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viernes, septiembre 13, 2024
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War Horse (Caballo de batalla) ****

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War Horse nos mete de cabeza en la Primera Guerra Mundial con una cabalgada espectacular que rinde homenaje a los clรกsicos de Hollywood.
Lo que nos propone Steven Spielberg en su รบltima pelรญcula es un ejercicio narrativo que puede parecer en principio poco original, porque se basa en la fรณrmula del animalย  u objeto que va pasando de una mano a otra, revelando un puzzle de personajes en el recorrido, pero ese es sรณlo el principio del esquema argumental que le permite dibujarnos un cuadro visualmente impresionante de distintos aspedctos del conflicto que ha elegido visitar en esta nueva incursiรณn en el cine bรฉlico del director que hace aรฑos decidiรณ visitar los escenarios de la Segunda Guerra Mundial en Salvar al soldado Ryan. A lomos de este caballo de guerra que da tรญtulo a la pelรญcula, conoceremos ahora otra guerra distinta, confirmรกndose que distintas guerras dan como resultado distintos tipos de pelรญcula. Spielberg, conocedor de la historia en general y de la historia del cine en particular, es plenamente consciente de ello y por eso en esta ocasiรณn toma el pulso visual del paisaje dantesco de las trincheras de la que fuera llamada tambiรฉn Gran Guerra consiguiendo por un lado retratar dicho conflicto a base de inspirarse mรกs en los cuadros dibujados sobre el mismo por algunos artistas que llegaron a conocer y sufrir esa tragedia en carne propia que en las pelรญculas filmadas sobre el mismo, si bien en algunos planos, escenas y secuencias se advierte la alargada sombra de tรญtulos clรกsicos que han abordado este mismo asunto, como El gran desfile (King Vidor, 1925), Sin novedad en el frente (Lewis Milestone, 1930), que incorporรณ por primera vez el sonido a la descripciรณn de la guerra, haciendo que la experiencia de combate fuera mucho mรกs intensa para el espectador, Cuatro de infanterรญa (G.W. Pabst, 1930), Adiรณs a las armas (Frank Borzage, 1932) o Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957). Por otro lado, el director logra que su mensaje antibelicistaย  pueda aplicarse igualmente a cualquier guerra y mรกs concretamente a las guerras que se libran en este siglo XXI. La afirmaciรณn lapidaria โ€“nunca mejor dicho- del oficial alemรกn al abuelo de la niรฑa es un buen ejemplo de ello: โ€œLa guerra se lo quita todo a todo el mundoโ€.
Ademรกs en este brillante cuadro bรฉlico, Spielberg ha optado por jugar astutamente la baza del contraste y el enfrentamiento entre opuestos. Me explico: introduce la pelรญcula con un prรณlogo de carรกcter sosegado, casi contemplativo de los grandes horizontes, los espacios abiertos, en un fragmento que estรก dominado esencialmente por el paisaje, en una obertura que acerca esta fรกbula a los territorios y las armas del western. Y mรกs tarde nos saca de ese entorno en el que hemos empezado a compartir cierto grado de รฉpica cotidiana para meternos casi de cabeza en una carga de caballerรญa que es el รบltimo rasgo de un mundo y unas formas de combate que estรกn a punto de desaparecer, destacando asรญ una de las caracterรญsticas mรกs definitorias de por quรฉ la Primera Guerra Mundial resultรณย  ser una carnicerรญa: simplemente porque la guerra adquiriรณ naturaleza industrial servida fielmente por letales avances cientรญficos y tecnolรณgicos. Esa รบltima carga y la subsiguiente masacre son un dibujo perfecto del ocaso de unos valores y unas formas de hacer la guerra que dejan paso a otras mucho mรกs terribles, y la mirada del oficial britรกnico al sable que cuelga de la silla sobre el caballo protagonista es uno de esos momentos de cine puro que lo dice todo sin palabras, sรณlo con la imagen.

