Buena aventura bélica como las que ya no se hacen. Disfrutarán los amigos de la acción.
Imagino que le van a caer palos por su contenido y porque es un tipo de película que en el tiempo que vivimos estará mirada con sospecha por algunos abanderados de la caverna buenrrollista, pero me niego a quitarle una sola estrella, porque me lo he pasado muy bien viéndola. Y crean que no es fácil convencerme en lo que se refiere a cine bélico, porque me he comido muchas pirulas de este palo y sospecho automáticamente de todas aquellas propuestas que creen que con poner a un puñado de tíos dándole alegría al gatillo y muchos bombazos arriba y abajo ya tienen todo hecho. No es eso, señores. Es que en ésta se han currado una construcción de personajes y situaciones de manera muy competente y les sale una película muy maja que además reúne una característica de mezcla del bélico con la épica del cine de aventuras, carga de la brigada ligera incluida. Y además no engaña. Pone bien a la vista su rollo de patriotero reclutamiento incluido, como no puede ser de otro modo en un producto que llega de Estados Unidos con esa segunda piel propagandística y llenacuarteles que tienen todas estas peripecias de hazañas bélicas basadas en hechos reales, donde el homenaje se utiliza como cebo para convencer a pardillos para que se alisten a defender la bandera de barras y estrellas en corrales ajenos. Pero es tan clara en eso, que resulta fácil pasar esa página tan molesta como inevitable para zambullirse en la parte más disfrutable del asunto, que es el periplo de un puñado de soldados en una misión imposible, casi suicida, en territorio enemigo, donde además los responsables de la película saben sacar buen partido al choque de los conceptos y la tecnología bélica más moderna enfrentado al espíritu más primario de la guerra, en un paisaje legendario que como afirma uno de los personajes ha sido siempre la tumba de grandes imperios. Caballos contra tanques, bombas lanzadas desde el aire contra guerrilleros, son la salsa de esta peripecia bélica que visita con eficacia los lugares comunes del género bélico y no se arrepiente de ser lo que es: esparcimiento de acción pura y dura con acción bien filmada y reparto que defiende la construcción de personajes básicos, pero no bidimensionales, llamados a protagonizar una película que se desplaza por su argumento con buen ritmo.
El tema del liderato y cómo ejercerlo y la lealtad entre combatientes forjan una base narrativa sólida y bien medida en todos sus pasos para llevar al protagonista, un competente Chris Hemsworth en clave John Wayne, a hacer un viaje del héroe previsible, sin grandes sorpresas, pero bien organizado para funcionar como eficaz entretenimiento sin más complicaciones que además sabe cómo parar a tiempo para no convertirse en una farsa o ponerse demasiado obvia en su fase de homenaje a los veteranos, caídos en combate y demás. Su gran acierto es no intentar disfrazarse ni tener complejos.
Esto es cine bélico. Punto.
Miguel Juan Payán
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