Tarantino arrasa en España y Megan Fox se estrella en USA
Este pasado fin de semana era una prueba de fuego válida para comprobar dos de los temas más interesantes que han surgido en septiembre en torno al cine. Primero, el estado de salud del cine de Tarantino en todo el mundo con el estreno de Malditos Bastardos en España y, por otro lado, si Megan Fox es algo más que un producto de marketing y tiene suficiente tirón en la gran pantalla como para llevar al público a ver una película protagonizada por ella. La respuesta es no, de momento no lo tiene. Y Tarantino sigue gustando al público de todo el mundo, y mucho.
En España Malditos Bastardos se ha alzado como única reina de la taquilla con 2,8 millones, una cifra que mejora los estrenos del último mes y que, aún así, podía haber sido superior, si todos los eventos deportivos del fin de semana, con fútbol y baloncesto a la cabeza, la hubiesen respetado. Podía haber recaudado más incluso, algo que se vio a lo largo del fin de semana sobre todo en las capitales. Y eso que District 9, Qué les Pasa a los Hombres y San Valentín Sangriento aguantan el tipo excelentemente (gracias al 3D, San Valentín Sangriento va camino de convertirse en la película de terror del año. Por lo menos hasta que llegue The Final Destination). Y Gordos también mantiene el tipo con casi 1 millón de euros acumulados, debido a la preselección para los Oscar.
Y en USA tenemos la cruz de esta historia. Mientras Lluvia de Albóndigas se coloca en el número 1 de forma más que previsible con 30,3 millones de dólares, y Matt Damon y ¡El Soplón!, la siguen con 10 millones que no están nada mal, Megan Fox y su esperada (o eso creíamos) Jennifer’s Body, se la pega a lo grande con sólo 6,9 millones, cuando las peores previsiones esperaban al menos 15 millones. Todo el mundo la imaginaba escudando a Lluvia de Albóndigas y ha terminado en quinta posición. Así que pese a los anuncios, la imagen seductora de Fox, la historia de terror, el morbo… la gente ha demostrado, una vez más, que cuando la saturan de un producto acaba hartándose. Y todo este verano en el que hemos visto a la chica hasta en la sopa, en lugar de ayudar a su campaña de promoción, ha hundido a la película (que por otro lado, está bastante bien y aprovecha las virtudes de Megan Fox y Amanda Seyfried con brillantez). Seguramente de aquí a unos años acabe convertida en película de culto, pero por ahora pone en serias dudas el estrellato de Fox más allá de Transformers.
Jesús Usero