{youtube}P4GBbqNRRKg{/youtube}

El final terrible de ese primer fragmento bรฉlico a los pies del molino abre paso a un interludio nuevamente paisajรญstico y bucรณlico, mรกs sosegado, en el que incluso parecerรญa que hemos cambiado de pelรญcula, o que la pelรญcula va a cambiar de rumbo. He escuchado algunas crรญticas afirmando que ese cambio de ritmo, personajes y paisajes es una apuesta por la sensiblerรญa gratuita, pero discrepo. Es preciso tener en cuenta la construcciรณn de la pelรญcula en su conjunto, en lugar de parcelarla en sus distintas fases. La pelรญcula es un todo, y mirada como un todo entendemos mejor cรณmo Spielberg utiliza esa historia intermedia de la niรฑa, el abuelo y los caballos como un parรฉntesis de serenidad en el crispado paisaje de la guerra, cuya funciรณn consiste en primer lugar en mostrar toda aquella riqueza de la paz que nos roba la guerra. De ahรญ la frase ya mencionada del oficial alemรกn que cierra ese parรฉntesis, que llega a la pantalla por otra parte precedido por una de las imรกgenes mรกs terribles de la filmografรญa del director: el fusilamiento en la noche, mostrado en un plano en picado. En segundo lugar, ese epรญgrafe mรกs paisajรญstico y relajado refuerza la crispaciรณn salvaje que nos produce el encuentro con el paisaje sangriento que nos espera en la parte final de la historia, cuando volvemos al frente con el caballo protagonista.
En ese retorno a las trincheras nos reencontramos no sรณlo con el personaje humano que arrancรณ la historia, sino con la temible guerra de trincheras, que aporta a la historia una dosis de horror superior a la que hemos visto hasta ese momento en los epรญgrafes anteriores de esta historia-rรญo, construida segรบn los mimbres de la novela-rรญo. Sipielberg insiste asรญ en mantener con el espectador ese pulso derivado del protagonismo del caballo, que pone a prueba y se enfrenta frontalmente a las expectativas del espectador, lรณgicamente mรกs inclinado a identificarse con personajes humanos que con el cuadrรบpedo, por motivos meramente antropolรณgicos, pero que finalmente habrรก de acabar aceptando al equino como hรฉroe y al mismo tiempo vรญctima โ€“ la escena de los gigantescos caรฑones en el barro es ejemplar en ese sentido-, que se desvela plenamente en esa fase รฉpica que camina hacia el final del relato. El director sabe mantenerse en sus trece e imponer el protagonismo del caballo reforzando el mismo con la baza de los personajes humanos que rodean al animal, como muestra la escena del soldado francรฉs y el soldado alemรกn dejando de lado sus diferencias para luchar contra un enemigo comรบn: la alambrada. ย ย  ย 

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Llegados a este punto del comentario, hay que aclarar que para hacer todo lo anterior, Steven Spielberg elije seguirle la pista e incluso homenajear a uno de sus directores favoritos, del que ha tomado muchas de las caracterรญsticas de su cine: John Ford.
Esto es evidente en el arranque de la pelรญcula, todo ese prรณlogo en las verdes colinas y ese paseo por el mundo rural y sus pintorescos personajes, que nos recuerda el paisaje natural desplegado por Ford en pelรญculas como Quรฉ verde era mi valle y El hombre tranquilo, incluyendo una escena de humor tรญpicamente fordiana: el ganso persiguiendo a los visitantes indeseables hasta echarlos de la granja de los protagonistas.
Pero es que en la parte final del relato, la escena de la huida del caballo en la noche le ha recordado a quien esto escribe una de las secuencias de acciรณn mรกs bellas rodadas por Ford, la carga de caballerรญa contra el campamento indio y la estampida de caballos de la parte final de La legiรณn invencible, pelรญcula que presenta ademรกs una clave cromรกtica muy similar a la de War Horse en sus escenas finales con el sol en un ocaso imposible de rabiosos tonos rojos que parecen haber dejado su huella en Spielberg a la hora de poner punto final a uno de sus trabajos mรกs brillantes.
Miguel Juan Payรกn

{youtube}9nXd407YuKU{/youtube}

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