hijo y marido… A madres del mundo se les puede caer la cara de vergüenza teniendo que lidiar con lo que tienen que lidiar hoy día muchas mujeres… De nuevo se les va la mano con la frivolidad y resulta inverosímil. Le afea la conducta y el resultado final. No saben ser sarcásticos cuando deben, ni dotar de un mínimo de tridimensionalidad a los personajes, pese a que los conocemos sobradamente de otra películas y seis temporadas de serie.
Como si no fuese bastante complicado mantener la atención durante dos horas y media en la pantalla, todo eso hace que resulte aún más complicado. El humor es lo que la saca del tedio. El resto es manido y previsible, frívolo y desquiciante. Las mujeres acudirán a verla (quizá porque la oferta de este tipo de cine es ciertamente reducida) pero dudo mucho que salgan contentas de la película. Una película para los menos exigentes y quienes se conformen con poco, que, aún así, es mejor que la primera (aunque no demasiado). Al menos mas divertida.
Además, una vez vista, aún me queda una duda bastante peculiar. ¿Qué ha sido más elevado, el presupuesto de la cinta o el gasto en cirujanos de algunas de las protagonistas? ¿O iba todo incluido en el lote?