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jueves, mayo 2, 2024
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Una cuestiĆ³n de tiempo ****

Una cuestiĆ³n de tiempo ****Una cuestiĆ³n de tiempo, entraƱable comedia romĆ”ntica y familiar del director de Love Actually.

Tanto en su faceta como guionista de pelĆ­culas como Notting Hill, como en su faceta como realizador de Love Actually y Radio encubierta, Richard Curtis ha sido siempre un tipo fiable para tratar la comedia romĆ”ntica, porque sus tramas de enredo sentimental tienen siempre algo mĆ”s detrĆ”s. Eso mismo es lo que ocurre con Una cuestiĆ³n de tiempo, pelĆ­cula que se presenta con las caracterĆ­sticas de una comedia de grupo familiar, introduce luego la clave fantĆ”stica del viaje en el tiempo, se desarrolla como comedia romĆ”ntica y finalmente acaba su recorrido, con coherencia, donde empezĆ³: en el entorno familiar.

De ese modo, lo que podrĆ­a haber sido la tĆ­pica historia de chico encuentra chica, chico pierde chica, chico recupera chica, se convierte en realidad en una historia de padres e hijos, maridos y esposas, hermanos y hermanas. Todo ello en una clave de personajes y situaciones que pueden resultarnos mĆ”s o menos cercanos, a pesar del recurso narrativo del viaje en el tiempo, que sirve sĆ³lo como herramienta para arrancar la historia y estĆ” lejos de ser el artificio a que nos tiene acostumbrados el cine de ciencia ficciĆ³n.

Tal y como ya ocurriera en el caso de Love Actually, el motor del reparto lo encuentra el director en esa personalidad desbordante ante la cĆ”mara que es el gran Bill Nighy, un actor capaz de levantar toda una trama, por imposible que sea, guiƱando simplemente un ojo o alzando una ceja. Dicho sea de paso, al verle explicando el proceso del viaje en el tiempo a su hijo de ficciĆ³n, Domhall Gleeson (hijo de Brendan Gleeson, otro grande del cine de nuestros dĆ­as), me resultĆ³ imposible no pensar que Nighy serĆ­a un excelente Doctor Who, porque en esta pelĆ­cula es el puente perfecto entre el costumbrismo y la fĆ”bula fantĆ”stica consiguiendo que aceptemos como espectadores todo ese planteamiento de viaje en el tiempo del que el director y guionista parece querer que nos olvidemos cuanto antes para entrar en lo que realmente le interesa de su historia, esto es: las relaciones humanas, cĆ³mo vivimos, cĆ³mo aprovechamos nuestro tiempo, y sobre todo cĆ³mo quemamos nuestras vidas sin darnos cuenta, viviendo los distintos momentos y dĆ­as de las mismas con demasiadas prisas como para disfrutar de ellas. Apenas disfrutamos lo que estamos haciendo porque ya estamos pensando en lo siguiente que tenemos que hacero. Y a veces incluso estamos haciendo varias cosas a la vez. Todas sin sacarles el mĆ”ximo provecho, naturalmente. La falta de tiempo es por tanto el verdadero motor de esta historia de amor que no afecta sĆ³lo a la pareja sino tambiĆ©n a los afectos entre padres, hijos y hermanos. Y al final sale uno de la pelĆ­cula recordando antes las partidas de ping pong con el padre que los enredos sentimentales con la rubia de turno.

Una cuestiĆ³n de tiempo tiene ademĆ”s una escena muy definitoria de todas la clave de la filmografĆ­a de este guionista y director, que en una Ć©poca tan cĆ­nica como la nuestra tiene las agallas de plantear un cine que habla de la familia como epicentro de sus historias. Me refiero a la manera en que soluciona el segundo encuentro del protagonista con Charlotte, la imposiblemente guapa Margot Robbie (fue verla aparecer en la pantalla y se me disparĆ³ automĆ”ticamente en la cabeza el tema Shoot tho Thrill, de AC/DC). Lo interesante no es tanto como reacciona el protagonista a la tentaciĆ³n de Charlotte (ya saben, AC/DC: tengo mi arma en ristre y voy a disparar a voluntad), sino la decisiĆ³n que toma Richard Curtis como guionista frente a la posibilidad de llevar su comedia por uno u otro camino en ese momento: ĀæcederĆ” a la tentaciĆ³n de montar un enredo sentimental en plan triĆ”ngulo? Hay que ver la pelĆ­cula para saberlo porque no pienso hacer un spoiler, pero aviso que es un momento de construcciĆ³n de la historia que define toda la pelĆ­cula y a su protagonista. Y ya de paso, cuando la vean, pregĆŗntense quĆ© habrĆ­an hecho ustedes, que es algo que siempre le gusta sembrar a Curtis en sus guiones, poniĆ©ndole trampas al espectador. Ā Es otra manera de implicarnos aĆŗn mĆ”s en sus historias.

Frente a la Charlotte de Margot Robbie tenemos el otro motor sentimental de la trama en Mary, interpretada por la Irene Adler de Sherlock Holmes, Rachel McAdams. Las dos fĆ©minas son caminos alternativos para el protagonista de Una cuestiĆ³n de tiempo, aunque la verdadera historia de amor va por otro camino. Y de ese modo Richard Curtis consigue recuperar algo del tono del cine de Frank Capra al mismo tiempo que da otra vuelta de tuerca a la comedia romĆ”ntica buscĆ”ndole un sentido mĆ”s sĆ³lido a sus habituales planteamientos de trampa sentimental simplona.

En cuando al viaje en el tiempo, es el ejemplo de la habilidad del cine europeo para tratar con mĆ”s flexibilidad y madurez los recursos narrativos de los distintos gĆ©neros frente a la rigidez de clara inclinaciĆ³n comercial que suele proponer el cine norteamericano. Curtis incluso se permite el lujo de incluir un guiƱo en el diĆ”logo de Nighy hablando sobre el efecto mariposa. No esperen complejos bucles narrativos al estilo de Looper ni universos del espejo al estilo Star Trek en esta historia que fabula sobre la posibilidad de viajar en el tiempo sĆ³lo como recurso para hablarnos de la gente y sus sentimientos.

Miguel Juan PayƔn

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