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sรกbado, marzo 22, 2025
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The Fighter ****

fighter

Basรกndose en hechos reales, David O. Russell dirige uno de los tรญtulos imprescindibles de este aรฑo y en opiniรณn de quien esto escribe la mejor oferta de la cartelera de estrenos para este fin de semana. The Fighter nos devuelve ese tipo de cine que nos habla desde la pantalla y nos acompaรฑa cuando salimos de la sala. Tiene madera de Oscar, y serรญa raro que no le cayera encima alguna estatuilla en el reparto de galardones de la Academia de Hollywood. De hecho, si Christian Bale no gana el premio como mejor actor de reparto, serรญa una injusticia.

Es mucho mรกs que una historia de boxeo. De hecho comparte el mismo planteamiento que una de las mejores pelรญculas de boxeo de todos los tiempos, Toro salvaje, de Martin Scorsese. En aquella, como en esta, el director estaba mรกs interesado por los personajes que habitan ese tipo de mundo que por los combates propiamente dichos. Y tambiรฉn en aquella, como en esta, el verdadero corazรณn de la trama era una historia de hermanos. Ello no significa que, como en Toro salvaje, en The Fighter no encontremos combates, tanto en clave documental, recuperando los enfrentamientos reales del protagonista, como reproducidos para la pelรญcula en clave de pinceladas brutales. Y tambiรฉn en eso David O. Russell acerca su trabajo al de Scorsese, que como ha declarado en reiteradas ocasiones, no estaba interesado en la violencia propiamente dicha, ni en los combates, sino en la vida de las gentes que los habitan. Es muy significativo en ese sentido la relativa atenciรณn y el tiempo de metraje que el director dedica en The Fighter al primer combate que vemos en pantalla, y lo mucho que le interesa lo que ocurre en las gradas, la chica que tropieza con la cuerda, etcรฉtera. Muestra lo que ocurre en el ring, pero muy puntualmente, como un rasgo mรกs de las muchas cosas entrevistas en el espectรกculo del boxeo que quiere enseรฑarnos desde dentro como si estuviรฉramos allรญ sentados viendo el combate. Al contrario que Scorsese, en ese caso no elige meternos de lleno dentro del ring, sino mantenernos como pรบblico, una astuta decisiรณn que coincide con sus objetivos para con la manera en queย  veremos la historia como espectadores.

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David O. Russell demuestra ademรกs ser un perfecto conocedor de cuรกl es el verdadero tema de la historia que ha elegido contar desde el principio de la pelรญcula, cuando establece con apenas dos o tres planos el complejo vรญnculo que une al protagonista, interpretado por Mark Wahlberg, con su familia, especialmente con su conflictivo hermano, interpretado por Christian Bale. Esto queda claramente explicado en el prรณlogo en el sofรก, con un impresionante Bale que repite la sorprendente transformaciรณn fรญsica que llevรณ a cabo para El maquinista (ya puestos, aclaro: lo siento, Edward Norton, pero el verdadero heredero de De Niro en el cine actual no eres tรบ, sino Christian Bale). La manera en la que Mark Wahlberg se sienta en el sofรก y acepta, tolera, soporta los desvarรญos de su โ€œhermanoโ€ de ficciรณn nos deja tambiรฉn muy claro algo que se confirma en el resto de la pelรญcula: รฉste es el mejor trabajo de Wahlberg hasta el momento, y merecerรญa el hombre que los productores le tuvieran mรกs en cuenta para desempeรฑar este tipo de personajes mรกs dramรกticos.

El duelo de los dos hermanos trasciende la ficciรณn, o mejor dicho la recreaciรณn de ficciรณn de la realidad edificada para el cine por David O. Russell, convirtiรฉndose en un duelo entre los dos actores, motor de la pelรญcula seรฑalado como tal en las escenas posteriores en las que ambos son filmados por las calles para un documental de televisiรณn que tiene un importante papel en el desarrollo de la historia pero ademรกs sirve como herramienta para meternos en el mundo de esos dos personajes, en su entorno familiar y social. Para ello nos sirven como puente los dos reporteros que filman el documental, que al mismo tiempo se convierte en una clave aplicada por el director para explicarnos que la trama de su pelรญcula gira en torno a ese conflicto de protagonismo. Tenemos al protagonista real, Wahlberg, y al protagonista โ€œtapadoโ€ o โ€œsorpresaโ€, y la escena posterior en la queย  el primero intenta ligar con la camarera con la repentina incursiรณn en plano del segundo, confirma definitivamente esa idea con astucia para poder pasar a continuaciรณn a progresar en la descripciรณn del resto del entorno familiar del boxeador, su madre, las mujeres que le rodean, su ex y su hijaโ€ฆ y todo lo que esto significa para รฉl.

Es entonces, con los personajes seguidos prรกcticamente con la cรกmara en la nuca, como en una pieza rodada para un programa reality de televisiรณn, cuando parece mรกs cercana The Fighter a El luchador, de Darren Aronofsky, con la que tiene tantas cosas en comรบn como las que la acercan en otros momentos a The Boxer, de Jim Sheridan, dos antecedentes que vienen a incorporarse a la ya citada Toro salvaje de Scorsese para completar junto con The Fighter esa especie de cuatro patas esenciales que sujetan esa especie de mesa cinematogrรกfica en la que nos sirven pelรญculas unidas por el hecho de que el pugilato, de uno u otro tipo, es sรณlo un pretexto para contar una historia de seres humanos en la que el espectador se reconocerรก en uno u otro momento. Habrรญa que incorporar a esta colecciรณn la no menos imprescindible Fat City, de John Huston, y tendrรญamos ya una buena selecciรณn de lo mejor que el boxeo o la lucha libre han aportado a la pantalla como excusa para hablarnos de cรณmo somos y por quรฉ somos como somos.

Lo que The Fighter nos ofrece con la misma habilidad que esos otros tรญtulos, ย es una historia sobre la familia, la soledad, el fracaso, el รฉxito, la pรฉrdida de las ilusiones, la persecuciรณn de los sueรฑos y todas esas otras cosas que nos convierten en seres humanos.

Y al salir del cine, quizรก por todo eso, y no tanto por lo que ocurre en los combates propiamente dichos, es por lo que tenemos un poco mรกs de confianza y optimismo metidos en el cuerpo.

Como decรญa James Purefoy interpretando a Marco Antonio en el รบltimo capรญtulo de la serie Roma: โ€œLa gloria estรก bien, pero con la vida es suficienteโ€.

Asรญ de sencilla y asรญ de grande en su conclusiรณn es The Fighter.

Miguel Juan Payรกn

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