Crítica La Maldición del hombre lobo
Crítica de la película La Maldición del hombre lobo
Una excelente muestra de lo que una Marvel más adulta puede ofrecer.
Porque, más allá de los homenajes, de los guiños a la Universal o la Hammer, este especial de algo menos de una hora de duración dirigido por Michael Giacchino, músico convertido en cineasta por primera vez, es ante todo un siniestro viaje cargado de sangre y vísceras como nunca antes habíamos visto en Marvel. Una categoría R que demuestra que la compañía no siempre tiene que hacer concesiones para todos los públicos y puede, de cuando en cuando, tomar el camino más gore posible. Esa es una de las muchas virtudes de una película que toma de partida algunas de las historias de terror de Marvel que surgieron en los setenta, por ejemplo, y que acercaron el mundo de los monstruos a la editora de cómics.
Porque todo esto sigue siendo una excusa para que Disney pueda usar un personaje de cine de terror que ligamos a Universal, como es el hombre lobo. Aunque la conexión con Marvel es mucho mayor, y viendo la película se entiende todo sin problemas (pero es mejor que se sorprenda el espectador por sí mismo y que nadie lo revele antes de tiempo). El relato nos presenta a un grupo de cazadores de monstruos de todos los rincones, que ante la muerte de su líder debe decidir quién será el siguiente en ponerse al frente del grupo. Para ello deben completar un ritual ligado a una joya mágica que se encuentra en el cuerpo de una antigua bestia. Y, la verdad, nada es lo que parece en esta historia.
Contar con Gael García Bernal para un papel protagonista como el de La Maldición del Hombre Lobo es siempre un acierto y una fortuna. En manos de cualquier otro hay momentos que podían haber caído en lo ridículo, pero el actor le da un aplomo y una fuerza impresionante a su personaje y al desarrollo de la historia, que tiene además menos humor de lo habitual en estos casos. Además Laura Donnelly es la otra protagonista de la historia, con una solvencia enorme, como Harriet Sansom Harris, magnífica en su papel de alguien a quien apetece odiar desde el primer minuto, aunque pueda sonar irracional. Es un reparto no muy extenso, pero muy medido con mucho talento.
Giacchino debuta con un buen gusto excelente. Desde esos decorados y esa fotografía heredera del cine de terror de los años 30 y 40, pasando por una elegante narración y un cuidado diseño de producción, Sabe contar historias el músico y ha sabido rodearse de un equipo que ha puesto mucho cuidado en hasta el último detalle, como las marcas que aparecen en pantalla ante el cambio de rollo como si se tratase de una proyección analógica en 35mm. Es un relato oscuro y adulto, sangriento (mucho) y violento, efectista y efectivo. Particular y diferente al resto de lo que ofrece Marvel. Quizá demasiado ingenuo y sencillo, pero disfrutable del primer al último minuto.
Jesús Usero
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