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Crítica Transformers el despertar de las bestias película dirigida por Steven Caple Jr. con Anthony Ramos, Dominique Fishback, Domenic Di Rosa
Una de las mejores entregas de toda la franquicia.
Es más, si quitamos Bumblebee que funciona más como un spin off en solitario del querido robot, esta nueva película dirigida por Steven Caple Jr. es seguramente la mejor de toda la franquicia. No la más grande, ni la más espectacular, ni la más llena de acción y efectos visuales, aunque de todo ello tiene de sobra, pero sí la que mejor guión tiene, la que mejor entiende a sus personajes y a su mundo, y la que está realizada por alguien que destila amor por los Transformers, como es su director.
Alguien que los conoce y entiende, y comprende lo que los fans quieren de esta película y este universo. Proporciona a los personajes centrales, incluido los Transformers, un arco dramático interesante, haciendo que los humanos sean menos caricatura, y los robots personajes y no herramientas. Ojo, sin dejar de ser un entretenimiento veraniego, que no estamos ante cine de arte y ensayo.
Estamos en los noventa, cuando un par de jóvenes de Nueva York cruzarán su camino con los Transformers, en concreto, o al menos al inicio, con los Autobots. Noah es un ex militar que no consigue trabajo, y Elena es una becaria a la que su jefa explota en el museo. Su camino les llevará a una aventura en la que intentarán evitar que la Tierra sea devorada por Unicron, mientras los Autobots pretenden regresar a casa tras un viaje que ha resultado demasiado largo.
Los Maximals se unirán a esa búsqueda mientras los Terrorcns trabajarán para conseguir que Unicron se haga con muchos más mundos… Un guión sencillo de seguir, la verdad, con algún giro curioso, pero sobre todo con un mínimo de viaje para los personajes. Noah y Mirage, por ejemplo con su relación, se convierten en el corazón de la historia, igual que puede ser el viaje de Elena.
O, buscando entre los personajes ya conocidos, tomemos a Optimus Prime. Es la primera vez que le vemos en un modo distinto al de líder infalible (que siempre falla). Aquí duda, desconfía, no cree… Tiene remordimientos y se sabe falible. No solo suelta frases lapidarias y se va, sino que tiene un mínimo de recorrido dramático, algo que acompañe la historia del personaje. Nada más y nada menos.
Además tanto Anthony Ramos como Dominique Fishback suponen un soplo de aire fresco en este tipo de franquicias. Son rostros no muy conocidos, pero con mucho talento, lo que permite que brillen dentro de la sencillez del guión. Repito, no va a ganar ningún Oscar de la Academia, ni los actores ni el guión… pero cumplen y hacen que todo funcione como debe de funcionar, haciéndonos pasar un más que agradable rato mientras vemos la película.
Steven Caple Jr. tiene varios homenajes pendientes en la cartera y los hace con convicción, desde algunos momentos al más puro estilo Michael Bay, a las películas de Spielberg como Jurassic Park o Indiana Jones. Y le imprime un gran ritmo al relato. Tiene menos presupuesto que las películas de Bay, y se nota, pero eso le permite usarlo cuando debe. Centra la historia en Transformers y humanos, no en los humanos que ayudan a los Transformers, y funciona. Hay escenas espectaculares, muchas.
Y nunca aburre. También hay decisiones cuestionables, momentos en los que lo que vemos no nos convence, y alguna explicación o giro argumental que mejor no analizar demasiado. Pero, en conjunto, la película sale triunfadora dándonos dos horas de entretenimiento, sin más. No tiene otra pretensión, consigue su cometido, y sale victoriosa.
Jesús Usero
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En efecto, mejor o distintas que las de Michael Bay desde el punto de vista argumental, algo más fieles a los cómics, con mensaje ecologista, no obstante,
me centraré en una cuestión técnica acerca de este tipo de cine, que, desde mi punto de vista, es casi irrelevante proyectarlo en gran pantalla como verlo en el televisor del salón; y es en el montaje y la fotografía.
El montaje si es demasiado rápido, que condensa demasiadas acciones en un tiempo limitado, genera en el espectador sensación de confusión y de hastío porque la película tiende a volverse más plana.
La película la lleva todo el rato Mirage, el porsche; Optimus Prime es casi irrelevante.
Asimismo, la fotografía, si no tiene planos destacados, profundidad o relevancia en personajes, también hace menos relevante la producción. No quiero con ello infravalorar este tipo de cine, pero conviene centrarse más en la historia y menos en tratar de calzar un montaje acelerado en el tiempo limitado que nos
permite la productora. Buen trabajo el de Anthony Ramos y Dominique Fishback, que no siendo estrellas, demuestran la profesionalidad de hacer un buen papel, esto sucede en muchas películas donde los actores no son tan conocidos pero lo bordan. Como apunte final, entiendo que esta película conviene verla en versión original donde podemos valorar mejor los chistes y pasotismo de Mirage, impresionantemente caracterizado.